Javier Milei (53) fue elegido este 19 de noviembre como el nuevo presidente de los argentinos. Más allá de que muchos votantes lo conozcan por su look descontracturado con los pelos al viento, o sus fuertes propuestas libertarias, poco se conoce sobre su pasado.
En varias entrevistas televisivas, el candidato que obtuvo más del 55,76% de los votos del balotaje, contó que su vínculo familiar más fuerte es el que mantiene con su hermana, Karina Milei, quien, a su vez, es su mano derecha en el armado político de su partido.
Esto se debe a que la relación con sus padres se encontraba hasta hace algunos meses quebrada. Durante las PASO, Milei confesó que no recibió ningún mensaje de sus padres. “No, no me llamaron. Tampoco estoy peleado con ellos. El problema central es que tengo 2500 mensajes acumulados y ni siquiera puedo atender el teléfono, suena todo el tiempo y lo tengo que apagar. Incluso, me equivoqué y antes de entrar al estudio de televisión lo prendí sin querer”, dijo en una nota con Crónica Tv.
Luego, volviendo al punto de cómo es la relación con sus padres, comentó: “Eso no quita que fuera una relación compleja. Desde mi punto de vista, me ayudaron a desarrollar un mecanismo de superación por el cual aprendí a vivir en la adversidad. Que me permite soportar niveles de presión infernalmente altos”.
Quiénes son los papás de Javier Milei
Javier Milei es hijo de Norberto Horacio Milei y Alicia Lujan Lucich, sin embargo, en distintas entrevistas se refiere a ellos como sus “progenitores”, mostrando una distancia muy fuerte de ellos. La razón es que en su infancia habría sufrido –sobre todo de parte de su padre– actos de violencia físicos, verbales y psicológicos.
“Con mis papás llevamos casi diez años sin hablarnos. Vos no llegas a una decisión así porque sí. Yo considero que debes vincularte con la gente que te da vínculos sanos. Es un accidente de la vida el vínculo sanguíneo. Por eso, en ese sentido, para mí no es tan dramático. La gente tóxica te la sacas de encima”, le aseguró Javier a Nicole Neumann en una entrevista cuatro años atrás, cuando el economista ni imaginaba que iba a llegar a estar tan cerca de portar la banda presidencial.
“A mí me tocó que mis padres sean muy tóxicos. Pero creo que todos los maltratos que me tocaron vivir, ya sean físicos o psicológicos, hicieron que eso haya afectado mi personalidad. Porque te imaginaras que cuando yo digo las cosas que digo son bastante pesadas”, deslizó y, haciendo analogía con la actualidad, continuó: “Pero del otro lado, cuando yo digo las cosas que pienso, también hay gente pesada que me dice cosas y todo eso a mí no me causa miedo. Seguramente será por las palizas que recibí”.
En PH, el programa conducido por Andy Kusnetzoff por la pantalla de Telefe, Milei explicó que a pesar de no llevarse bien con sus papás siempre pudo refugiarse en sus abuelos. “Si pudiera volver a tener una cena con alguien que no está sería con mi abuela materna Elia y con quien fue su marido. Porque ella enviudó cuando mi mamá tenía catorce años y fue un ejemplo de vida, una luchadora, una gladiadora. Era hija de italianos y una remadora porque imaginate que su hija era chica y tenía que llenar la olla. La verdad, si existió alguien carente de maldad fue ella”, reveló dejando en claro su adoración por su abuela.
“Después ella se casó con un hombre que para mí fue muy importante, porque me vio en mi proceso universitario que fue bastante complicado… Básicamente, me la hacían muy difícil en mi casa. Mi madre me hacía las mil y unas, por ejemplo, llegaba la época de los finales y me dejaba de hablar, me generaba situaciones de mucho estrés para que me fuera mal”, contó mostrándose dolido.
“Mi padre también es un tipo muy complicado. Es la lógica que él tiene. Darte algo y después generarte una situación para que te vaya mal y enrostrarte que sos un fracasado. Pero eso en mí fue una gran experiencia, porque los mejores momentos son los de crisis, porque los cagones se van y los incompetentes se van. Solo se quedan los que saben y tienen bolas”, concluyó el economista que quiere transformar el país.