La actriz fue invitada al festival de cine de esa ciudad vasca para presentar –junto al director Juan Solanas– la película Que sea ley, sobre el debate para lograr la norma que permita el aborto legal, seguro y gratuito, en la que ella –integrante del colectivo Actrices Argentinas– tuvo una destacada participación. En un hecho inédito, el director del encuentro, José Luis Rebordinos, promovió una fotografía con los participantes luciendo el pañuelo verde, símbolo de esa lucha. El film, estrenado esta semana en la Argentina, ganó el premio La Otra Mirada en dicho festival.
La escalinata del Palacio Kursaal, donde tuvo lugar el Festival de Cine de San Sebastián, se tiñó de verde en apoyo a la ley de aborto legal, seguro y gratuito en la Argentina. Fue algo pocas veces visto: el propio director del evento, José Luis Rebordinos, impulsó ese pañuelazo, que se convirtió en ícono de la edición 2019 de este encuentro. Y el centro de esa escena emblemática fue para la actriz argentina Muriel Santa Ana, el director Juan Solanas (hijo de Pino) y Que sea ley, la película documental que ambos presentaron en la sección Horizontes Latinos –fuera del concurso oficial–,sobre las consecuencias de los abortos clandestinos y la lucha que conmovió a nuestra sociedad por la sanción de una norma que evite la muerte de miles de mujeres, finalmente rechazada en el Senado en agosto de 2018 y que, con modificaciones, fue presentada nuevamente el 28 de mayo de este año. Antes de la exhibición, la integrante del colectivo Actrices Argentinas señaló: “Queremos que el aborto sea irrestricto y que todas las mujeres y personas con capacidad de gestar puedan acceder a ese derecho.Legalizar no es obligar. No podemos elegir entre la cárcel o la muerte”. Tras su proyección, el film –que este miércoles 3 de octubre se estrena en los cines argentinos– recibió diez minutos de aplausos. Además, obtuvo el premio La Otra Mirada, que otorga la Real Televisión Española.
Recién aterrizada en Ezeiza el viernes 27, “rota” de cansancio según contó, y antes de partir hacia el teatro Metropolitan Sura para la función de Los vecinos de arriba esa misma noche, la actriz habló de la película y del saldo del exitoso viaje: “Juan, cuando habla de su trabajo, dice que es cine político. Se limitó a mostrar la realidad. Obviamente, tiene una posición tomada –por algo su nombre–, pero también aparece el sector anti-derechos, a pesar de que sus referentes no le concedieron las entrevistas que les pidió: tiene los mails y WhatsApps. Para nosotras, este film es una gran herramienta de lucha. Y en San Sebastián tuvo una repercusión enorme, sobre todo porque el director del Festival se puso la causa al hombro. Él es un hombre de cine, con una posición política muy clara. No cualquier director se pone al frente de una acción como fue el pañuelazo. Se la jugó”.
–¿Cómo se gestó esa imagen?
–Juan me había comentado de la intención de hacer una movida con referentes españolas. En el cóctel de presentación entendí la magnitud política de este evento. José Luis –que como muchos allí tenía el pañuelo verde al cuello– sabía todo de mí, de mi militancia y de mi carrera. Me mencionó la película Un cuento chino, que ganó el Goya. Conocía la reacción anti-derechos. Y luego se hizo la foto de todos con el pañuelo. Yo había llevado una bandera, pero no sabía si la iba a usar. Es que mi posición frente a la militancia es de no forzar las cosas. Creo que el mensaje debe llegar en forma empática. Pero en San Sebastián la situación me pidió lo mejor, lo más alto.
–¿Allá tenían información sobre lo que pasó con la ley?
–Estaban en sintonía total. Todo San Sebastián apoyó nuestra causa. Ellos tienen una historia política muy pesada. José Luis me contaba que hasta la adolescencia vivió bajo el franquismo. Es gente que sabe lo que cuesta acceder a este tipo de derechos. Son luchas en las que hay que tener paciencia.
"Queremos que el aborto sea irrestricto, y que todas las mujeres y personas con capacidad de gestar puedan acceder a ese derecho. Legalizar no es obligar. Las mujeres no podemos elegir entre la cárcel o la muerte"
–Pasó más de un año de la votación en el Senado. ¿Cómo ves el rechazo a la ley desde el presente?
–Lo ideal hubiera sido tener una ley que proteja la vida de las mujeres y su decisión sobre la maternidad. Pero si observamos el proceso en profundidad, se ganó mucho. Sin una mirada resultadista, las mujeres que desean interrumpir un embarazo ahora tienen a quién acudir, están los profesionales por el derecho a decidir, es vox populi que hay una campaña por el derecho al aborto, están las socorristas en red, en cada barrio las mujeres saben dónde se juntan las feministas, inclusive si tienen miedo y quieren continuar con el embarazo. Hay una mirada más total y comprensiva sobre este proceso.
–Sos la única actriz del colectivo que está en el documental. ¿Tiene que ver con tu exposición en el Congreso, donde contaste tu propio aborto?
–En ese momento tomé la decisión de hablar en primera persona, pero fue una situación de clandestinidad –y de sobrevivir a esa clandestinidad– similar a la que viven millones de mujeres. Fue un relato limpio, sin golpes bajos ni victimizándome. No me pongo ni permito que se me ponga en ese lugar. Tengo otras herramientas de lucha, en la palabra o en la calle. No dudé en contarlo, pero sí dudé del punto de vista que le daría.
–A partir de tu visibilidad y tu discurso, ¿te ofrecieron entrar en política?
–Desde distintos sectores me invitaron a acercarme. No en términos de “¿querés una banca?”, claro... Me sentí halagada de que mujeres del mundo de la política hayan considerado que puedo hacer un aporte. Pero fue todo muy informal, entre risas, conmigo diciendo “ni loca”. Además, yo trabajo mi autonomía desde hace años. Y compartir ideas desde ese lugar con gente como las del grupo de legisladoras sororas que impulsaron la ley –que van desde Cambiemos al Partido Obrero–, cuesta muchísimo. Acá soy categórica: en este tema la grieta no va. Es una lucha de intereses comunes y colectiva.
Agradecimientos: Agencia AB Ale Benevento, Vero Alfie, Debbie Mac Donald, Carol Schmoisman, Mishka, Vero Lozano para Antolín y Blanca Esteche Estudio.