María Soledad Morales fue asesinada el 8 de septiembre de 1990. Hoy se cumplen 31 años de su trágico final por el cual fueron condenados Guillermo Luque y Luis Tula. El caso cobro una relevancia enorme y fue de gran conmoción para el país. Años después, fue considerado uno de los primeros femicidios.
María Soledad Morales tenía 17 años y asistía al Colegio del Carmen y San José, una institución religiosa de la ciudad de Catamarca. El 7 de septiembre de 1990 fue a bailar a la discoteca Le Feu Rouge en donde se organizaba una fiesta con el fin de recaudar dinero para el viaje de egresados de su curso. Sus padres le habían otorgado permiso para quedarse a dormir en la casa de una amiga y María Soledad aseguró que regresaría a las 16 horas del día siguiente. Pero nunca regresó.
En la madrugada del 8 de septiembre un hombre llamado Luis Tula, quien según compañeros de Morales era su novio, la pasó a buscar por el boliche y la llevó a otra discoteca llamada Clivus. Allí María conoció a algunos hijos de funcionarios políticos y provinciales de Catamarca, entre los que se encontraba Guillermo Luque. Según varios testigos, la adolescente se fue del lugar con estas personas y nunca más fue vista con vida.
Dos días después, el 10 de septiembre, María Soledad Morales fue hallada sin vida en una zona conocida como Parque Daza ubicada a 7 kilómetros de la capital catamarqueña. La joven fue violada, asesinada y posteriormente desfigurada. Las pericias confirmaron que María falleció de un paro cardíaco por una dosis letal de cocaína que sus asesinos le habrían obligado a consumir.
La investigación tardó más de dos meses en iniciarse y una vez que la justicia intervino favoreció a los involucrados que fueron conocidos mediáticamente como 'Los hijos del poder'. Los medios de comunicación difundieron que los sospechosos eran: Guillermo Luque, hijo del diputado nacional ángel Luque, Pablo y Diego Jalil, sobrinos del intendente José Jalil, y Miguel Ángel Ferreyra, hijo del jefe de policía provincial.
Qué ocurrió con los acusados del crimen de María Soledad Morales
Por el caso solamente fueron condenados Guillermo Luque, hijo del diputado nacional Ángel Luque, y Luis Tula, exnovio de María Soledad. Sus penas fueron de 21 y 9 años de prisión, respectivamente, con la carátula "violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes".
Los otros señalados como sospechosos del crimen, Pablo y Diego Jalil, sobrinos del intendente José Jalil, y Miguel Ángel Ferreyra, hijo del jefe de policía provincial, no fueron condenados por la justicia. Actualmente, los únicos dos imputados se encuentran en libertad tras haber cumplido sus condenas.
A 31 años del asesinato de María Soledad Morales, su historia sigue presente en el recuerdo de los argentinos y avanza un proyecto en la provincia de Catamarca para colocarle su nombre a la nueva avenida costanera de Valle Viejo.