La figura de Multitalent Agency y estudiante de derecho habla acerca del descubrimiento de su faceta artística tras su participación en el Súper Bailando: “Tuve que enfocarme mucho y la verdad que me acompañó mucho mi mamá”.
No le fue fácil animarse al ojo del público (¡ni a los trucos!) en la pista del Súper Bailando (eltrece): “Tuve que enfocarme y la verdad que me acompañó mucho mi mamá”, dice Lola (18) acerca de su madre (Yanina), a quien quiere parecerse: “Me encantaría ser como ella cuando sea grande”. El Edipo de la figura de Multitalent Agency con su madre y su identificación parecieran ser supremos, aunque ella prefiere referirse a su mamá “como una amiga”. En muchas de sus fotos en Instagram se ve el reflejo de su madre en el vidrio. El detalle no es menor: comparten todo, sin vergüenza ni censura.
“A veces me olvido de que es mi mamá y que me tiene que enseñar. Es una de las personas con las que más comparto y a la que le cuento todo. Siempre me indica el camino y le encanta que haga lo que tengo ganas de hacer”, presume la modelo acerca de un vínculo único. “Cuando ella termina de bañarse es nuestro momento de mayor intimidad, en el que le cuento acerca de mi novio y le pido consejos y ella me cuenta sus experiencias porque vivió un montón de cosas”, relata. “¿Si debato todo con ella?”, se pregunta, y se responde: “Todo”.
Asegura que el cariño de la gente tras la popularidad del Bailando no fue un problema, “porque estoy acostumbrada a que los famosos son mis papás y simplemente entendí que este año me tocó a mí”. Claro que comprende la efusividad del público porque ella misma sigue teniendo ídolos y le parece de lo más natural acercarse a saludarlos. Como a Tini Stoessel, a quien admira y “es mi modelo a seguir”. Aclara que le encanta que tenga “una personalidad muy low profile y que se cuide de mostrarse sexy”. Ese fue uno de los límites durante su debut en la pantalla chica. “Siempre dije que quería estar linda pero que era chica, que era natural no animarme a mostrar tanto”, recuerda la estudiante que hizo malabares entre el pupitre y las coreografías y asegura no haberle tenido miedo a nada en Showmatch, aunque en algún momento se arrepintió de sus decisiones.
–¿De cuáles te arrepentiste?
–Y… de haber tomado tantos compromisos. Con menos parejas, el Bailando se volvió muy exigente. A mí me encanta mi vida social de chica de dieciocho, salir con amigos a bailar, pero al otro día tenía un ensayo a las siete de la mañana. Terminé agotada, siento que por un momento casi me olvidé de la vida común que llevaba, pero valió la pena. Aprendí y entendí todo: sé que la gente va a hablar, digas lo que digas.
–¿Cómo no perder la calma y abstenerse de enojarse con los malos comentarios?
–Logré que me dejaran de interesar los comentarios dañinos en las fotos, por ejemplo, que me hacían muy mal. Lo que más me repetía mi mamá era que no me enganchara con las bajas notas, pero era muy difícil no llegar súper caliente y encerrarme después de haber perdido.
–¿Y te inmunizabas frente a los escándalos o los sufrías?
–Es que a mí nadie me bardeó ni se puso en mi contra. Cuando me dijeron cosas molestas siempre fueron acerca de mi mamá, o me pusieron bajo puntaje porque no la querían. Todo esto es un juego y no es nada personal. Además, extrañé mucho cuando quedé afuera (a fines de noviembre quedó eliminada en el duelo del jive junto a Facundo Insúa). Pasé re lindos momentos, Marcelo me miraba con la ternura de un papá y todos me trataban distinto porque era la más chica del certamen. Por eso, aunque me agoté físicamente, nunca amagué con abandonar.
–¿Te ves dedicándote a una faceta artística?
–Desde chica me gusta la actuación y cantar, pero nunca me animé a hacer castings ni a insertarme en ese mundo. Como estudié en un colegio inglés, tengo algunas herramientas, pero había cosas que no sabía que podía hacer. El Bailando me abrió muchas puertas y quizás se me puede dar algo. De todos modos, siento que estudiar es un accesorio y nunca lo abandonaría porque te abre la mente.
Fotos: Fabián Uset.