El 8 de octubre se celebra el Día Internacional de la Dislexia con el objetivo de visibilizar este trastorno invisible que afecta al 10% de la población mundial. Se trata de una complicación de origen neurobiológico y hereditaria que dificulta a una persona para aprender a leer en forma fluida, exacta y automatizada, y trae grandes consecuencias emocionales si no es tratada y acompañada tanto en el ámbito familiar y escolar como de la salud.
La dislexia es mucho más que tener dificultades en la lectura y en la escritura, ya que existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, confusión entre la derecha y la izquierda y dificultades en las nociones espacio-temporales, entre otras cosas. Debemos tener en cuenta que no existen dos disléxicos idénticos y por tanto cada caso es único y no tiene por qué presentar la totalidad de los síntomas.
Revista GENTE dialogó con el médico pediátra, Gustavo Abichacra, que es parte de la Asociación Civil DISFAM Argentina, integrada por familiares de personas con dislexia, quien dio detalles sobre los desafíos que implica tener esta condición y los cambios necesarios en la sociedad para una mejor educación.
-¿Podrías describir cómo son las dificultades que tiene una persona con dislexia?
-Tener dislexia es como leer en portugués sin saber portugués y escribir con la mano izquierda siendo diestro. Pensá que estás ante un texto con el que te trabás porque hay palabras que no conocés, no entendés y te perdés. No vas a entender la consigna, por lo cual no vas a poder responder bien. Y a eso sumale lo que es copiar para una persona con dislexia, porque copiar es leer primero y después tener que escribir. Entonces, es mucho el esfuerzo, gastan cinco veces más de energía cerebral.
DISFAM plantea que la dislexia no es compatible con el sistema educativo actual. Ante la consulta sobre qué debería cambiar, Abichacra explica la importancia del cumplimiento de la Ley 27306 (derecho a la educación de niños, adolescentes y adultos con Dislexia), pero plantea algunos tips a considerar: “Dar más tiempo para resolver la consigna; agrandar la letra y el interlineado le aumenta un quince por ciento la velocidad de lectura; asegurar la comprensión de la consigna, no darlo por obvio”.
En ese sentido, desde la asociación remarcan que la detección y actuación precoz sobre esta condición es imprescindible para evitar el fracaso escolar, personal y social de las personas portadoras de la dificultad.
-¿Cómo un padre o una madre pueden identificar si su hijo tiene dislexia?
-Cuando se trata de un chico, hay indicios. Cualquier retraso en el habla o dificultades en el habla… Cuando no tenés un buen desarrollo de lo que se llama conciencia fonológica, jugar con los sonidos del habla, es decir, poder separar mentalmente una palabra de la otra, poder separar mentalmente en golpecitos una palabra, que eso es silabear, o poder identificar un sonido inicial medio final dentro de una palabra, ahí vos no vas a poder aprender a leer, porque a la larga leer es relacionar ese sonido con un “dibujito”.
-¿Qué más?
-También está la confusión de derecha, izquierda, antes, después. A veces se asocia dificultades para atarse los cordones y andar en bicicleta, o abrocharse los botones de la camisa. En cualquier caso, es fundamental hablar con los chicos: si te cuenta la Segunda Guerra Mundial con lujo de detalles, tal vez por una película que vio, pero no le sale leer y escribir al respecto, lo más probable es que tenga dislexia. Más posible aún si otras personas en la familia lo tiene.
-Al enterarse los padres de que su hijo tiene dislexia, ¿qué recomendás que tendrían que hacer?
-Lo primero que tenés que hacer es, si vos detectás a los problemas del del lenguaje tempranamente, llevarlo a una fonoaudióloga para que juegue con los sonidos, para que el chico se entrene en eso, porque tal vez no vino “cableado” para eso, vino para reconocer imágenes, no letras. Incluso en muchos casos resultan ser especialistas en gestos y posturas, con mayor desarrollo para identificar si estás triste, enojado, o si la maestra lo quiere o no lo quiere.
-¿Y luego?
-Y más adelante consultar con una psicopedagoga. Solo el 2% de las personas con dislexia pueden llegar a leer como un lector hábil, el 98% sigue leyendo mal. Entonces, lo fundamental es acompañarlos en ello llevándolos a los especialistas que sepan. Y comprenderlo, evitando que esto sea un sufrimiento o una carga.
DISFAM Argentina, Dislexia y familia, es una Asociación civil sin fines de lucro. Creada en 2013 con la finalidad de la difusión y el mayor conocimiento de la problemática de la dislexia y otras DEA. Está integrada por María Arabetti, Presidente Disfam Argentina, y el Dr. Gustavo Abichacra, Presidente del Comité Científico, junto a otros padres y profesionales de la salud y la educación.
El objetivo es actuar como enlace entre los padres, la comunidad educativa en todos sus niveles y los profesionales de la salud en los distintos ámbitos de la comunidad.
