Este sábado 6 de mayo el rey Carlos III fue coronado, tras el fallecimiento de su madre, la reina Isabel II, quien estuvo al mando de la corona británica durante los últimos 70 años. Su Majestad se convirtió en el cuadragésimo monarca del Reino Unido en ser entronado en la Abadía de Westminster frente a los ojos del mundo entero, que está atento a este acontecimiento histórico.
Cuando Isabel II fue protagonista de esta fantástica tradición, Carlos tenía apenas 4 años y Winston Churchill era el primer ministro de la nación. En aquel entonces (1066), Guillermo El Conquistador se convertía en el primer Rey de Inglaterra en ser consagrado en la catedral gótica. Hasta ese entonces, las coronaciones se hacían donde fuera conveniente y sucedían en distintas ciudades de Gran Bretaña, como Bath, Oxford y Canterbury, entre otras.
Las 5 diferencias entre las entronaciones de Carlos III e Isabel II
En la coronación de Carlos solo 2 mil personas ingresaron a la catedral, mientras que Isabel II tuvo 8.251 invitados, es decir, cuatro veces más que su hijo. Por otro lado, el servicio religioso duró una hora en vez de tres, como se hizo hace 70 años.
Sin embargo, una de las principales diferencias es el tiempo que tuvieron para organizar la ceremonia, Carlos comenzó a planearla en septiembre de 2022, mientras que Isabel tuvo 482 días, un año y casi cuatro meses, para preparar su coronación. Si bien Carlos se preparó para el rol de soberano desde hace décadas, tuvo tan sólo 240 días (ocho meses) para organizar su consagración como rey.
Otra distinción, impuesta en este caso por la reina Isabel, es que Camilla Parker Bowles fue coronada reina, honor que no le fue concedido al marido de la difunta monarca, el príncipe Felipe. Según afirman los expertos, el hombre no obtuvo el título de rey a causa de una antigua norma de la realeza británica que decretaba que al marido solo le correspondía el tratamiento de príncipe consorte.
La cuarta novedad tiene que ver con los carruajes. A diferencia de su madre, quien recorrió el camino de ida y de vuelta del Palacio de Buckingham a la Abadía de Westminster a bordo de la espectacular Carroza de Oro de la Familia Real, Carlos usó dos vehículos distintos: uno previo a la coronación y otro posterior a convertirse en reyes de Inglaterra.
Por último, el rey Carlos decidió que tanto su hermana, la princesa Ana, como su nieto mayor, el príncipe George (quien ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión), tengan roles importantes en la ceremonia. A diferencia de su madre y de todos los monarcas anteriores, marcando una notable e histórica diferencia.