Roseto Valforte es un pueblo que está ubicado en la zona sur de Italia. Desde hace 20 años se fue vaciando debido a la “falta de infraestructura y servicios”. Por ese motivo y, con el objetivo de devolverle la vida, la alcaldesa Lucilla Parisi ofrece 5000 euros a quien vaya a vivir allí, uno de los lugares que es considerado uno de los más bellos del país europeo.
Parisi explicó que el incentivo está pensado para que los “rosetanos” que emigraron regresen. Pese a esto, las solicitudes que recibieron fueron de todas partes del mundo, pero especialmente de Argentina. Hoy en día, Roseto tiene menos de mil residentes y hay dificultades para acceder al municipio por los problemas estructurales.
Otro de los objetivos es que el pueblo, que se encuentra a 54 kilómetros de Foggia, la capital de la provincia y a 287 de Roma, pueda aumentar la cantidad de empleo que existe en la zona. Por la escasa actividad comercial, los jóvenes toman la decisión de emigrar en busca de nuevas y mejores oportunidades.
Por esto, el gobierno municipal tomó la decisión de otorgar subvenciones para quienes abran un negocio. Así, las actividades artesanales, los restaurantes y las tiendas en general se ven beneficiadas con 5.000 euros por solicitante que se irán otorgando en orden cronológico hasta que se alcance el límite de 50.000 euros.
Por último, Parisi señaló: “La iniciativa busca atraer nuevos núcleos familiares para aumentar la población en edad escolar. También buscamos profesionales que teletrabajan, como profesores universitarios o ingenieros informáticos, que vienen al pueblo en búsqueda de la tranquilidad”.
Es con esa finalidad que ofrecen regalar casas si son reformadas. En los últimos treinta años fueron más de mil los pueblos italianos que padecieron el éxodo de aproximadamente la mitad de su población. Otra de las acciones que realiza el Ministerio del Interior italiano para luchar contra ello es "revalorizar" las zonas del interior del país.
Por ejemplo, 60 pueblos italianos venden las casas por un euro con el objetivo de reactivar su economía y su población, a cambio de que las antiguas viviendas, muchas veces históricas, sean recuperadas.
