A catorce días de que su cumpla un año del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell a manos de un grupo de rugbiers oriundos de la ciudad bonaerense de Zárate, la palabra de su madre, Graciela Sosa, resuena con la fuerza ejemplar de toda una sociedad que necesita justicia.
En noviembre, con la noticia del pedido de elevación a juicio de los rugbiers, los padres del joven de 18 años aseguraban que iba "a ser un proceso largo, porque son muchos imputados", pero decían que se sentían aliviados y más cerca de la justicia.
En un nuevo diálogo con Nosotros a la mañana (eltrece), la madre de Fernando, quien todos los días cumple el ritual de ir al cementerio de la Chacarita a dejar una flor en su tumba, contó cómo fue el Año Nuevo sin su hijo.
“A las 23.55 nos tomamos de la mano fuertemente. No teníamos palabras”, explicó Graciela. "No nos hablamos con Silvino (el padre)... Sólo rezamos y le pedimos a Dios que nos dé fortaleza para seguir”, agregó.
A días de que se cumpla el aniversario del crimen que conmocionó al país, Graciela pidió que éste sea un caso de justicia ejemplar. Dijo que nadie se merece lo que le hicieron a Fernando, que "lo hicieron por divertirse" y contó que hay momentos en que se culpabiliza por haberle permitido viajar a Villa Gesell.
"Hoy me siento tan vacía... Me cuesta levantarme a la mañana y ver su cama tendida, que está ahí. Todas las mañanas me acerco a sus fotos y le digo 'buen día, mi amor', al igual que cuando salgo me despido dándole un beso"
"Yo me sentía feliz de darle lo que podía. A Fernando nunca le hice faltar nada", señaló Graciela, quien recordó cuando con su hijo revisaban que no le faltara nada para salir de vacaciones. "Espero que la Justicia le dé esta oportunidad a mi hijo. Fernando era mi luz y mi lucha en esta vida", continuó la mujer, emocionada.
"Hoy me siento tan vacía... Me cuesta levantarme a la mañana y ver su cama tendida, que está ahí. Todas las mañanas me acerco a sus fotos y le digo 'buen día, mi amor', al igual que cuando salgo me despido dándole un beso", contó Sosa, quien dijo tratar de tener presente todo lo que su hijo le decía. "Éramos muy felices los tres", expresó.
“A las 23.55 (con Sabino, su marido) nos tomamos de la mano fuertemente. No teníamos palabras. No nos hablamos... Sólo rezamos y le pedimos a Dios que nos dé fortaleza para seguir”
Además, contó cómo se encuentra anímicamente Julieta Rossi, quien fuera novia de Fernando: "Está muy triste, muy para abajo, tratando de salir adelante. Pero siempre está con nosotros. Se amaban, eran muy felices. Imposible de creer lo que le pasó a Fernando y que haya quedado tan sola".
"No sé cómo será el momento en el que tenga que enfrentarme con los asesinos de mi hijo, porque tienen casi la misma edad que él. ¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué tanto discriminar a una persona que ni siquiera conocían? ¿Por qué se creyeron tan superiores a él? No lo sé y no creo que vaya a tener esa respuesta. A veces tengo ganas de preguntarles por qué lo hicieron", concluyó Graciela entre lágrimas.
