Diego Maradona y Claudio Paul Cannigia se hicieron muy amigos en la Selección argentina y luego en Boca. Su relación era realmente fuerte hasta que Mariana Nannis se interpuso entre ellos.
El propio Diego contó cómo culpa de Nannis él cayó en una depresión enorme. En su biografía oficial, Maradona relató en detalle lo sucedido.
En 1995 el Diez volvía a Boca: “Justo esa semana se armó un quilombo infernal, un quilombo de esos que sólo era capaz de armar Mariana Nannis, la mujer de Caniggia”, contó Diego.
“Declaraciones que van, contestaciones que vienen, me acusó a mí de joderle la vida al marido, cuando en realidad Caniggia era un tipo al que yo quería con el alma. Otra vez, yo, la manzana podrida. Creo que aquella historieta me jodió más a mí que al propio Cani”, siguió contando el Diez.
“Me derrumbó, me agarró una depresión tremenda. Y sí, fue cierto, no me entrené en toda la semana. El único que logró sacarme, como tantas otras veces, fue Guillermo Coppola. Así llegué a Córdoba (para jugar contra Belgrano), de última, pero dispuesto a todo, como siempre”, aclaró Maradona.
Y luego contó: “Ganamos, sí, otra vez, el tercer partido consecutivo... Cagando, pero ganamos 1 a 0. Terminé el partido llorando, pero llorando en serio, y declaré, casi a los gritos: ‘Fue una semana muy dura para mí, muy dura. Y triste, sobre todo’”.
“Verlo tan mal al Cani, a mi amigo, me había hecho mierda. Parecía una boludez, pero así soy yo. Esa misma noche decidí dejar de meterme, que la Nannis hiciera lo que se le cantara. Lo que sí, no le iba a permitir nunca que me prohibiera contar mis sentimientos: si estaba triste, estaba triste, y eso no me lo podía impedir ni la Nannis ni nadie”, concluyó.