Con Paulo Dybala, el delantero y centrocampista de la Juventus –a quien conoció a mediados de 2017 tras un mensaje de WhatsApp, y de quien se enamoró en 2018, cuando él la invitó a pasar unos días en Turín (“tal vez en mi primera locura de amor”)–, asegura que vive “un amor para toda la vida”.
Con el ejemplo de la sólida relación de sus padres (“están juntos hace 25 años y se enamoran día a día”), Oriana reflexiona: “Hoy hay mucho descompromiso y gente no dispuesta a trabajar para que el amor sea para siempre. Por supuesto que no hay que forzar o insistir en que vuelva a nacer, porque cuando se fue, ya es tarde. Pero lo que digo es que cuando hay amor, sí, se va construyendo y puede durar toda la vida. Puede que me esté equivocando, pero ojalá que no”.
Y no es que sea pacata: aunque le gustaría poder practicar el poliamor, dice que lo suyo es la monogamia. “Creo en la monogamia y en ser fiel. Hoy en día está tan distorsionado el concepto de tener una relación… La gente que puede practicar el poliamor la admiro mucho y me gustaría poder hacerlo pero con mi personalidad hoy no va. Digo hoy, porque quien sabe si dentro de unos años sí me parece buenísimo. Aunque no creo, porque me conozco mucho. Creo que cuando uno quiere algo es como que nunca dejás de trabajar para tenerlo, del mismo modo que cuando amás a alguien con toda tu alma, ¿por qué no podría existir el amor para toda la vida?
¿Las reglas con Paulo para no relegar su carrera? “Ya decidí que no voy a dejar pasar más de dos meses y medio, tres como mucho lejos. No me bancaría un año sin él”, sentencia la cantante, quien asegura que después de “un año sabático para acomodar mi mente y corazón, ahora estoy lista para arrancar denuevo”.
¿Qué la frenaba? “Los miedos. Gracias a mi novio, que me hizo sentir cien por ciento segura de que me iba a esperar y aguantar, me animé a regresar a lo que más amo”.
Fotos: gentileza Toto Pons.