Se llama Sebastián, tiene 33 años, es cantante, actor, pianista, modelo y productor y se radicó en la Península en 2017. "Hasta fui pinche de Darin en El secreto de sus ojos", le reveló a GENTE desde Madrid.
“Como cantante, mi viejo es un gran actor”, ríe desde Madrid Sebastián Blanco (33), hijo del gran Eduardo (62), figura de Luna de Avellaneda, El hijo de la novia, Parque Lezama y Alta Mar, la exitosa serie de Netflix rodada en España, donde el entrevistado se radicó en mayo de 2017, abriéndose camino en distintos escenarios, componiendo y grabando música y actuando en distintas plataformas audiovisuales.
–¿Cómo lo sorprendió la pandemia?
–Recuerdo que terminé un ensayo y fui al supermercado. Allí vi que muchos productos que suele haber en stock sin problemas estaban agotados. Se veía la psicosis generalizada. Esa misma noche anunciarían desde el gobierno las medidas a tomar. Ahí comenzó todo “oficialmente”. Yo vivo solo, no tengo pareja, así que desde siete meses atrás hasta hoy la voy llevando de la mejor manera posible.
–¿Cuándo se decidió por el arte? La actuación pudo haberla heredado, pero dice que su padre cantando no era precisamente un talento...
–(Risas) No sé si fue una decisión... Me fue sorprendiendo. Empecé a estudiar canto a los 15 años y nunca paré. El estudio de piano llegó a los 18 y sucedió lo mismo. Cursé en la EMBA –Escuela de Música de Buenos Aires–. Respecto al teatro, comencé a los 16.
–¿Cuándo y qué compuso por primera vez?
–No lo recuerdo bien, porque escribo desde muy chico, pero una de las primeras canciones que consideré composición fue a los 15, 16 años. Estaba muy enamorado de una chica, cliché total. A la fecha llevaré unos cuarenta temas terminados.
–¿Cómo fue su recorrido hasta el lanzamiento de Dejar de pensar, con Luz Cipriota como parte del clip?
–Mi primer trabajo discográfico fue El tiempo de las máquinas, un álbum con once canciones originales, excepto una versión de Come together, de los Beatles. Se grabó en big band junto a doce músicos. También lancé varios singles: por un lado, una versión live de El vacío del espacio, grabada en la presentación de prensa de El tiempo... en el Samsung Studio. Por otro lado, una versión rumbera del tango Nostalgias, a piano y cajón flamenco. Y así llegamos a Dejar de pensar, en single, y con un videoclip rodado en Madrid junto a Luz.
–¿Y cómo fue evolucionando a nivel actuación?
–He trabajado en El secreto de sus ojos como el pinche de Darin. En España, en Los Lunnis y el Libro Mágico y en El año de la furia. Una coproducción hispano-uruguaya que se encuentra en post-producción, protagonizada por Joaquin Furriel, Alberto Ammann y Paula Cancio, donde no sólo participó como intérprete, sino también como cantante lead en dos de los temas originales de su banda sonora. En televisión participé en El hombre de tu vida y Farsantes. Y actualmente en una serie en Instagram llamada Cervecitas (@cervecitaslaserie).
–¿Qué aprendiste de tu papá?
–Tanto de él como de mi madre (terapeuta), a creer mucho en la reinvención, en buscar dedicarse a lo que a uno le apasiona, y a no aflojar. Todo va llegando. Perseguir la vocación como norte. Ambos me lo han inculcado desde siempre.
–¿En qué quisiera parecerse a Eduardo?
–Como actor, en su capacidad de trabajo y su profesionalismo, y como persona, en su inteligencia emocional.
–¿Volvería a vivir en Argentina?
–Claro, en realidad mi objetivo era ir y venir entre Madrid y Buenos Aires. Sólo que ahora, por obvios motivos, está complicado. Es mi ciudad, mi país, tengo a mi familia y amigos, y en lo artístico nuestra Argentina siempre tiene mucho para ofrecer.
–¿Participaría en el “Cantando”?
–Nunca lo pensé, pero no me cierro a ninguna posibilidad.
Fotos: Cortesía de S.B.
Agradecemos a Gisele Speroni.