Luego de su controvertida salida de la Casa Blanca por no aceptar la derrota a manos de Joe Biden, Donald Trump cambió su estilo de vida. Aquel magnate que buscaba a través de su empresa constructora llenar ciudades de majestuosos rascacielos hoy le dio un vuelco a su vida luego de cumplir su anhelo de ser presidente de Estados Unidos.
Los medios locales afirman que se ha convertido en un jubilado acaudalado de La Florida, lugar que eligió como domicilio fiscal para pagar menos impuestos. En ese lugar tiene la mansión Mar-a-Lago, recinto al que solía ir cada vez que necesitaba darse un respiro de su agitada vida presidencial. Por ahora no volvió a sus negocios inmobiliarios.
Según se informó, desde allí seguirá el transcurrir del juicio político –que comenzó ayer, martes 9– que le inició el Senado bajo los cargos de “incitación a la insurrección” por su rol en el violento ataque al Capitolio, adonde miles de sus fanáticos irrumpieron salvajemente.
Mientras esto sucede, se alejó de las redes sociales (la cuenta de Twitter la tiene suspendida) y dedica gran parte del día a su pasatiempo preferido: el golf. El resto de la jornada se reúne con sus abogados para planear las estrategias que llevará adelante durante el juicio histórico que enfrenta.
Tampoco deja de lado ese espíritu de lucha que lo hace bajar al barro para enfrentarse con quien se le ponga adelante. En este sentido, una clara muestra es la carta con la que se dio de baja del más importante sindicato de actores de Estados Unidos, la organización SAG-AFTRA.
Trump, que tiene un pasado como actor, se atribuyó en la carta, entre otras cosas, ser el creador de miles de puestos de trabajo en las distintas cadenas televisivas, incluso en “medios mentirosos como la CNN”. Sobre el final se mostró ofendido, diciendo “ustedes no han hecho nada por mí”.