Joaquín Levinton es el protagonista de la categoría Dar la Nota de esta semana de GENTE y, entre otros temas, habló sobre su participación en Masterchef Celebrity 3 y Masterchef, La Revancha. “La verdad es que es una experiencia excelente. Tuve la suerte de haber conocido gente increíble. Salí de mi propio contexto y muy muy enriquecedor y productivo. Charlé y viví cosas completamente distintas a las que forman parte de mi vida cotidiana”, aseguró el cantante de Turf en diálogo con GENTE.
¿Con quién se sorprendió más? No duda en responder: “Con La Peque y el Negro Enríquez. Estaba cocinando con un campeón mundial... !Fue una locura! También Paulo Kablan fue un divino total. Aunque, tal vez, en la tele no se note: cuando te pones a cocinar y a jugar hay mucho compañerismo en el estudio de Masterchef. Realmente me llevé bien con todos. Siento que pegamos una onda muy copada. El jurado es espectacular”
Su extraña relación con el dinero
Joaquín asegura que, para él, Masterchef no es un trabajo. “Nunca me di cuenta que a mí me pagaban por ir. Yo no pago ni una sola cuenta. No sé hacerlo. No tengo contacto con el dinero. Solamente entra en la cuenta. Ni lo chequeo. Vivo y por suerte todavía hay. De esa manera, la paso mejor, vivo mucho más tranquilo. Tampoco me daba cuenta que los otros cobraban y que había un premio”, asegura entre risas.
“Hablo en pasado y en La Revancha es igual (se ríe). Para mi Masterchef es ir a pasar el día y nunca preguntarme porqué llegué hasta ahí. Todavía es un misterio para mi estar en el estudio grabando el programa”, asegura.
Nunca había visto el reality show y tampoco mira La Revancha ahora. “Sí lo mira mi familia. Mi mamá vive en Valeria del Mar y dice que los domingos siente que, de una u otra forma, me tiene cerca. Mis amigos también lo miran y se ríen mucho, asi que eso me pone contento”, afirma
Dice que le encantaría compartir algún proyecto muscial con Tomás Fonzi porque “Me parece lo más Tomi. Es muy copado y relajado”, confiesa.
“Todos los días almorzábamos juntos con él y la Peque. Ella es mi superhéroina”, explica y agrega una divertida confesión: “Cuando tengo una duda yo le pregunto a ella. Lo que diga para mí está bien y es lo que hago. No lo cuestiono. Es palabra mayor. Ella es muy auténtica y tiene virtudes muy grandes. Es disciplinada y virtuosa. Cuando tengo una duda le digo: "Peque, ¿qué hago?". No sé qué me dice, pero debe tener razón y jamás lo discuto.”