"Luego de la gira por Nueva Zelanda, allá por el mes de julio y donde
no se habían conseguido demasiados resultados, muchos eran los planteos. Entre
ellos, retomaba fuerza el de la necesidad de tener un seleccionado profesional.
A pesar de ser un tema que siempre despertó muchas polémicas, en los
últimos tiempos parecería que gran parte de aquellos jugadores, dirigentes y
entrenadores que se oponían, comenzaron a pensar que el cambio no sería tan
dañino para nuestro juego como se especulaba.
Debo reconocerme dentro del grupo de gente que desea preservar el espíritu y
esencia que posee el rugby en nuestro país. Y sin duda que si pensara que la
idea de un seleccionado profesional atenta contra ello, sería el primero en
oponerme.
Dada la realidad que atraviesa el rugby a nivel mundial se aceleraron los
tiempos de decisión.
Quedó claro en los últimos años que con garra y corazón ya no alcanza
para enfrentar a las superpotencias, compuestas por jugadores que reciben más
de 10 estímulos de entrenamiento por semana, acompañados por complementos
alimenticios, vitamínicos, etc., y que cuentan con períodos de reposo
organizados y dosificados en forma estudiada, entre otras ventajas. No sólo se
trata de una competencia desigual, sino que además se pone en riesgo la salud
al enfrentarlos (mas allá de que no suene bien).
Poco a poco se fueron implementando cambios en las condiciones en que se
preparaban los jugadores acá, y esto comenzó a ayudar. Se comenzó a contar
con cobertura médica privada, becas universitarias, y otros acuerdos que
achican gastos personales -además de preparadores físicos y gimnasios a
disposición de los jugadores-. Y si bien no se pudo implementar la inserción
de jugadores a nivel laboral en ciertas empresas relacionadas con la UAR (Unión
Argentina de Rugby), hubo avances.
Luego vino el gran éxodo de jugadores hacia Europa, sobre todo hacia clubes
de Inglaterra, Francia e Italia. Hecho que sin duda dio un gran impulso al
proceso de evolución que atravesaba este equipo. Fue la gran solución para la
Unión: se consiguió una buena preparación para los jugadores y sin conflictos
en el ámbito económico.
Todas estas situaciones pusieron en evidencia que el grupo de jugadores que
representaba el o los seleccionados nacionales poseía un gran potencial, y que
sólo era cuestión de trabajar más y mejor para que los resultados
aparecieran. Fue así como, además de realizar una buena campaña durante el
último mundial, después, y con un constante direccionamiento de las acciones
en pos de un cambio, la evolución continuó y los resultados acompañaron.
El 2001 fue un año excelente. Luego de una muy buena actuación en la
victoria que conseguimos contra los italianos a mitad de año, cerramos la
temporada con una gira invicta en test matchs por Gales y Escocia, y un
gran partido contra los All Blacks en diciembre. Sin embargo, existe una
conciencia general en que hay más pasos a seguir si se quiere dar el salto
definitivo y conocer el techo de este equipo. Mejorar el juego tiene que ser el
gran objetivo y hacia allí deben apuntarse las acciones. Por eso se llega hoy a
esta discusión que plantea las opciones de definirse por un equipo profesional
o no.
Así como se dieron los distintos pasos que marcaron una evolución, creo que
el próximo es darle las armas y condiciones a los jugadores que decidieron
quedarse en la Argentina para prepararse de la mejor manera posible. El hecho de
recibir dinero no hará que nadie sea más o menos jugador. Pero cuando vemos
cómo está el país y que hay Pumas que laburan de 8 a 20 toda la semana
pero enfrentan de igual a igual a los All Blacks... Que están casados,
que estudian y trabajan para pagarse los gastos de la universidad... Estos casos
demuestran que recibir una ayuda monetaria les permitirá dedicarle mayor tiempo
a su preparación individual. Claro que es una medida que debe estudiarse y
llevarse a cabo en forma organizada. Debe existir conciencia acerca de los
derechos y obligaciones que se generan, y que los jugadores deben aceptarlas y
comprometerse.
Algunos piensan que de este modo algunos clubes se beneficiarán si tienen
jugadores en el seleccionado, pero no considero que sea así.
Hay que tener claro que no es más plata lo que va a hacer que Los Pumas
jueguen y que somos muchos quienes defendemos el espíritu amateur de este juego
en nuestro país. Tengo claro que sólo en la Argentina se sigue viviendo esto
de una manera única. Los terceros tiempos. Los jueves a la noche, los sábados
y domingos muy temprano a la mañana. El esfuerzo de los chicos, sus padres y
entrenadores. El amor al juego y toda la pasión que genera. Está claro que
estos valores son los que hay que defender, apoyar y difundir. Y no creo que se
superpongan con tener un equipo que reciba ayuda económica por representar al
país, puesto que lo hace frente a equipos profesionales.
Es difícil avanzar sin riesgos, y estoy de acuerdo con hacerlo de manera
estudiada y sin herir los principios que mencioné, disfruto con orgullo y
defiendo.
Pero si mejora el equipo nacional hay más difusión del juego, más chicos
que se acercan al rugby. Más hombres que acceden a educarse y formarse con
valores como la amistad, el esfuerzo como única causa del éxito, la
camaradería, la lealtad y la humildad, haciendo crecer el deporte en el país,
y reforzando el espíritu de este juego que tanto queremos…"
por Gonzalo Quesada para Rugbytime
Los penales que patea Gonza son una marca registrada en esta era del seleccionado. En el mundial de Gales fueron decisivos a la hora de sumar.
La formación que salió a la cancha de Ferro para enfrentar a Italia. El partido terminó con una goleada a favor del seleccionado argentino.
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Quesada empuja a su equipo, el Narbonne francés. El, uno de los profesionales de este seleccionado argentino, está de acuerdo con que los Los Pumas reciban una retribución monetaria, aunque aclara: "Hay que tener claro que no es más plata lo que va a hacer que Los Pumas jueguen y que somos muchos quienes defendemos el espíritu amateur de este juego en nuestro país".