Monserrat: impactante hallazgo en la casa donde Rosas vivió más de 40 años – GENTE Online
 

Monserrat: impactante hallazgo en la casa donde Rosas vivió más de 40 años

A metros de Plaza de Mayo,  encontraron una gran cisterna y centenares de objetos; en Octubre inaugurarán el Paseo de la Cisterna.
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Hace pocos años la propiedad ubicada frente al solar de Moreno 550, en el barrio porteño de Monserrat, fue adquirida por un grupo de inversores para construir un edificio de viviendas y oficinas. 

Como la construcción incluía dos niveles de estacionamiento subterráneo, comenzaron las excavaciones.

Fue entonces cuando personal de la obra dio con un increíble hallazgo: una importante cisterna, una construcción subterránea que hasta fines del siglo XIX se llenaba con agua de lluvia para luego extraerse con un balde a través de un aljibe. La estructura mide unos 7 metros de diámetro, con paredes de 55 centímetros y tiene una capacidad de 220 mil litros de agua.

A partir de la necesidad de preservar la cisterna, todo un sector del proyecto inicial de obra fue modificado y se potenció el desarrollo de un gran espacio del tipo “plaza cubierta”, abierto al público y con espacios dedicados al museo de sitio, actividades culturales y locales dedicados a gastronomía que planean inaugurar en octubre: El Paseo de la Cisterna.

El hallazgo impuso la interrupción de las obras, y la decisión de realizar un relevamiento detallado del potencial arqueológico del predio antes de dar continuidad a la excavación. El trabajo estuvo a cargo del equipo dirigido por la Dra. Ana Igareta, investigadora Conicet por el Instituto de Investigación, Historia, Teoría y Praxis de la Arquitectura y la Ciudad de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional de La Plata.

A medida que el equipo avanzaba en el trabajo, detectó también otras varias estructuras subterráneas, incluyendo 2 cisternas, 4 pozos de balde, 5 pozos ciegos, 1 letrina, 3 pozos de basura con material arqueológico y 1 olla de descarte, que fueron excavadas hasta una profundidad máxima de 6.50 metros.

También dieron con centenares de objetos casi intactos y miles de fragmentos de objetos que permiten reconstruir cómo fue la vida a lo largo del tiempo en el solar de Moreno 550, desde cubiertos, cerámica ordinaria, loza sanitaria, vajilla de mesa, vestimenta y calzado; frascos y botellas, herrajes, huesos de animales, adornos, objetos de uso personal, herramientas y monedas de distintas épocas, entre muchas otras cosas.

Nos convocaron un 15 de marzo y el 17 ya estábamos trabajando. Nosotros teníamos ya bastante experiencia trabajando en obras en construcción con restos arqueológicos, muy diferente a los que es la dinámica en otros sitios. Desde un principio el planteo fue que el trabajo arqueológico tenía que convivir con la obra sin que nos molestáramos mutuamente, y si podíamos ayudarnos mejor, ya que la obra dependía de la presencia del equipo arqueológico para continuar habilitada”, cuenta la investigadora Conicet.

En principio el equipo de arqueología fue convocado para trabajar dos meses, pero con la aparición de sucesivos elementos arqueológicos terminó instalándose en el lugar para hacer un trabajo de corrido de casi 8 meses mientras la obra seguía avanzando. El equipo multidisciplinario estaba integrado por 14 profesionales, entre arqueólogos historiadores, arquitectos y biólogos de la Universidad Nacional de La Plata, de la UBA y de la Universidad Nacional de Rosario.

Al darse por terminada la intervención arqueológica, el equipo había excavado 1506,62 metros2, el 65,8 por ciento de la superficie del lote, y entregó a la constructora y a la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico 22 informes, 41 planos, 23 plantas y 25 cortes / vistas.

“Literalmente encontramos miles de fragmentos y piezas, cientos de ellas enteras, intactas, perfectas. Como hubo muchos espacios de descarte intencional de basura, nos dio un registro fantástico de qué tipo de objetos se iban descartando a lo largo del tiempo en este espacio urbano, y el volumen es increíble. Hay pocos sitios en Buenos Aires que hayan tenido tanta recuperación de materiales en un único lote, y una vez terminada la excavación fueron meses de seguir limpiando, lavando, clasificando y fichando”, explicó Igareta.

Casa museo

La historia de la antigua residencia familiar se remonta a 1762, cuando un comerciante llamado Felipe D´Arguibel se casó con Andrea López de Cossio y se asentó junto a su familia en la casa, luego heredada por su hija mayor Teodora, quién en 1782 contrajo matrimonio con Juan Ignacio de Ezcurra. De este matrimonio nacieron varios hijos, entre ellos Encarnación, que se casó en 1813 con Juan Manuel Rosas. El matrimonio se radicó en la vivienda y allí nacieron sus hijos. Al morir Encarnación en 1838, Rosas se mudó al palacio que había hecho construir en San Benito de Palermo.

“Lo más interesante es todo lo que no tenía que ver con Rosas y apareció inesperadamente. Por supuesto, los platos hallados con la leyenda Federación o Muerte no dejan de ser una cosa totalmente impactante, pero sabíamos que habían existido. A su vez, los objetos domésticos de todas las personas que vivieron ahí como esclavos, como sirvientes, tienen un valor enorme. Recordemos que la familia de Rosas tuvo una importante cantidad de esclavos viviendo con ella durante todo el tiempo que estuvieron instalados en Moreno. Y la otra parte que me parece muy interesante es el registro institucional”, señala Igareta.

Según información brindada por José Sellés-Martínez, presidente del Instituto de Investigaciones Históricas de la Manzana de las Luces, por decisión de la empresa constructora, además de conservar la cisterna, como exigió el Gobierno de la Ciudad, se proyectó la construcción de un Museo de Sitio, en el cual pudieran exhibirse los objetos hallados.

El proyecto de Museo se encuentra a cargo del Arq. Mederico Faivre y las obras se iniciarán apenas finalicen las tareas de consolidación del gran cilindro de la cisterna, un importante trabajo que asegura su preservación y que es llevado a cabo por el Arq. Guillermo Spagnuolo, especialista en este tipo de trabajo.

“Decididamente en Buenos Aires puede haber otros sitios como este. Es fundamental que si se van a hacer edificios en espacios históricos en áreas protegidas, que esas intervenciones sean racionales y cuenten con el asesoramiento de equipos arqueológicos para que se pueda recuperar la información, y que como en este caso, terminen enriqueciendo el edificio, para terminar describir la historia de Buenos Aires que probablemente está muy escrita desde lo histórico pero la arqueología está encontrando todo el tiempo historias y pequeños detalles que no habían estado en el grueso del relato y que siempre son los más interesantes”, concluye Igareta.

Visitas guiadas

La visita es gratuita. Los jueves a las 15 y los sábados a las 16, con inscripción previa al correo [email protected] y de acuerdo a las normas protocolares vinculadas a la pandemia. 

Durante la visita también se exhibe un video con la descripción del proyecto, realizado por la empresa constructora. 

La duración del recorrido es de 45 minutos. 

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