No hay fanático de Diego Armando Maradona que no quedé hipnotizado cuando ve la obra de Maximiliano Damián Bagnasco (39). Es que el artista –que, claro, se autodefine como “maradoniano”– hizo muchísimos murales del ídolo fallecido en 2020, para placer y sorpresa de aquellos que se pierden en la profundidad de la mirada del Diez perpetuada en la pared. Pero sus ojos no son los únicos que lo cautivaron. El bonaerense también pintó, entre otras figuras nacionales, a Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Mercedes Sosa, Jorge Guinzburg, Ringo Bonavena y Lionel Messi. El tema es que ahora, a su larga lista, suma a Florencia Peña: desde fines de abril de 2021 la actriz quedó plasmada en el complejo habitacional conocido como Mundo Grúa, que se encuentra junto al Riachuelo, en el Barrio 21-24.
Fue justamente mirando su obra –y con las manos aún manchadas de pintura–, que Maxi respondió estas preguntas:
–¿Estás casado, tenés hijos o una novia que te inspira?
–No estoy casado, no tengo novia ni perro, ni tampoco plantas que cuidar. Sólo dedico mi vida al arte.
–Entonces, te invito a definirte como profesional...
–Dentro del arte soy versátil: trabajé haciendo ilustraciones, caricaturas, dibujos animados, cuadros y murales. Por eso digo libremente que soy artista; eso abarca todo.
–¿Cuándo nació tu pasión?
–¡Cuando era muy chico! Y tuve la suerte de que incentivaron mi camino en el arte porque mis primeras publicaciones las hice a los nueve años. A esa edad ya iba a talleres de pintura y ganaba mi primer concurso, reproduciendo una obra de Van Gogh.
–Con ese pasado imagino que tus amigos te pedían que les hagas sus trabajos de Dibujo y Educación plástica, ¿no?
–(Se tienta) Sí, siempre me pidieron ayuda y ya de más grande me pagaban para que se los haga. Y confieso algo: los profesores también me aprobaban sus materias si les hacía lindos dibujos o carátulas.
–¿Y seguiste algún estudio relacionado?
–Formalmente estudié Publicidad, pero a la par fui haciendo cursos y talleres de dibujo, pintura, ilustración, animación, etcétera.
–Si tuvieras que contarle a alguien que no te conoce, ¿qué clase de obras dirías que realizás?
–Diría que soy especialista en rostros. Es que los veo como algo matemático, y ahí desarrollo mi técnica de realismo. Al menos en retratos, no veo algo así en el país. Por eso me llaman cuando hay que retratar a alguien en cuadros o murales.
–¿Llevás una cuenta de cuántas obras hiciste?
–Dibujo y pinto todos los días de mi vida, y cuando hacía caricaturas, capaz que dibujaba cincuenta caras en un evento. ¿La verdad?, perdí la cuenta. Muchos trabajos sólo los recuerdo si me pongo a revisar el archivo.
–Hay un mural que seguro vas a recordar: el primero.
–Lo pinté en el barrio de Belgrano, en 2016. Fue una reproducción de una pintura de Diego Velázquez que modifiqué con mi toque.
–¿Hace sólo cinco años?
–Sí, soy muy nuevo en esto, pero logré muchas cosas gracias a que tenía una trayectoria en dibujo y pintura y a mi formación académica. Cuando trabajo siento que uso las paredes como un lienzo, llevando la pintura clásica a la calle.
–¿A qué personaje te gustaría convertir en un mural?
–Tuve la suerte de pintar a la mayoría de la gente que admiraba, y de conocer a muchos. Rápidamente me acuerdo de dibujar en el Faena a los Guns N´ Roses, de estar con Ozzy Osbourne, con Steven Tyler, y de trabajar con bandas internacionales como Megadeth. También realicé trabajos para Tini, Alejandro Sanz y Sebastián Yatra, y llegué a hacer cosas para Disney, Fox y Amazon. O sea, ya concreté mucho de lo que quise.
–¿Pintar es terapéutico?
–¡Absolutamente! Cuando lo haces, tenés que meterte en cada detalle, y ahí ya no hay ningún otro problema, se te olvida todo y entrás en un trance.
–¿Tenés alguna cábala o tradición?
–Digamos que cuando pinto una obra, mentalmente lo doy todo, porque cada obra es una batalla que hay que ganar. Y cuando se termina… ¡se festeja! (ríe). Igual, la música es primordial en mi vida, así que en todo momento y en cada obra hay música.
–¿A qué muralistas locales y extranjeros admirás?
–Te puedo citar a algunos de los referentes más grandes del muralismo mundial: Kobra, Okuda, Pichiavo, Ron English, Dulk, Belin, Drew Merrit, Nychos, El Mac, Alex Void, Bikismo, Case Maclaim, Aches, Saturno, Telmomiel, Vesod, Fanakapan, y puedo seguir nombrando. ¡Hay muralistas geniales!
–¿Qué son el dibujo y la pintura para vos? Seguro que no sólo un arte…
–Mi manera de comunicarme, porque yo siempre fui tímido e introvertido. Además, el arte me dio cosas increíbles en la vida… me lo dio todo, y yo le doy mi vida al arte.
–Viendo el resultado final que está a tu lado: ¿Cuál fue la primera sensación que tuviste cuando GENTE te ofreció pintar el mural de Flor Peña relacionado a los feminicidios?
–El proyecto me pareció espectacular. Cuando veo casos de femicidios, siento que muchos se pudieron haber evitado, y eso da impotencia. Poder hacer algo con mi arte, me pone bien. Yo no soy alguien que prefiere mirar para otro lado. E ir a los lugares e involucrarte con personas que vivieron este tipo de cosas te deja pensando.
–¿Qué causa aún no producida por GENTE te gustaría plasmar?
–La violencia infantil, a ancianos o a animales. A todos aquellos que están débiles. Particularmente, la violencia infantil me parece terrible, porque estropea vidas para siempre y genera heridas que no se pueden sacar y terminan convirtiéndose en traumas.
–Cerremos soñando: ¿Dónde y qué soñás pintar?
–Ya que el mundo me conoció por mis murales de Maradona, me gustaría pintar a Diego en Nápoles. Honestamente, él hizo que me vean en el planeta y eso ayuda a que haga otras cosas y las vean. Así que, la verdad, ahora quiero ir por otros países pintando y representando a la Argentina.
Fotos: Fabián Uset.
Edición de video: Manuel Adaro.
Agradecemos a: Francuir, Oh my Chalk! pintura y El Galgo.
