Adelantándose al Día de la Mujer la consultora Grow, especializada en género y trabajo, organizó un conversatorio para exponer diversos obstáculos que se presentan en el camino hacia la igualdad. La abogada Fabiana Sosa expuso su mirada sobre lo que ocurre en el ámbito laboral a partir de un dato alarmante: más del 70% de los trabajadores declara haber sufrido violencia o acoso durante el último año.
A ese dato se suman las desigualdades que persisten en la sociedad. "ONU Mujeres habla de la violencia en las sombras para referirse a lo que les ocurrió a las mujeres durante el confinamiento. Señala el hecho de que una de cada 3 mujeres en el mundo sufre violencia sexual o física, en su mayoría por su pareja, y que la violencia contra las mujeres constituye una violación a los derechos humanos", sentenció Sosa.
Y entonces se concentró en el tema en cuestión: es necesario promover la autonomía de las mujeres y aun hay muchos obstáculos para sortear en este plano. "Al hablar de autonomía económica de las mujeres, necesitamos pensar cuáles son los obstáculos en el desarrollo laboral de las mujeres, su inserción y crecimiento en el mundo del trabajo. Uno de estos obstáculos es la violencia laboral", detalló la especialista.
"Para entender que hablamos de violencia laboral, necesitamos ir un poquito más atrás. No apareció hace unos años, sino que existe desde que existe el trabajo. Lo que ocurre es que estas acciones estaban naturalizadas como parte del desarrollo laboral. Se habla de la violencia laboral como el flagelo del siglo XXI. La conceptualización de la violencia no es fácil, porque tiene muchas aristas y enfoques. La violencia laboral es una de las principales fuentes de desigualdad, estigmatización, discriminación y conflicto en los ambientes de trabajo. Sus consecuencias trascienden el plano laboral. Afectan a la organización, la sociedad y la familia", señaló la abogada Fabiana Sosa.
La abogada, especialista en cuestiones de género, explicó que "la violencia de género tiene que ver con estereotipos que determinan patrones culturales de nuestra sociedad, distintas ubicaciones en lugares y posiciones que muchas veces son jerarquizadas de una manera o de otra, al igual que los trabajos. Entonces, la violencia siempre es inseparable de la noción de género, porque se basa en y se ejerce por esta diferencia social entre varones y mujeres y otras identidades".
Detalló que en los últimos años se multiplicaron las denuncias públicas. Y celebró que consignas como 'Me too' o 'No nos callamos más', entre otras, pongan en escena ciertas cuestiones que no tenían una recepción en otros ámbitos. "Cuando se habló del tema de #MeToo quedó en evidencia que estos comportamientos y otros abusos ocurridos en el ámbito del espectáculo estaban insertos en una relación de poder, en una relación laboral de la cual ya nadie podría decir que esto formaba parte de algo privado".
Según Sosa, acabar con la violencia laboral es una tarea que debe comprometer a toda la sociedad. "Tenemos que hacer algo y no podemos mirar para otro lado. Todo esto hizo que se empezara a poner mucho sobre la mesa esta cuestión. Los movimientos sindicales comenzaron a traccionar fuertemente en la Organización Internacional del Trabajo", señaló.
En esta línea, celebró la aprobación del Convenio 190, que Argentina ratificó a través de la Ley Ley 27.580. "El convenio viene a implementar la idea de que la tolerancia debe ser cero frente a la violencia y el acoso. Todos los actores -empleadores, trabajadores, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil- debemos intervenir en este sentido. Es clave entender de qué hablamos cuando hablamos de violencia y acoso. No se trata de hacer definiciones estrictas, sino una definición bastante amplia que el convenio designa como conjunto de comportamientos inaceptables que se manifiesten una vez o de manera repetida y tengan el objeto o sean susceptibles de causar daño en una persona", explicó Sosa.
"Es un nuevo enfoque que lleva a repensar las relaciones laborales, pensar si hay una afectación desproporcionada en relación al género. Según la ONU, el 35% de las mujeres han sufrido acoso o violencia", detalló la especialista.
Desde la consultora Grow, Marisol Andrés informó los resultados de una encuesta realizada con el fin de visibilizar la violencia laboral y detectar cómo afecta a los trabajadores. "Salimos a realizar una encuesta con Bumeran, Fundación Avon, ELA y Nodos para conocer cuál era la situación en la región respecto a la violencia laboral. El 73% por ciento de las personas que respondieron indicaron sufrir o haber sufrido violencia o acoso en el último año".
En la presentación señaló que los índices se corresponden con una sociedad en la que "los cuerpos de las mujeres y otras identidades de género son permanentemente vulnerados". Asimismo, puntualizó que las denuncias de los hombres tienen que ver con aspectos que ponen en evidencia los estereotipos de la masculinidad.