Es el felino más grande de América -mide entre 150 y 180 centímetros de largo, a los que hay que sumarles 70 a 90 de cola– y se distribuía históricamente desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de la Patagonia Argentina, a lo largo de casi todos los ambientes, con excepción de las regiones extremadamente áridas o de mayores altitudes.
Hoy el yaguareté prácticamente desapareció de sus extremos norte y sur, como también en la mayor parte de las áreas densamente pobladas. Agrava la cuestión que muchas de sus poblaciones se encuentran seriamente amenazadas.
Los científicos estiman que ocupan menos de la mitad de su distribución original. En Argentina este proceso de retracción fue el más extremo: en los últimos dos siglos quedó recluido a un 5% de la superficie original.
El yaguareté fue declarado Monumento Natural Nacional por la Ley
Nº 25.463. Esta norma de 2001 establece que la Administración de Parques Nacionales y la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación deben implementar un plan de manejo que asegure su supervivencia.
Al borde de la extinción
Es alarmante saber que entre 1985 y 2013, más del veinte por ciento de los bosques del Gran Chaco (142 mil km2) fueron convertidos en pastizales y tierras de cultivo, reduciendo su biodiversidad y poniendo al yaguareté –que necesita grandes territorios de bosques continuos para poder alimentarse y reproducirse– en una situación drástica: en todo el país son 250 los que quedan, mientras que los científicos estiman que en toda la región chaqueña –y distribuidos entre las provincias de Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero– quedan apenas veinte ejemplares de esta majestuosa especie.
De hecho es histórico -en los Esteros del Iberá- el acontecimiento de que nacieran yaguaretés silvestres por primera vez en 70 años. El equipo técnico de la Fundación Rewilding Argentina, que desde el 2012 busca revertir la extinción de esta especie en la provincia de Corrientes (el yaguareté pasó más de medio siglo estando oficialmente extinto), confirmó que Arami, una de las primeras yaguaretés nacidas en el Centro de Reintroducción del Parque Iberá, liberada en 2021, dio a luz a dos cachorros salvajes en libertad. Sebastián Di Martino, el director de Conservación de la Fundación, resaltó que “si ambos cachorros sobreviven –algo que se sabrá en las próximas semanas– la población del Iberá contará con diez yaguaretés libres”.
Una cruzada con garras
Hace dos años, el 19 de julio de 2019, Greenpeace presentó un amparo judicial ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en nombre y representación de la especie “yaguareté” que habita en el Gran Chaco argentino, para que se garantice “deforestación cero” en sus territorios.
Fue la primera vez en la historia jurídica de nuestro país que tuvo lugar una presentación en nombre de una especie. Reforzando aquel pedido, en los últimos días, catorce activistas de la ONG ambientalista internacional desplegaron un cartel de 230 m2 sobre el río Bermejo exigiendo la protección de #LosÚltimos20 (hashtag que identifica a los que se estima sobreviven en el Gran Chaco Argentino).
GENTE vivió la acción de Greenpeace junto a Hernán Giardini (coordinador de la Campaña de Bosques), Sergio Domingo (miembro del equipo de Investigación), Martín Katz (fotógrafo y editor fotográfico) y Mariana Ciaschini (coordinadora del equipo de Comunicaciones).
Los vecinos que también hay que cuidar
En la ecorregión también habitan (de arriba hacia abajo) la corzuela parda, el mono carayá, el quirquincho, el oso hormiguero, el tapir y el yacaré.
“Los bosques del Gran Chaco ayudan a mitigar la crisis climática, proveen de alimentos, maderas y medicinas y son una de las áreas más ricas en biodiversidad del planeta. En sus hectáreas albergan 3.400 especies de plantas, 500 aves, 120 reptiles, 100 anfibios y 150 mamíferos, varios seriamente amenazados, como el yaguareté, a causa de la destrucción y fragmentación de su hábitat y la caza”, explicó Hernán Giardini, Coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace Argentina.
"El gran Chaco no sólo representa al yaguareté"
"Hay pueblos indígenas que llevan cientos de años viviendo en estas tierras y los modelos productivos, que están desde hace pocas decenas de años, vienen demostrando su gran capacidad de destrucción. ¿Qué quiero decir? Que el Gran Chaco no sólo representa al yaguareté o al oso hormiguero: representa pueblos en vida", le explicó Pablo Chianetta, Secretario de la Asociación para la Promoción de la Cultura y el Desarrollo a GENTE.
"A partir de esa realidad, me pregunto: ¿Por qué será que no podemos pensar en que escuchar a estos pueblos para ver si tienen alguna respuesta o algún elemento que nos permita convivir con el medio en una forma más agradable, más convivencial? ¿Es posible? ¿Será que nuestra sociedad le podrá dar tal espacio? ¿Tenemos sentimientos para escuchar esas cientos de historias?", continúa Chianetta.
"Particularmente creo que se lo merecen por respeto, por la historia y porque son los primeros habitantes de estas zonas. Con mis compañeros de la Asociación para la Promoción de la Cultura y el Desarrollo consideramos que es una cuestión de derecho el poder fortalecer las capacidades de los pueblos indígenas en la localía, en el territorio, en la provincia y en el Gran Chaco, porque sus derechos están siendo negados y pisoteados, y tienen derecho a pelear por sus derechos", concluye el funcionario.
Las 3 causas que llevaron al yaguareté a esta situación
Lucero Corrales -guardaparque e integrante de Proyecto Yaguareté- explica las causas por las que desaparecieron los yaguaretés son:
1) La pérdida de su hábitat.
2) La disminución de sus presas.
3) La cacería directa que puede llegar a darse por el valor de sus cueros, por temor, por una medida preventiva ante el ataque de ganado doméstico o por represalia ante la depredación de ganado doméstico.
"Es muy importante poder trabajar estas tres amenazas, para disminuir su presión y así garantizar la viabilidad poblacional del yaguareté en la región", concluye Lucero
"Es importante que la sociedad se involucre"
Hernán Giardini, Coordinador de la Campaña Bosques, asegura que: "Este año es fundamental visibilizar la situación del yaguareté porque se encuentra en estado crítico: hablamos de menos de veinte ejemplares en la región del Gran Chaco de una especie que necesita al menos 40 mil hectáreas de bosque continuo para sobrevivir"
"Es decir, dos ciudades de Buenos Aires enteras de bosques que deberían estar muy bien conservados. Desde Greenpeace presentamos un amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y convocamos para participar en una audiencia pública en defensa del yaguareté y su territorio. Para nosotros es fundamental que la gente se involucre en ésta y el resto de las campañas ambientales que efectuamos, compartiendo información, firmando peticiones y donando a la organización para que podamos seguir realizando sobrevuelos, investigaciones y protestas", continúa explicando
"Es importante que la sociedad se involucre, porque la mayoría de las leyes y los cambios ambientales se han logrado por la presión de la gente. Así que hoy los convocamos a que nos ayuden a salvar a #LosÚltimos20", concluye Giardini.
Registro audiovisual: Elisabet Correa
Edición de videos: Cristian Calvani
Agradecemos a Mariana Ciaschini y María Florencia Rodríguez y Hernán Giardini,
Fotos: Gentileza Greenpeace y Rewilding Argentina