Alfredo Cahe, histórico médico del Diez, que lo cuidó en sus peores momentos y estuvo encargado de su rehabilitación en Cuba en su lucha contra las adicciones, cuestionó el modo en que Maradona atravesó el postoperatorio en su casa de Benavídez y apuntó a su entorno.
En diálogo con Nelson Castro en Tarde de una crónica anunciada (Radio Rivadavia), Cahe aseguró que “Maradona no estaba en condiciones de alta y tampoco estaba profundamente chequeado”.
Además, consideró que en la muerte del astro, fallecido el pasado 25 de noviembre a causa de una insuficiencia cardíaca aguda, hubo “negligencia, imprudencia e impericia”.
Además, Cahe contó que se sorprendió cuando los médicos de la Clínica Olivos –donde fue operado del hematoma subdural– decidieron darle de alta junto a su neurocirujano Leopoldo Luque, luego imputado por homicidio culposo y a quien allanaron el fin de semana pasado secuestrando la historia clínica del Diez.
Según el criterio de Cahe, al abandonar la clínica Diego "necesitaba un control constante y continuo". Acerca de la atención que recibió la leyenda del fútbol en la Clínica Olivos, el profesional dijo: "No lo vi con un monitoreo total y tampoco lo vi cuidado con un plan de enfermería constante y continuo”.
Respecto de la internación médica domiciliaria, aclaró que "no se lo cuidó como correspondía. Tendría que haber permanecido internado, no en una casa que no está preparada". La postura de Cahe coincide con lo que consideran los fiscales a cargo de la investigación de la muerte de Diego: “Tras los primeros cinco días de investigación, por lo que vemos la conducta era absolutamente negligente. Era una internación domiciliaria totalmente deficiente. Era un descontrol total y absoluto”.