A un mes se cumplan 24 años del trágico accidente que terminó con la vida de Lady Di, MoSef Dahman, el médico cirujano que la atendió e intentó salvarle la vida aquella noche rompió el silencio. Fue la persona que la recibió en la sala de emergencias del hospital Pitié-Salpêtrière de París, Francia.
Dahman se encontraba de guardia aquel 31 de agosto de 1997. “No me dijeron que era Lady Di, pero sí que había habido un accidente grave que involucraba a una mujer joven. La organización del hospital Pitié-Salpêtrière era muy jerárquica. Entonces, cuando recibías una llamada de un colega de alto nivel, eso significaba que el caso era particularmente serio”, contó en el diario británico Daily Mail.
“Para cualquier médico, cualquier cirujano, es de gran importancia enfrentarse a una mujer tan joven que se encuentra en esta condición. Pero, por supuesto, más aún si es una princesa", comentó el médico de 56 años que en aquel entonces tenía 33.
Cuando Diana llegó al hospital, dos horas después del accidente porque intentaron estabilizarla en el lugar del episodio, le hicieron una radiografía que determinó que tenía una hemorragia interna muy grave. Se la sometió a un drenaje torácico para quitarle el exceso de líquido.
2:15 de la mañana la situación de la princesa de Gales se había agravado. Sufrió un segundo paro cardíaco, necesitaba una intervención más extrema. Fue sometida a un masaje cardíaco externo y, aun acostada la camilla de la sala de emergencia, decidieron realizarle el procedimiento quirúrgico.
“El momento fue verdaderamente excepcional. Hice ese procedimiento para permitirle respirar”, dijo y comentó que luego de abrirla se encontró con que Diana había sufrido un desgarro en su pericardio. Luego agregó: “Su corazón no podía funcionar correctamente porque le faltaba sangre”.
Según sus palabras, 2:30 de la mañana fue convocado el profesor Alain Pavie, considerado el mejor cirujano cardíaco de Francia. Para ese entonces todo dependía de un milagro. Con su llegada se hizo una exploración más exhaustiva. Allí se encontraron con lo peor: un desgarro en la vena pulmonar superior izquierda, en el punto de contacto con el corazón.
En medio de la sutura, la princesa Diana hizo un nuevo paro cardíaco. “Probamos descargas eléctricas, varias veces y, como habíamos hecho en la sala de emergencias, masajes cardíacos. Se le suministró adrenalina. Pero no pudimos hacer que su corazón volviera a latir”, recordó Dahman.
Los ejercicios de reanimación se llevaron adelante durante una hora, pero ya no había más nada que hacer: “Luchamos mucho, muchísimo, lo intentamos. Francamente, cuando estás trabajando en esas condiciones, no notas el paso del tiempo. Hicimos muchísimo por esa joven”.
A las 4 de la mañana, el equipo, dirigido por Pavie, aceptó que no se podía hacer más para revivir a su paciente. MoSef recordó que la decisión de continuar con las maniobras, que se llevaron adelante mucho más tiempo que en otros casos, fue una “decisión colegiada”.
