Qué hicieron los candidatos mientras esperaban para presentarse ante las cámaras y cómo aguardaron los moderadores. Las frases más picantes de la contienda verbal y el detrás de la escena.
A las nueve en punto de la noche, como estaba pactado, Guillermo Andino y Déborah Plager –los moderadores que abrieron el fuego– dieron comienzo al Debate porteño entre los candidatos que superaron las PASO: el actual Jefe de Gobierno (Juntos por el Cambio) Horacio Rodríguez Larreta, y los aspirantes Matías Lammens (Frente de Todos), Matías Tombolini (Consenso Federal) y Gabriel Solano (Frente de Izquierda). A 17 días de las elecciones, esto pasó cuando se vieron las caras.
El primero en llegar a los estudios de la calle Esparza 37 (desde donde transmitió el Canal de la Ciudad) fue Tombolini. El principal apoyo que tuvo entre quienes lo acompañaron fue el diputado nacional Marco Lavagna, hijo del candidato presidencial de su sector. Como en todos los camarines, ubicados uno junto al otro en el primer piso, tenía a su disposición café, agua, frutas y medialunas. Llamó la atención la manera en que el economista aguardó el debate: se relajó haciendo ejercicios de yoga. Fue el único de los cuatro que usó saco.
Quien arribó segundo, pero estaba desde la tarde preparando sus discursos en un bar cercano fue el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens. Antes de entrar fue hasta un kiosko sobre la avenida Rivadavia para saludar a un amigo. Una asesora le llevaba, en una percha, la camisa blanca que iba a usar en el debate. Antes de ingresar, como todos, se sometió a una sesión de maquillaje. Su hinchada fue bien nutrida: estaban la candidata a vice jefa Gisella Marziotta (de rosa chicle), Pino Solanas y Mariano Recalde, entre otros.
En tercer lugar llegó Gabriel Solano, del FIT, junto a la diputada Miriam Bregman. Curiosamente, siendo de izquierda, les tocó el sector derecho del espacioso estudio, justo delante de las ubicaciones de los periodistas. Allí también se ubicó el dirigente de ese espacio Néstor Pitrola. Con él, el momento curioso se dió cuando Guillermo Andino, luego de ceder la palabra a Lammens, Tombolini y Rodríguez Larreta, casi omite hacerlon él. Luego se disculpó. Fue la única mácula del grupo de periodistas que ejercieron el rol de moderadores. Como contrapartida, quien quiso saludarlo fue María Laura Santillán, que se acercó en el primer corte: "Sos muy simpático", le dijo.
Por último, casi sobre la hora y junto a su esposa, Bárbara Diez, llegó Horacio Rodríguez Larreta. Su comitiva era la más numerosa: estaban el vicejefe de gobierno, Diego Santilli, el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, Martín Lousteau y Graciela Ocaña, entre otros. Como siempre, quien lideró la votación en las PASO prescindió de camisa, y lució una de sus habituales remeras de manga larga.
El tono del debate fue muy respetuoso, y casi no hubo chispazos. El clima monocorde se trasladó a las "hinchadas" de cada candidato, que sólo aplaudieron al final, cuando todo concluyó. Quizás el momento más tenso sobrevino cuando Rodríguez Larreta chicaneó a Lammens: "Matías, durante años trabajamos juntos, vos desde San Lorenzo y yo desde la Ciudad, en Acción social en el Bajo Flores. Y lo hicimos muy bien. Nunca me hiciste un comentario o cuestionamiento de la política social del Gobierno". El candidato del Frente de Todos no se quedó atrás, y a su turno le respondió: "Muchas veces quisiste que sea candidato de tus listas o que me integre a tu gestión. Siempre te expliqué que no lo hacía porque tenía diferentes concepciones de como se hace política y diferentes prioridades". Tal fue el sacudón de la modorra que venía siendo el debate, que Tombolini, cuando le tocó hablar, puso un toque de humor: "Se puso más picante...".