En uno de los años más complejos para la sociedad, Juana Repetto supo cómo ir cumpliendo sueños. En el mejor momento de la relación con Sebastián Graviotto decidieron casarse. Cumpliendo con los protocolos, hace un mes hicieron una ceremonia íntima, pero no por eso menos emotiva. Estuvieron rodeados de los seres queridos más cercanos.
En la misma línea, como si fuera la frutilla del postre, contó que está embarazada, atravesando el cuarto mes. La noticia sorprendió a más de uno, sobre todo por la manera en la que tuvo a Toribio. Cuando dio a luz ella estaba soltera y quiso ser madre de esa manera. Lo llevó adelante a través de fertilización asistida, por lo cual no tenía la certeza de poder hacerlo de manera natural.
En las últimas horas, la actriz hizo referencia a esto a través de sus historias de Instagram. En tren de confesiones, un usuario le pidió que compartiiera una foto de su “día más triste”. Esto la llevó a que enviara información desconocida para la mayoría. La historia se remonta a septiembre, cuando junto a su pareja quisieron volver a ser padres. “Me decía que tenía problemas de fertilidad e iba a tener que hacer tratamiento para poder quedar embarazada. Al par de días quedé embarazada. Gracias a la vida, un mal diagnóstico”, recordó.
Ante la respuesta, muchos quisieron despejar dudas, saber más, y ella contó su experiencia: “Yo venía con algunos desajustes en los ciclos y cuando nos dieron ganas de empezar a buscar, decidí hacerme análisis para chequear que estuviera todo bien. Resulta que entre los miles de resultados de las diferentes cuestiones que se analizaron, según me comenta la primera profesional que las vio, algunas hormonas tenían valores que no eran los esperables para una mujer de 30”, comenzó.
Luego, concluyó: “Me dijeron que podía significar insuficiencia ovárica, menopausia prematura y varias cosas más que me dejaron muy, pero muy angustiada. Sobre todo porque me dijeron que para quedar embarazada iba a necesitar algún tipo de tratamiento. Todo esto no era correcto”, contó, al mismo tiempo que aclaró que, afortunadamente para ella, no se quedó con esa primera opinión.