Para el Mundial, el Goyco se pone la camiseta – GENTE Online
 

Para el Mundial, el Goyco se pone la camiseta

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Pablo Aimar. Suelen llamarlo el Chaval y lo entrevisté en su casa valenciana. Tiene un bulldog español "que no sirve como mascota porque ni siquiera da la pata o trae el diario", afirma, pero le hace acordar al que dejó en Bu
enos Aires. "Los voy a cruzar", promete. Le apasionan los dibujos animados. En especial, Pinky y Cerebro. Sus fanáticos le regalan muñequitos. Extraña horrores las milanesas de su madre. "¿Por qué son especiales?", le consulté. "Porque son de mi madre", me contestó.


Roberto Ayala.
Consiguió que un carnicero le corte el asado como en Paraná, Entre Ríos. Le encantan que lo traten de Fabián, porque es su segundo nombre y el que usaba de pibe. Habilidoso para cualquier actividad, lleva los chicos al colegio estatal y disfruta una barbaridad de su actual momento deportivo y personal en el Valencia. El abuelo le supo enseñar a coser pelotas de cuero y sueña con transmitirles semejante habilidad a los hijos. Genera respeto el Ratón.


Gabriel Batistuta.
Es tal la admiración general, que le resulta complicado ir al centro. "Capaz que decidís tomar un café y se te sientan a hablarte de fútbol", me contó. Le fastidia no poder ir al shopping en familia y muere por los videojuegos. Maneja un Corvette americano que sorprende. "Los tanos me miran como diciendo: 'Acá usá Ferrari, Bati'". Asegura que irá a Japón y Corea a traer la copa, "porque el país necesita una alegría" y apoya que la gente salga a la calle a protestar. El goleador de la Roma viste Hugo
Boss.

Germán Burgos.
Adora Madrid y su comida. "Si esto no es el paraíso, ¿qué es el paraíso?", repetía. Nos recibió con jardinerito, polera y un par de anillos, onda
Stone. No para de bromear. Me sorprendieron las estatuas que encontré en su casa: una de Areta Franklin y otra de Ray Charles. Tiene 3 mil compactos de música variada, asegurados eh. Me emocionó cuando terminábamos la nota y mandó a cámara: "Argentinos, no se olviden del Goyco. Hizo mucho por nosotros". Pero eso mejor no lo escribas.


Claudio Caniggia.
Durante la nota, los mellizos Charlotte y Alexander me hacían fuck you y Mariana (Nannis), de productora. Hasta me alcanzó un chupetín con la cara de Cani. Claro, el merchandising del Glasgow Ranger es el segundo que más se vende en el mundo (detrás del de Manchester United). Incluso me compré una figura del Pájaro que, la verdad, no se le parecía nada. Cuando concretamos la nota, ya lo había convocado Bielsa. Se está matando. La única diferencia: tiene menos pelo que en el 90.

Hernán Crespo. Quizás el más a la moda, esto sin que signifique tirarse el placard encima u ostentar. Notable cocinero (Pasta con hongos, es su especialidad), vive solo en el barrio privado de Olgiatta, donde habitan los compatriotas de la Lazio, eterno rival de Roma. Durante las concentraciones comparte la habitación con Claudio López, y es el dueño absoluto del control remoto. Anda bien informado sobre la actualidad. Me sorprendió su madurez. Un chico grande.

Christian González.
Gracioso, pasional y auténtico. Lo llaman "el pibe de arrabal, chuletero, y dispuesto a la bronca y el cachondeo". Nos recibió con una pata de jamón y empanadas de carne cortada a cuchillo. Le encantan las salchichas envueltas en hojaldre, con un toque de mostaza. "No se comen, entran por un tubo", define él. Le descubrimos una foto de los 6 años, con la camiseta de Rosario Central y pelo largo… ¡¡¡rubio!!! Este ídolo del Valencia se levanta si alguien habla mal de nuestro país.


