Más de 30 mil hectáreas fueron arrasadas por el fuego en Río Negro y Chubut desde principios de año. Los hermosos bosques patagónicos que conocemos quedaron devastados. Hubo al menos tres personas fallecidas y decenas de evacuados. Los vecinos de la Comarca Andina estiman que hubo una 500 casas afectadas. Muchas familias perdieron todo y comienzan la reconstrucción, mientras viven en carpas para cuidar sus terrenos.
Las imágenes fueron tomadas por integrantes de Greenpeace apenas ocurrido el desastre. La organización documentó por aire y tierra el impacto de las llamas; reclamó fondos para el combate al fuego, la restauración de los bosques nativos destruidos y que se cataloguen como delito penal los desmontes y los incendios forestales.
De acuerdo a las palabras del coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace, Hernán Giardini, se trata de un verdadero ecocidio: un crimen que debe ser penalizado como tal.
Los bosques se encuentran cada vez más amenazados por los desmontes y por las quemas provocadas por la actividad humana, ya sea por negligencia o de manera intencional. Las multas no son suficientes para desalentarlos. Los gobiernos provinciales y nacional deben poner todos los recursos disponibles para apagar el fuego e investigar las causas de tantos focos simultáneos.
Los incendios tienen lugar todos los años y se están agravando por el cambio climático. En este caso, las altas temperaturas, la sequía, el viento y la gran cantidad de plantaciones de pino colaboraron para esta catástrofe.
Especies como coihues, cipreses, radales y maitenes arrasadas por las llamas. Aunque todavía se desconoce la cantidad de animales que perdieron su vida, cientos de ellos huyeron de estas áreas destruidas para salvarse.
Donde había un bosque ahora hay cenizas...
