Del policial El marginal a la sitcom Loco por vos, sin escalas y en un mismo año. Motivo de sobra para que “es un actor muy versátil”, en tono de elogio, le quepa a Juan Minujin (41).
–¿Te honra que se diga eso de vos?
–No me parece un valor en sí mismo. Lo que importa es el poder de expresión que tiene el actor. Jack Nicholson no es particularmente versátil, pero es extraordinario. A mí me gustan las dos cosas: el drama y la comedia. Entro en un carril y voy. Pero el hecho de ser versátil no te hace buen actor.
–Entonces, ¿qué es un buen actor?
–Alguien que encuentra humanidad y verdad en el personaje que está relatando.
TALLERES, LONDRES E INDEPENDIENTE. Fue a los quince años que Juan se interesó por la actuación. Su madre –socióloga y siempre interesada en el arte– lo llevó a ver Postales argentinas al teatro y Juan quedó subyugado con el papel de Pompeyo Audivert. “Quería estudiar y por eso entré al taller de Cristina Banegas, que me atrapó. Pero era un hobby. No sabía qué iba a hacer de mi vida. También tocaba la batería y hacía pintura”, cuenta sin apuro en la actitud, pero con el hablar acelerado. Sobrino segundo de la gran Marta Minujin –es prima de su padre–, asegura: “Es muy inspiradora. Cuando yo era chico ella tenía un perfil muy alto. Era divertido”. Y sigue: “Terminé el colegio y empecé el CBC para Ciencias de la Comunicación en la UBA. Algo quería estudiar, porque ése era el mensaje en casa, siendo hijo de profesionales (mi papá es matemático)... Pero paralelamente siempre seguí con los talleres, y cada vez más en serio, con Guillermo Angelelli. De hecho, duré un cuatrimestre en la facultad... Me empecé a formar tanto que mis padres notaron mi dedicación. E incentivado por mi papá, me fui un año a estudiar teatro en Londres”.
–¿Resultó una bisagra?
–Totalmente. Por la formación, pero además porque me dio otra perspectiva del mundo del teatro. Compartía departamento con daneses y hacía teatro con japoneses. Aprendí a explorar otros caminos expresivos. Fue toda una gran experiencia, más allá de que estaba en la tierra de Shakespeare y del “English drama”. Lo aproveché y estudié mucho.
–¿Cuándo empezaste a tener plata como para vivir de la actuación?
–Cuando volví de Inglaterra. Formé un dúo con Marcelo Subioto e hicimos una obra de clown. Después nos llamaron para otra en el Cervantes y lo que hacíamos era prácticamente ¡pasar por atrás! Pero cobré un sueldo. Prácticamente no trabajé de nada que no tuviera que ver con la actuación. Di clases de teatro en inglés para chicos. E hice mi primera publicidad de los cigarrillos Jockey... ¡cosa que delata mi edad! Con esa plata viví seis meses. Era bastante gasolero... Un buen tiempo lo disfruté gracias a las publicidades y el teatro independiente. Con el grupo El Descueve hicimos giras por Europa y nos fue muy bien. Porque el teatro independiente mueve mucho: tengo varios amigos que viven de ser actores y no son famosos. Dan clases, se suben a un escenario y cada tanto hacen alguna participación o bolo en cine o tele. Hay un campo enorme de actores que no tiene que ver con la fama.
–¿Cuándo llegó la popularidad a tu vida?
–No hace mucho, con la novela de Suar y Natalia, Solamente vos (2013). Había hecho la película Dos más dos, cosas chiquitas en Pol-ka... Pero con la tira la popularidad fue evidente. Y ¡mucha! Con mi mujer, Lau, y mis hijas –Amanda (10) y Carmela (6)–, no subestImamos el tema... Igual sigo tratando de entenderla, porque repercute en nuestra vida familiar. No es lo mismo salir a comer afuera ahora que hace unos años. Ayuda que Carmela tiene varios compañeros con papás que trabajan en la tele.
LO QUE IMPORTA Y LO QUE NO. “Una comedia siempre es difícil. Darle en la tecla al humor... No es fácil hacer Loco por vos, que es la adaptación de una sitcom de otro país, de hace veinte años y sobre cuestiones cotidianas. Fue lindo hacerla, ¡como un viaje de egresados!”, asegura Juan, que participa del ciclo Solidarios por la identidad, los miércoles de octubre en el teatro La Comedia. Y sobre sus personajes dramáticos cuenta: “Fue un desafío interpretar a alguien tan seco en El marginal. Cuesta hacer a una persona tan poco expresiva de una manera que se vea interesante”.
–¿Cuánto te ayuda tu mujer, que es psicóloga, a componer tus personajes?
–Mucho. Hablo un montón con Lau. Lee guiones y borradores. Tiene un punto de vista que me interesa mucho. Un ojo muy agudo.
–¿Cómo se explica el éxito de estar casi veinte años en pareja con la misma persona?
–Llevamos 18 años juntos. Pero creo que la durabilidad no es un valor en sí mismo. El éxito –aunque tal vez diría “logro”– es seguir enamorado de mi mujer después de tanto tiempo. Eso de tener ganas de estar con ella. Y que siga despertando curiosidad en mí.
–Hay quienes dicen que después de los 10 puntos de rating algunos cambian el auto, la casa y la mujer...
–¡Ja, ja, ja! Sonará a frase hecha, pero para mí los logros pasan por lo afectivo. Tener un vínculo sano con mi mujer y mis hijas, por ejemplo. Por suerte, además, vivo de lo que me gusta y vivo bien. Ya gané. No hay más éxito que éste. Obvio que además miro el rating y quiero que la sala esté llena. Trabajo para que me vean. Y por otro lado, un éxito de televisión no pasa sólo por el carisma del protagonista. Hay toda una maquinaria detrás.
–Si el logro es vivir de lo que te gusta y que te vaya bien, ¿cómo explicás semejante resultado?
–Mi psicólogo, ¡muy importante! Y que tengo una linda relación con mi mujer y mis hijas. Además, tuve padres que me transmitieron que “si te dedicás a lo que te gusta y lo hacés en serio, te va a ir bien”. Y eso no es “estar en la tele”, sino vivir de lo que te agrada. Podés ganar mucha guita pero sentirte el peor actor del mundo. Y finalmente, creo que tuve suerte. Si me tocaba trabajar desde niño, hubiera sido otra la historia... Soy un privilegiado por haber podido estudiar y formarme. Estoy seguro de que el talento innato es lo de menos.
Por Ana van Gelderen.
Fotos: Christian Beliera y archivo Atlántida.
Sobrino segundo de Marta Minujin, asegura: “Me gustan el drama y la comedia. Entro en un carril y voy. Pero el hecho de ser versátil no te hace buen actor”. Foto: Gente©.
Foto: Gente©.