El famosos “Boca-River”, “Rivales no enemigos”, “lo que pasa en la cancha queda en la cancha” son muletillas que se han utilizado a lo largo de la historia tanto dentro del ámbito deportivo como fuera de él.
Ahora bien, qué sucede cuando un deportista es capaz de cambiar de bando con todas las consecuencias que eso conlleva.
Uno de los ejemplos más claros es el del deportista Deion Sanders quien se consagró en el fútbol americano y en béisbol. Pero sin embargo, él logró sus triunfos en dos equipos rivales. Luego de no recibir una propuesta de renovación de los San Francisco 49ers, una vez finalizó la temporada se sumó a los Dallas Cowboys.
Otra revelación fue Valentino Rossi el motociclista que en el 2004 cambió Honda por Yamaha, dos compañías japonesas rivales en el asfalto más allá de los circuitos.
Otro ejemplo fue el del William Warr en 2017 cuando cambió de bando para cursar un doctorado en Oxford lo que provocó el descontento de varios amigos del anterior equipo en Cambridge debido a la constante pica que existe en ambos lugares desde 1829.
Según cuenta Clarín, Lebron James es otro de los personajes más odiados en este sentido: cuando dejó su Cleveland natal para irse a Los Angeles Lakers quedó en la mira de todo el mundo en los Estados Unidos.