- ¿Es cierto que seguís despuntando el vicio cada v
ez que vas
al club?
- No siempre, pero hasta el día de hoy, tras haber conocido
Alumni de la mano de mi viejo hace casi 27 años y haber jugado todas las
infantiles allí, de vez en cuando me prendo en un partido, además
de jugar en Los Pumas Classics.
- ¿Quién te apodó ¨Bebe¨?
-
No sé, nunca lo tuve claro. Pero me imagino que alguien de mi familia habrá
comenzado a llamarme así porque soy el menor de tres hermanos.
-
¿Recordás cómo te conquistó el rugby?
- En
mi caso llegó con la familia y después hice mi propia experiencia
y elección. Cuando empecé a sentirme parte de un grupo de gente,
de amigos, a compartir objetivos comunes y conseguir algunos resultados, todo
se fue haciendo más fuerte. Más tarde, con la oportunidad de jugar
en algún seleccionado y de saborear el gusto de la competencia de elite,
todo se tiñe de un encanto especial. Y si a eso le sumás que en
Alumni me tocó jugar con una generación excelente de jugadores,
donde conformé equipos memorables y obtuvimos muy buenos resultados, ya
tenés una buena idea de cómo viví siempre esta pasión.
-
¿Qué significa Alumni?
- Mucho. Allí me formé
en el deporte y como persona, encontré un lugar para expresarme. Alumni
es mi segunda casa. Ahora empieza el tiempo para devolverle todo lo que me dio,
participando y haciendo cosas.
- ¿Y la llegada a Los Pumas nada
menos que con sólo 19 años?
- Fue en la preselección
para el Mundial del 87'. Venía de jugar en Los Pumitas y la noticia la
tomé con muchísimo entusiasmo y alegría. Era una lista preliminar
de cincuenta jugadores para la Copa del Mundo y apareció mi nombre por
primera vez entre los seleccionados.
- Eras el querubín del plantel.
-
Sí, era el más chico. Además, con 20 años era uno
de los más jóvenes de la Copa del Mundo.
- Jugabas con
algunos de tus ídolos de la infancia.
- Imaginate que el capitán
era Hugo Porta, un tipo importantísimo en la historia de nuestro rugby.
No tuve la oportunidad de jugar con él en partidos donde el equipo brillara,
sólo lo hice en los tres partidos de la Copa del Mundo del '87, pero para
mí fue una experiencia muy singular.
- Con Los Pumas fuiste protagonista
de grandes batallas.
- La celeste y blanca te deja un recuerdo imborrable
de esos encuentros. Tuve la buena fortuna de haber participado en varios triunfos
memorables. Aquel del '92 ante Francia, en Nantes, primera vez que los derrotábamos
en su casa. O el que concretamos en la cancha de Vélez frente a Inglaterra,
en el '90.
- ¿En qué se diferencia nuestra selección
del resto?
- Me tocó ser parte de varios planteles durante casi
diez años y todos mis compañeros de los Pumas me dejaron un mensaje
en común: la actitud, el sentir y la pasión especial por el grupo
y una entrega que nos distingue del resto de los equipos del mundo
-
Una gira con Los Pumas.
- La que realizamos por Europa en el 92'. En lo
deportivo fue todo un éxito. Jugamos ocho partidos y ganamos siete, eso
es muy difícil para cualquier equipo. Además triunfamos ante rivales
de la talla de España, Rumania y Francia. Fue todo un récord y creo
que aún hoy no se logró ninguna gira similar en cuanto a los resultados.
-
El mayor festejo.
- Debe haber sido el del triunfo contra Francia en Nantes.
Tenía un sabor especial: nada menos que contra los franceses y de visitantes.
En aquella época era casi como un clásico. A partir del '85 se dieron
unos test que tenían un sentido especial. A ellos les gustaba medirse con
nosotros, pero al mismo tiempo detestaban las dificultades que les presentábamos
con nuestro aguerrido estilo de juego. Siempre les complicábamos la vida.
Resultaban partidos muy duros. Para nosotros era también una doble sensación:
una suerte de pesadilla placentera.
- ¿Y el retiro cómo
te lo tomaste?
- Fue en el 96'. Recuerdo que el año anterior fue
muy agotador. Venía sumando golpes y lesiones de tanto tiempo de rugby
y despertando la intención de dedicarme a otras cosas, como por ejemplo,
a mi profesión. Un día te levantás y ya no disfrutas del
vestuario, del calentamiento, hasta que jugás pensando en que se termine
el partido. Cuando tenés esas sensaciones es mejor irte a tu casa.
-
¿Y hoy cómo ves a Los Pumas?
- Están muy bien. Me
pone contento ver que el equipo puede expresarse plenamente, llegando al límite
de sus posibilidades. Además veo muy bien la continuidad del entrenador
y que de una vez por todas pueda cumplirse que la cabeza del proyecto lo lidere
durante cuatro años y llegue a la Copa del Mundo para plasmar su proceso
y su trabajo.
- ¿Dónde se ubica nuestro rugby en el mundo?
-
Los Pumas están entre los ocho mejores equipos del mundo. Aunque también
hay que tener en cuenta que, si bien podemos ganarles a Francia o Inglaterra circunstancialmente,
las tres o cuatro selecciones del hemisferio sur aún mantienen un nivel
superior.
- ¿Cuando ves a Los Pumas entrando a la cancha cómo
te sentís?
- Te puedo decir lo que me pasaba a mí. Jugar
con la albiceleste me generaba una doble sensación: de compromiso y satisfacción.
Calzarte esa remera es el objetivo que perseguís cuando jugás al
rugby. Si tenés la posibilidad de sentir esa experiencia... podés
morirte en paz.">
"Me tocó ser parte de varios planteles durante casi diez años y todos mis compañeros de los Pumas me dejaron un mensaje en común: la actitud, el sentir y la pasión especial por el grupo y una entrega que nos distingue del resto de los equipos del mundo".
Pero aclara que con los equipos del hemisferio aún hay diferencias: "mantienen un nivel superior".">
Para Bebe "Los Pumas están entre los ocho mejores equipos del mundo". Pero aclara que con los equipos del hemisferio aún hay diferencias: "mantienen un nivel superior".