Horror en Olavarría: un hombre mató a su esposa y a su hijo y los congeló “para que puedan velarlos”, según explicó – GENTE Online
 

Horror en Olavarría: un hombre mató a su esposa y a su hijo y los congeló "para que puedan velarlos", según explicó

Horror en Olavarria: un hombre mató a su esposa y a su hijo y los congeló “para que puedan velarlos”, según explicó
Los investigadores consideran que es un doble homicidio seguido de suicidio; las víctimas fueron María Sandra Aguer y Tiago Contrera, de 53 y 13 años, respectivamente.
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Olavarría, el partido de la Provincia de Buenos Aires, fue el epicentro de un suceso trágico en los últimos días. Un hombre asesinó a su esposa y a su hijo y los congeló "para que puedan velarlos", según explicó en una carta. Luego, el homicida se suicidó pero dejó una nota en la que explicó por qué tomó la terrible decisión.

La pequeña ciudad, de casi 90 mil habitantes y situada a poco más de 350 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), está definitivamente convulsionada después de que el hecho trascendiera.

Las víctimas, madre e hija, tenían 53 y 13 años, respectivamente.

Según las primeras investigaciones, la mujer y su hijo, fueron encontrados en un freezer. Además, en la misma vivienda apareció también el cadáver del victimario, quien en el pasado fue la pareja de la primera de las víctimas.

Los investigadores consideran que se trató de un doble homicidio seguido de un suicidio. Los cadáveres aparecieron en un domicilio de la calle Lisandro de la Torre al 5000 de la mencionada ciudad.

Según los trascendidos, María Sandra Aguer y Thiago Contreras, de 53 y 13 años, respectivamente, fueron las víctimas. Además, Marcelo Fabián Ene, de 40 años, fue el victimario aunque no tenía denuncias previas por episodios de violencia de género.

Con el objetivo de indagar más sobre el tema, periodistas de C5N se trasladaron a Olavarría y hablaron con Isabel, una vecina de los protagonistas. "No sé qué habrá pasado en esas cabezas. Ella no molestaba a nadie, trabajaba de sirvienta por hora, tenía un kiosko y tenía una pensión por el niño. Él también era muy trabajador, trabajaba a tres cuadras de casa y siempre fue muy respetuoso", dijo.

"Me duele mucho porque hace muchos años que vivo acá y ellos nunca tuvieron una discordia. La señora nunca peleó con nadie; es un barrio muy tranquilo", añadió Isabel y luego cerró diciendo: "Nos veíamos y saludábamos, incluso una vez vinieron a cenar o a tomar mate a mi casa. Nunca hubo discordia, nunca se escucharon gritos ni discusiones".

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