Pamela Sosa (29) ingresa a la clínica de la doctora Mónica Milito con sensaciones encontradas: contenta por la confirmación de su entrada al Bailando de Marcelo Tinelli, pero triste por algunos resultados de los estudios previos a la cirugía que le realizará la reconocida cirujana plástica. La resonancia magnética que se le practicó destaca dos componentes en sus piernas y glúteos: “Uno es silicona, y otro sería una resina plástica de fabricación casera. Ninguno debería estar ahí, porque son productos que no se pueden usar en esas cantidades en el cuerpo humano. Tengo detectados dónde tiene todos los granulomas: alrededor de un kilo de producto muy nocivo. Algunos no me preocupan, pero otros sí, porque están muy profundos”, alerta Milito mientras Pamela la mira alarmada.
–¿Continuás con fuertes dolores?
Pamela: Sí, sobre todo por las durezas que tengo en la cola, principalmente cuando me siento o me acuesto: son las que más me molestan. Por eso tomo medicación para el dolor, porque están inflamados. En el glúteo tengo un quiste de casi 5 centímetros cúbicos. Tengo miedo.
–¿Qué le acaba de hacer a Pamela en su consultorio, doctora?
Milito: Le practicamos un punch biopsia de una lesión de unos granulomas que tiene entre los más superficiales en su pierna derecha. Con este trabajo tendremos una idea muy clara del material que tiene en el cuerpo, ya anticipada por la resonancia magnética de la que te hablé anteriormente.
–¿Te da tranquilidad hacerte este tipo de controles?
Pamela: Sí, por supuesto Desde que estoy en manos de la doctora Milito mi vida cambió. Lástima que en su momento llegué muy joven y tan vulnerable al consultorio de Lotocki. Yo estaba con baja autoestima, por eso fui a hacerme algo, y él se aprovechó. Me ofreció otras intervenciones gratis, me sedujo y me enganchó. Pero lo va a pagar, estoy segura. Primero quiero saber, bah… Me aterran las porquerías que me colocó. Por su culpa tengo estos quistes. Después, estoy segura de que va a terminar preso. Son muchas las denuncias. Por eso fue a indagatoria, y va a seguir visitando Tribunales muy seguido.
–¿Qué pasos va a seguir con Pamela de acá en adelante?
Milito: Ya mandamos a distintos centros la muestra que tomamos, para hacer un estudio que se llama espectrofotometría. Eso nos va a decir exactamente todo lo que le inyectaron. Esta es una biopsia de estudio, una técnica sencilla. Luego haremos en el sanatorio Fleming una cirugía, para sacar los granulomas mayores que le provocan gran dolor. Es muy difícil quitar todo. Primero vamos a operar lo que el cuerpo va rechazando. Los quistes pueden aparecerle a lo largo de toda su vida, porque la sustancia va migrando. Es tremendo.
–¿Se pueden infectar los granulomas?
Milito: Por supuesto, y debe tomar antibióticos. Tengo el caso de una señora de Formosa: le hicieron los glúteos en el primer piso de una peluquería muy reconocida de Capital (no te puedo decir cuál, por razones legales). Imaginate cómo quedó... No se puede usar el cuerpo como si fuera una cosa. Es una barbaridad.
Pamela: Lotocki ve a las personas como un negocio. No le importa la salud de nadie. A mí me dijo que me ponía Metacrill, pero nada que ver: me inyectó basura.
Milito: Lo que le colocó es tóxico. Produce enfermedades autoinmunes, hipercalcemia con insuficiencia renal, granulomas, dolor, neuritis, atrofia. Se llama síndrome de ASIA (Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes), dolencia creada por el hombre. Lotocki no puede hacer operaciones. Por eso utiliza estás técnicas, que rayan lo clandestino. Verónica Ojeda terminó en terapia intensiva, Gabriela Trenchi también. Una chiquita se le murió en Misiones por una embolia, que se genera cuando el producto migra. Me preocupa que pueda migrar hacia órganos vitales para la mujer, como el útero. Cuidado. Yo recibí entre 60 y 70 pacientes de él con serios problemas.
–Te pusiste seria, Pamela.
Pamela: Porque tengo terror de sufrir más consecuencias.
–Doctora, usted dijo antes que Pamela tiene un kilo de producto en su cuerpo. ¿Tan exagerado es ese médico para aplicar a los glúteos?
Milito: Representa entre cuarenta y sesenta jeringas de Metacrill, que supone un costo cercano a los 300 mil pesos. Eso es lo que Lotocki dice que le puso. Sucede que ninguno de los dos proveedores de metacrilato en la Argentina ha vendido jamás esa cantidad a ningún médico. Así de simple. Para dar forma y volumen se recomiendan las prótesis, que están aprobadas y el cuerpo tolera muy bien. Tienen una membrana de cuarzo que las hace mucho más resistentes. No se rompen, no migran y son estériles.
Pamela: Te juro que la escucho a Mónica y se me hiela la sangre, porque pienso lo que me hizo este chanta. Yo era una mujer sana y me convirtió en esclava de una enfermedad crónica. Pero voy a ser su sombra: no pienso bajar los brazos. Confío mucho en la doctora y en mi abogado, que es ultra-reconocido, un penalista de lujo. El lo va a poner a Lotocki tras las rejas, no me cabe duda, porque es un peligro para la sociedad.
¿La prueba que falta?
Pamela se sometió a lo que se conoce como
punch biopsia, clave para confirmar qué le
inyectaron en el cuerpo. “Estoy segura de que
mi ex va a terminar preso. Son muchas las
denuncias: hasta habría provocado muertes”.
El paso a paso de la biopsia.
Pamela llegó al consultorio de la doctora Milito feliz por su ingreso al Bailando: “Necesito trabajar, y más en este momento”, confió. Luego quedó en manos de la profesional que primero marcó el quiste que más sobresale en su pierna derecha, y luego obtuvo una muestra, que fue sometida a un estudio llamado espectrofotometría, para establecer exactamente qué le pusieron en la cola y miembros inferiores.
“Lotocki ve a las personas como un negocio. No le importa la salud de nadie. A mí me dijo que me ponía Metacrill pero nada que ver: me inyectó basura”