Soy el modelo vivo del cuerpo del futuro”, arriesga Moria mientras camina por Piazza di Spagna, luciendo jeans, musculosa y sandalias muy europeas. “Me parece increíble estar acá, disfrutando del sol, del calor, de caminar con absoluta tranquilidad, relajadísima. Vine a pasear y acompañar al doctor Rubén Mühlberger, mi gurú, que participó de una conferencia de medicina ortomolecular y me trajo como su paciente fetiche, Los profesionales presentes no podían creer los resultados de mis estudios, que después de seguir el tratamiento son inmejorables”.
La Casán partió el martes 7 de julio desde Ezeiza, para pasar una semana de relax recorriendo Roma y también la Costa Azul francesa, después de vivir en Buenos Aires días de intensa polémica con varios de los grandes personajes del mundo del espectáculo como Antonio Gasalla, Mirtha Legrand, Carmen Barbieri, Georgina Barbarossa y Gerardo Sofovich, entre otros. El disparador de los encontronazos fueron las palabras de Moria acerca del capocómico, destacando que para ella era simplemente una moda y que creía que no disfrutaba del éxito. Después, en el portal Diarioshow.com se publicó la palabra de Antonio, que respondía que él no tenía tiempo para andar drogándose de recorrida por los boliches, como otros. Y se armó un verdadero cruce de declaraciones explosivas, de las que no se salvó casi nadie. Hoy la vedette sonríe después de arrojar varias monedas a la Fontana di Trevi, y analiza lo ocurrido: “Luis Majul me preguntó qué opinaba de Gasalla y respondí con la verdad de lo que pensaba. Después él contestó y dio a entender que yo me drogaba. ¡Vamos! ¿O somos todos tontos? ¿A quién se refirió entonces si no a mí cuando dijo lo que dijo? Más tarde varias personas se metieron, como hacen siempre, para intentar estar en el centro de la escena. Pero lo hicieron con torpeza, obviedad y chatura. Dicen que yo no tendría que haber hablado de Gasalla y me retan en público. ¿Por qué? ¿Quién establece de qué se habla y qué se dice? Por favor, ¿no creen en la libertad de expresión?”.
–Mirtha Legrand se sintió muy ofendida porque la calificaste de sinvergüenza y dice que puso todo en manos de un penalista.
–Yo también voy hasta las últimas consecuencias. No crean que va a haber conciliación ni nada por el estilo. Además, después de que me referí a ella, armó una mesa en su programa para que todos los invitados me pegaran. Lo tengo grabado y me sirve como prueba. Fue evidente que la señora tomó partido por Antonio. Pero la que fue al velorio de su hijo fui yo, lloré desconsolada por lo que le pasaba, me puse en su lugar. Recuerdo que me dijo: “Nunca me voy a olvidar de tu gesto”. Parece que sí se olvidó. Pero no importa...
–Te quebraste cuando recordabas aquel episodio de la muerte del hijo de Mirtha.
–Sí, porque me vino a la cabeza Helenita, mi nieta, y el dolor que se puede sentir con la muerte de un ser amado. Pero rápidamente me recompuse. No me gusta que me hablen como indicándome lo que debo hacer. Creo que me merecía otras palabras de esa señora. Te aclaro que esto no se arregla con un piquito ni nada por el estilo. Voy con todo: habrá desfile en Tribunales. A una acción de ella tuve una reacción, no empecé yo la cosa.
–La periodista Laura Ubfal dijo que ibas a arreglar todo en el living de Susana Giménez.
–A ella le recomiendo la terapia colónica: enema para todos. No sé por qué opina, si no sabe.
–¿Por qué te enojaste también con Sofovich?
–Porque también salió a favor de Gasalla. ¿Por qué se mete, si él no fue aludido?. Otra que salió al cruce fue Carmen Barbieri. Pregunto: ¿quién la llamó? Tiene que hablar de mí para ganar plata; en el teatro me imitaba para que el público fuera a verla. Y el marido es otro impresentable: con ese pelo verde parece El Increíble Hulk. La señora Barbarossa también se introdujo por miserias, porque está enojada y aprovechó para pegarme. Se cuelgan, pero no lo dicen de frente. Pobre de ellos...
