En general, todos los gobiernos se vieron afectados por el coronavirus. Más allá de casos puntuales, la mayoría quedaron expuestos, sobrepasados y no estuvieron a la altura de las circunstancias. En este punto hubo algunos países, como Holanda, donde el virus hizo mucho daño y donde la población salió a cuestionar a sus dirigentes.
Según una encuesta realizada por la agencia de investigación Ipsos, la imagen positiva de Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro cayó abruptamente desde que el virus del COVID-19 avanzó de manera incontenible. La población les achaca varios errores que se podrían haber evitado.
La confianza en el rey Guillermo era del 76% y ahora cayó al 47%. La de Máxima era del 83% y ahora es del 61%, según un estudio de Ipsos.
Si nos enfocamos en Guillermo, en abril la confianza sobre él estaba en un 76 por ciento. Ahora, en diciembre, se derrumbó al 47%. Por otro lado la reina, que en el mismo período contaba con un 83 de imagen positiva, ahora ve cómo descendió a 61, siempre hablando de porcentajes.
El dato más significativo es que en abril tan sólo el 3 por ciento de la población se sentía insatisfecha con las decisiones de la corona holandesa. Ocho meses después se elevó a un 14 por ciento y esto es lo que preocupa a la familia real.
Por otra parte, el 70 por ciento de los encuestados cree que Máxima y Guillermo le causaron mucho daño a la monarquía con las distintas decisiones que han tomado en este último tiempo. Puntualmente, el fastidio surgió luego de que la familia decidiera irse de vacaciones en medio de una pandemia y sin respetar el distanciamiento social. Una foto de ellos abrazados al dueño de un restaurante, en Grecia, hizo que el estallido no tardara en producirse.
Dos meses después de eso, cuando se encontraban en aislamiento restrictivo, volvieron a viajar. Fue tal el revuelo que se generó que no sólo volvieron antes de lo previsto, sino que tuvieron que pedir disculpas a través de un video.
En junio, en medio de la crisis financiera que azotó al país y de la que todavía no salieron, Guillermo cambió su yate. El nuevo barco que adquirió le costó 2 millones de dólares.
De esta manera, la crítica está enfocada a varias cuestiones y no a algo puntual, por lo que los especialistas aseguran que revertir la situación no será nada sencillo. Se habla de una mala gestión y de decisiones desafortunadas, que hicieron que la caída en la imagen de los Orange-Nassau no se detenga.