Celina tiene 27 años y un lejano parentesco con José Ignacio Rucci, el secretario general de la Confederación General del Trabajo, asesinado en 1973. Su currículum vitae -que bien podría reflejar en la doble página central de la revista Playboy- empata, sobre un mismo renglón, su título de Licenciada en Comunicación Social con su corona de Miss Playboy Argentina 2004. Y revela sus medidas, tan generosas como contundentes: 96-61-91. ¿Su hobby? La pintura, por supuesto.
-Entonces no es sólo una cara bonita, Celina.
-¡Ya estoy harta de decirlo! Hay un gran prejuicio al respecto. Cuando descubrieron mis dibujos, mis compañeros de teatro no me creían que los hubiese hecho yo… Yo me puse las plumas a los 27 años, pero tengo una formación detrás.
Celina Rucci heredó la pasión por el arte, de su madre, profesora de dibujo de Bellas Artes. Hoy es bailarina experta en danzas clásicas y contemporáneas. Su padre desapareció en los tiempos de la dictadura. "Yo nací en el 76 y lo dejé de ver antes de cumplir los tres años. Nunca supimos qué pasó. Mamá se esforzó durante toda mi infancia para que eso no me causara ningún sufrimiento. Y yo tampoco le pregunté demasiado para no hacerle daño. La política y la represión provocaron mucho dolor en mi vida. No era fácil llamarse Rucci entonces…", recuerda. Si bien ganó una beca en un importante diario porteño, Celina jamás ejerció como periodista. Se hizo empresaria e invirtió en hotelería. Y así, insiste, garantizó su futuro y el de su hijo Uciel, que hoy tiene 8 años. Luego se convirtió en conejita…
-¿Cómo llegó a Playboy?
-En realidad, fui a acompañar a una amiga. Hicimos las dos el casting y quedé yo… Cuando me consagraron Miss Playboy Argentina me di cuenta de que podía ser el camino para alcanzar mi sueño de ser vedette. Nunca fantaseé con el tutú y las zapatillas de punta, sino con las plumas y los brillos. Por eso me emocioné tanto el primer día que bajé las escaleras con el espaldar de plumas…
-En un topless perfecto, vale la pena aclararlo.
-(Ríe) Sentí que estaba cumpliendo una de las metas más importantes de mi vida.
-¿Todo lo que exhibe en escena es suyo?
-Sí. Sólo me hice un retoque en las lolas, pero no para aumentar su tamaño sino para que vuelvan adonde estaban antes de amamantar a mi hijo.
-¿Cómo la descubrió Gerardo Sofovich?
-La final de Miss Playboy TV Iberoamérica fue en el Conrad de Punta del Este. Lo vi en el casino pero no cruzamos palabras. Cuando volví a Buenos Aires, me llamaron de su productora para sumarme a la Peluquería 40º Aniversario. Poco después me propuso hacer teatro, y casi me desmayo.
-Usted no tiene pudores con su cuerpo...
-Ninguno. Los complejos reflejan inseguridad, cosa que yo no tengo. En la mayoría de los casos, los responsables de que las mujeres tengan complejos con su cuerpo son sus parejas.
-¿Los hombres la miran diferente desde que egresó como conejita?
-Siempre fui bastante llamativa, pero nunca provocadora. Quizá el vecino que antes sólo me miraba porque era atractiva, ahora se haga más los ratones porque soy Miss Playboy. Me hago cargo de lo que genero, pero que quede claro: estoy de novia y camino al altar, me caso el 20 de noviembre.
¡MI CUÑADO! Su futuro marido se llama Claudio Minnicelli y es un joven empresario santacruceño, fiel representante de "la Generación K". Es padre de dos hijos, tiene un canal de cable en Río Gallegos, también una consultora en Buenos Aires y no son pocos los que lo señalan como Asesor en la Secretaría de Transporte. Los lazos en el poder dentro de la futura familia política de Celina Rucci van mucho más allá y llegan incluso hasta el gabinete de Néstor Kirchner: Claudio -o El mono, como lo llaman sus amigos- es hermano de Alessandra Lali Minnicelli, la Síndico General Adjunta de la Nación. Y Lali, a su vez, está casada con el ministro de Producción Julio De Vido. Es decir que, a partir del 20 de noviembre, el superministro y la conejita serán cuñados. Celina y Claudio conviven en un departamento de Capital Federal desde hace más de un año, aunque cuentan también con una casa de fin de semana en el country Los Lagartos. Si bien los novios no definieron aún frente a qué altar porteño desfilarán, ya reservaron el Tattersall de Palermo para celebrar su boda. La fiesta reunirá a personajes de la farándula con encumbrados líderes políticos nacionales. Quizá entonces el ministro De Vido y Florencia de la V compartan pista…
-¿Cómo soporta semejante exposición su candidato, Claudio Minnicelli?
-Claudio me conoció cuando era empresaria y los dos llevábamos la misma vida. Cuando surgió lo de Playboy, le dije: "Mirá, me eligieron Miss Playboy Argentina. Hago un porfolio y se termina todo esto". Y él estuvo de acuerdo.
-Pero después siguió con La Peluquería y la revista Diferente, en la calle Corrientes.
-El sabía que siempre quise ser vedette. Ya en nuestras primeras charlas como pareja le aclaré que una de las cosas pendientes en mi vida era bailar en un teatro de revistas. Pero no le doy motivo para que tenga celos. Además, no se separa de mí.
-Es un guardabosques.
-Muy guardabosques. Es muy abierto, muy liberal, pero no se separa de mí.
-Imagino que conoce a su familia política.
-Por supuesto. Pero yo me enteré de quiénes eran su hermana y su cuñado mucho después de que empezáramos a salir. ¡Nos conocimos antes de que Kirchner llegase al poder! Nos presentaron algunos amigos en común y me enamoré perdidamente. Es un tipo muy seductor, muy inteligente.
-¿Habrá alguna celebridad entre sus padrinos de boda?
-Todavía no lo decidimos. Es uno de los tantos detalles que se nos pasaron por alto.
-¿Sus cuñados, el ministro De Vido y Lali Minnicelli, no tienen prejuicios con usted porque es vedette?
-Para nada. Si yo no tengo prejuicios porque ellos sean políticos, ¿por qué ellos van a tenerlos conmigo porque soy vedette?
por Jorge Martínez Carricart
fotos: Fernando Venegas
producción: Finita Bencardini
(Agradecimientos: Paulo Bianca, Matilde Pellegrini, Matices, Ricky Sarkany, Felicitarte, Leticia Olano -cosmetóloga- y III Milenium. Maquilló: Claudia Elizalde. Peinó: Adrián Herrera para Miguel Romano)
Celina encargó su vestido blanco a Diego Moyano, el mismo diseñador que vistió a Mónica Ayos en su boda.
Tengo una excelente relación con mis cuñados. Si yo no tengo prejuicios porque ellos sean políticos, ¿por qué ellos van a tenerlos conmigo porque soy vedette?"">
"Tengo una excelente relación con mis cuñados. Si yo no tengo prejuicios porque ellos sean políticos, ¿por qué ellos van a tenerlos conmigo porque soy vedette?"