El mismo día en que Néstor Soto confesó su responsabilidad en el asesinato de Catalina Gutiérrez en los Tribunales II de Córdoba, se revelaron inquietantes mensajes que intercambió con Eleonora, la madre de la víctima, minutos después del crimen.
Según informó el Noticiero Doce, Soto mantuvo una conversación perturbadora con Eleonora, que comenzó poco después de que hubiera cometido el asesinato. El primer mensaje vía WhastApp de Eleonora decía: “Hola, soy la mamá de Catu”, seguido de una pregunta angustiante: “¿Está Catu con vos?”. Esta pregunta llegó después de haber estado más de dos horas incomunicada con su hija.
Estos mensajes, enviados a las 23:10, recibieron una respuesta de Soto a través de una llamada telefónica a las 23:12, donde afirmó estar en su casa. Sin embargo, se supo que Soto había llegado a su domicilio solo un minuto antes, lo que generó muchísima desconfianza en la familia de Catalina.
La distancia entre el lugar donde se encontró el cuerpo de Catalina y la casa de Soto es de aproximadamente cuatro minutos en coche y entre 22 y 24 minutos a pie. Por lo que, se presume que apenas cometido el crimen el joven trasladó el cuerpo y volvió a su propiedad para eliminar las pruebas que lo delataban.
A las 23:15, Soto intentó llamar a Eleonora nuevamente, pero no obtuvo respuesta. Un minuto después, le envió un mensaje preguntando: “¿Ele?”. Durante esos momentos de tensión, Eleonora observó que Soto escribía y borraba mensajes, además de grabar audios que no enviaba, lo que le resultó sospechoso.
En una llamada posterior, cuyo horario no quedó registrado, Eleonora confrontó a Soto con la información de que el coche que manejaba su hija había estado en las proximidades de su hogar. La Fiscalía informó que Soto llegó solo a su casa, aunque no se ha dado a conocer la hora exacta de su llegada.
Santiago Capdevila, abogado de la familia Gutiérrez, comentó sobre la comunicación: “Él estaba confundido en sus respuestas, pero intentó negar su presencia con Catalina. En ese momento, ella le creyó”.
Javier Pretto, otro abogado querellante, sugirió que Soto habría regresado a pie, tardando unos 21 minutos. "Si fue así, o caminó muy lentamente o hizo otra cosa, porque pudo haber llegado en menos tiempo”, afirmó.
Mientras tanto, la familia, el novio y los amigos de Catalina continuaban buscándola con desesperación. A las 23:40, la pareja de Catalina llegó al lugar indicado por el GPS y encontró a Soto, quien aparentaba estar desconcertado. Al no encontrar el auto, se dirigieron a la comisaría del barrio Inaudi, donde los padres de la joven estaban presentando la denuncia.
En la Unidad Judicial, Soto abrazó a Eleonora y fingió estar afectado por la desaparición de Catalina. Sin embargo, momentos después, al ser interrogado junto a otros amigos de la víctima, finalmente confesó el crimen, revelando la perturbadora verdad detrás de los mensajes que había enviado.