Algunos lo llaman casualidad, otros destino. También hay quienes lo definen como la capacidad de estar en el lugar indicado en el momento justo. A ciencia cierta, nadie sabe con certeza por qué ocurren las cosas. La vida es una construcción de situaciones que se desencadenan sin parar, una tras otra. A veces de manera imperceptible. Como un efecto mariposa. Y así lo fue para Javier Milei.
Nadie, ni siquiera él, sabe cómo aquel mediodía de julio de 2016 llegó a estar sentado ahí, en esa mesa de madera de Campo Bravo, la histórica parrilla palermitana. Claro, llegó allí porque había acordado un almuerzo con Matías Patanian y Guillermo Nielsen. ¿Pero en qué momento los conoció? ¿Cuál fue la anterior situación que lo llevó a esa? ¿Y la anterior de la anterior?
Tampoco Alejandro Fantino sabe cómo llegó ese mediodía de entresemana hasta allí para almorzar y producir la noche de Animales Sueltos, el ciclo que condujo desde 2009 durante 12 temporadas.
Pero lo cierto es que el economista y el conductor coincidieron aquel día frío, siete años atrás, en el mencionado restaurante. Y la vida de uno de ellos, la de Milei, cambió para siempre.
La historia detrás del día en que la vida de Javier Milei cambió para siempre
Javier Milei, quien será oficialmente el presidente argentino desde este domingo, conoció a Alejandro Fantino por casualidad.
Aunque ya había tenido algunas incursiones mediáticas, su relación con el animador televisivo fue la que le permitió hacerse conocido a gran escala.
Cuentan que, apenas lo vio, Fantino notó algo en él cuando Patanian, actual vicepresidente de River Plate, se lo presentó. Alejandro se acercó hasta su mesa, extendió su mano y lo saludó. Milei lo miró con el rostro cargado de admiración, como quien ve a una estrella televisiva por primera vez, y tuvo un particular gesto: le regaló un libro.
El santafesino, quien suele contar cada tanto esta anécdota en la intimidad, no recuerda con claridad qué publicación completamente subrayada le entregó el político, pero cree que fue Camino de servidumbre, el best seller del economista austríaco Friedrich Hayek.
Patanian y el político Guillermo Nielsen le contaron a Fantino que Milei era un "estudioso" y un "intelectual de la economía". Y al conductor eso le interesó. Pero lo que más llamó su atención fue el estilo gruñón del líder de la Libertad Avanza. "Odio a (John) Keynes", le advirtió Javier, de entrada, en referencia al conocido economista británico.
"¿Querés venir a mi programa? Dejame tu tarjeta", le propuso el conductor al economista, quien le compartió su contacto y, sin saberlo, puso primera en lo que se convertiría, años más tarde, en su carrera presidencial.
La primera histórica noche de Javier Milei en "Animales Sueltos"
Una semana después de aquel encuentro casual en Campo Bravo, Milei finalmente fue invitado a Animales Sueltos. Aquella noche, a esta altura histórica por lo que terminó significando en la historia de la Argentina, compartió mesa con los periodistas Edi Zunino, Eduardo Feinmann, Daniel Santoro, Ismael Bermúdez y el abogado Christian Poletti.
"Podría ser ministro de Cultura, pero va a ser también un ministro de Economía adjunto, es Javier Milei", lo presentó Fantino, quien estaba bromeando con los posibles cargos que cada uno de los panelistas e invitados podría cumplir en el futuro.
"O dame el Banco Central, que te destruyo la tasa de inflación. Digo, ¿querés bajar la inflación? Dame el Banco Central", fue la primera y enfática intervención del actual presidente tras la bienvenida del animador.
Lo que siguió fue un monólogo. Milei se convirtió en protagonista absoluto del programa y se peleó con todos. Sobre todo con Bermúdez, periodista de Clarín, quien le discutió algunas de sus ideas.
El rating se disparó. De 2,5, que era el promedio del ciclo que se emitía por América, subió hasta 7 puntos. Por lo que, poco tiempo después, Fantino decidió realizarle directamente una entrevista mano a mano, donde el economista fue muy claro y volvió a encender los números.
Quienes estuvieron presentes aquel día aseguran que Milei "tenía un decir que traspasaba la pantalla". Para Fantino algo era fundamental: lo que decía, lo sabía; lo notaba sólido al explicar y encontrar esas características en un discurso tan disruptivo como el del actual presidente era clave a la hora de hacer un buen y atractivo producto televisivo.
De la televisión, Milei no se fue nunca más. A esa incursión en Animales Sueltos le siguió otra en Intratables, donde casi que duplicó el número de audiencia; y eso le provocó un raid mediático interminable.
Hoy, siete años después, aquel economista desconocido de los pelos revueltos se convertirá oficialmente en el presidente de todos los argentinos. Gracias a Fantino, según él. O a la noche de Animales Sueltos en que su vida cambió para siempre.