Claudio López.
El delantero de la Lazio, seguro, de los más divertidos que existen. El
Piojo es un chiste detrás de otro. Arraigadísimo y nostálgico de su pasado, guarda en un armario numerosa cantidad de alfajores Havanna, paquetes de yerba
Taragüí, y hasta chupetines Pico dulce. Resulta lógico: su casa romana es el punto de encuentro de los futbolistas argentinos en Europa. Cuando fuimos a reportearlo, su novia cordobesa (Ximena) cocinó una pastaflora exquisita. Volveremos.


Walter Samuel.
Se casó en diciembre y anda buscando nueva casa para mudarse. Los hinchas de la Roma lo bautizaron El ministro de Defensa. Un muchacho muy de pueblo, pausado, reflexivo y enorme de tamaño: gigante. Recorrimos una bodega y demostró que como catador es gran defensor. Lo que sí, sabe de carne, adora ir al cine y comer con amigos. Tres hinchas lo esperaron horas debajo de la lluvia para pedirle un autógrafo. Humilde, agradeció el gesto.

Diego Simeone.
Tal vez el único que desea ser director técnico. Dejó una gran imagen en cada club -ahora está en la Lazio- por el que transpiró la camiseta. Le encanta mirar videos de partidos, onda Bilardo. A su hijo más chico, de 4 (Gianluca) lo toreás: "¿Qué le sucedió a papá?", y se tira al piso. "¿Y mamá cómo reaccionó?", y se toma la cara. Lógico, le quedó el reflejo de cuando el
Cholo cayó lesionado en 2001. Dentro del garaje vi un almanaque: Diego marcaba como preso, día tras día, lo que faltaba para el Mundial.

Juan Sebastián Verón.
Dentro del living de su casa estilo inglés hay una foto donde se lo ve con el
Papa Juan Pablo II, otra en blanco y negro de su padre jugando con la antigua pelota de gajos, y dos copas. Gran cocinero la Brujita, inventó las
Milanesas a la Verón: doble pan rallado de un lado, aceite, migas de pan y papas bien doradas. La estrella del Manchester odia encargase siempre del asado. Cuando quise saber qué personaje de película le gustaría ser, me contestó: "No sé, aunque nunca el de El último americano virgen". 

Javier Zanetti.
Nos encontramos en el Duomo de Milán. Al ratito, el lugar parecía una escena de Rocky: Cien personas caminando atrás y palmeándolo. Me enterneció escuchar su historia. El padre era albañil. Incluso Pupi
trabajó levantando paredes, "pero un día me encaró: '¿Querés ser albañil o querés ser futbolista?'. 'Futbolista', le
respondí. 'Entonces metámonos a full con el fútbol'." Ahora se siente orgulloso de mantener a Rodolfo. Un excelente tipo al que los hinchas de
Inter adoran.

por Leonardo Ibáñez
fotos: Christian Beliera
colaboró: Ezequiel Escalante

Sergio Javier Goycochea y algunas de las remeras que le regalaron los futbolistas a su hijo Juan Cruz. ¿Objetivo del viaje? Grabar el ciclo que conduce los domingos por <i>América 2</i>.

Sergio Javier Goycochea y algunas de las remeras que le regalaron los futbolistas a su hijo Juan Cruz. ¿Objetivo del viaje? Grabar el ciclo que conduce los domingos por América 2.

Visitó a Zanetti en Milán, a Verón en Manchester, a Ayala, González y Aimar en Valencia; a Batistuta, Crespo, López, Samuel y Simeone en Roma, a Caniggia en Glasgow y a Burgos en Madrid. Lo siguió un equipo de cinco profesionales, entre quienes estaban Pablo y Hernán Valenzuela (Tres de Febrero Visión), que producen Abanderados del Mundial junto al propio Goycochea.

Visitó a Zanetti en Milán, a Verón en Manchester, a Ayala, González y Aimar en Valencia; a Batistuta, Crespo, López, Samuel y Simeone en Roma, a Caniggia en Glasgow y a Burgos en Madrid. Lo siguió un equipo de cinco profesionales, entre quienes estaban Pablo y Hernán Valenzuela (Tres de Febrero Visión), que producen Abanderados del Mundial junto al propio Goycochea.

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