–Pero convengamos que todos son grandes artistas con mucha trayectoria. Aunque la polémica fue tan grande que Nazarena Vélez también te criticó fuerte.
–Ja, ja, ja. Sí. Ahí tenés. Fue en el programa que ideó la señora Legrand con segundas intenciones. ¡Fue tan obvio...! Pero no me la nombres más, que me produce asquito.
–¿En serio no te interesa recomponer para estar más tranquila, sin conflictos?
–Yo estoy bárbara: tengo la autoestima en la estratósfera. No necesito de esta gente para ser feliz. Me tiene harta la generación Jurassic Park de la farándula. En muchos casos no tienen jerarquía: son cornalitos. Y en verano se va a poner muy divertido, porque voy a estar con el elenco de Brujas en el teatro Lido, que está al lado del Neptuno, donde va a actuar Gasalla. A la señora Legrand le va a faltar una bruja en el verano en su mesa. Mientras tanto, apenas llego de Europa retomo la gira con What Pass, que produce Luciano Garbellano. Con él ya estamos armando la compañía que va a estar en el verano en Carlos Paz. Y también trabajo fuerte en mi escuela de arte. En todos estos proyectos pongo hoy mi energía. Por eso no quiero perder el tiempo peleándome con cualquiera que me viene a buscar: son farándula outlet...
Moria pide un instante para interrumpir la charla. Le acaban de traer hasta la puerta del hotel Intercontinental de Roma, donde se aloja, el Lexus Luxury President totalmente digitalizado que rentó para pasear por la capital italiana. Y antes de partir junto al doctor Rubén Mühlberger rumbo al Vaticano, continúa con la entrevista.
–Hablemos de hombres. ¿Estás sola?
–Eso nunca.
–¿Seguís con Santiago Andreotti, de 25 años, el último con el que te vimos?
–El siempre está ahí, tenemos una muy buena relación, lo quiero mucho. Pero ahora estoy jugando a la clandestinidad, divina, con un señor que está llegando a mi vida. No pienso dar identidades, como te dije. Me gusta jugar con los señores. Ellos se nutren de mí. Me ven como una fantasía, un hombre-mujer en un packaging muy femenino. Bah... En realidad soy como una docena de mujeres, pero todas juntas.
–¿Con Sofía, tu hija, cómo estás? Porque se dijo que no le gustó que te pelearas con Gasalla...
–Perfecto... Pero, por favor: eso lo largan aquellos que quieren agredirme. No me importa: ella me dio a Helenita, mi nieta, el amor de mi vida, ¿Cómo me puedo llevar con alguien que me hizo semejante regalo?
–¿Cómo te sentís hoy, a la distancia? Porque sos consciente de que, cuando regreses, la polémica y los entredichos prometen continuar...
–Estoy bárbara, sin rencores ni resentimientos. La medicina ortomolecular me puso en eje. Vivo cada instante con plena energía. Me siento una joven con almita de gente mayor, vintage. Lo mío no es sólo estético: estoy sana por dentro y por fuera. Y mi cerebro está cada vez más brillante. Me doy cuenta de que mi sabiduría está ligada con mi buena salud. Ja, ja, ja.
Después de su recorrida por la Plaza San Pedro, en el Vaticano, Moria le dijo a GENTE: “Estoy bárbara. Tengo la autoestima en la estratósfera”.
Moria también paseó por la Fontana di Trevi y caminó por Piazza di Spagna.
junto al doctor Rubén Mühlberger. “Me parece increíble estar acá, disfrutando del sol, del calor, de pasear con absoluta tranquilidad, relajadísima”. La diva llegó a Roma el miércoles 8 de julio y también se dio el gusto de visitar la Costa Azul francesa.