“Más madura” y “sin presiones”, vuelve a reinventarse y cuenta porqué elige no mirar lo que hacen otros artistas y va contracorriente.
Descubrió que el elixir de la vida y, en parte su misión, es creer y crear. Y, como una catalizadora del ritmo en el cuerpo, en cada quiebre de cadera, en cada pincelada a mano alzada, cuando tararea a la mañana dormida, en todos sus gestos pop, hay arte y sacrificio. Habrá que indagar en su inconsciente porqué Lali (28) tiene tan arraigada la idea de que lo hermoso cuesta pero lo que es seguro es que en su alquimia que nos hace bailar hay mente, tezón y horas de sueño invertidas.
Lo que tiene ella es esa magia con la que, con un tema recuperado de la papelera de reciclaje (“cero plan y estrategia de esas mierdas del laburo”), con un video filmado “como loca mala” en su casa en plena cuarentena, consiguió en 48 horas 1 millón y medio de reproducciones y hacer perrear hasta a los detractores de los sonidos urbanos.
A cuatro años de Soy, su segundo álbum que le dio cimientos más fuertes, sigue dando pruebas más que suficientes de una tenacidad que es más difícil de poner a prueba en confinamiento, estado excepcional que la libriana con ascendente en sagitario y luna en escorpio elige definir así: “un estado agotador que nos pide mucha autogestión, más allá de los equipos de laburo”.
En la extensa nota de tapa con GENTE, cuenta cómo tuvo que bajar la autoexigencia en plena pandemia para hacer el video de Lo que tengo yo, de quien resultó protagonista, asesora de vestuario y hasta co-directora (junto al fotógrafo Guido Adler y su primo Lautaro Espósito) y detalla cómo es el mood con el que se maneja "con mis propios tiempos en la industria".
"Yo presto atención y sé lo que pasa, pero si va a ser forzado, no hago nada. Me pasa muchas veces con deadlines, pero yo me lo tomo con responsabilidad, no quiero sacar un disco porque tenga que sacarlo. Quiero que sea porque quiero y porque me gusta", señaló Lali, quien para el nuevo álbum –que verá la luz en segundo semestre del año– convocó a distintos productores.
–¿Y cuál sería la “nueva Lali” que queda impresa en las canciones del nuevo disco? Más convincente, más genuina, ¿qué eligirías contar?
–Desde el primer disco que saqué con tanta ilusión, no sabía si iba a haber un público que me acompañara, sólo lo hice porque lo sentía y tenía ganas de hacer un pop joven que a lo mejor se necesitaba escuchar. Y siento que toda esa verdad me permitió hacer un camino honesto. Yo no me puedo guiar por un mandato o por el camino de otros artistas exitosos, porque no me sale así. Eso no quiere decir que reniegue de ser parte de la industria o de der parte del sonido que se está usando, porque siempre intento ser moderna, pero siempre en un contexto verdadero.
Leé completa la nota de Lali en GENTE en nuestra versión digital.
Fotos: gentileza Iván Resnik para Lali+47 "Beat Street". Make up y pelo: Lucía Scarselletta.