El exconvicto no se puede acercar a menos de 300 metros de su exmujer -con la que se casó en 2007 en prisión- y de sus dos hijas. Pero a menos de una semana de recuperar su libertad, se activó por primera vez el dispositivo.
El viernes último recuperó la libertad tras cumplir su pena Fabián Gerardo Tablado, el femicida que en 1996 mató de 113 puñaladas a su novia.
Según dispuso la jueza Silvia Sendra, Tablado -quien cumplió 44 años ayer- no puede acercarse a menos de 300 metros de la casa de su exmujer, la docente Roxana Villarejo y a sus hijas mellizas de 11 años. Como así tampoco acercarse al establecimiento educativo al que asisten la niñas.
Por tal motivo tiene colocada una tobillera electrónica con la que se lo controla las 24 horas para que cumpla la restricción perimetral que le prohíbe acercarse a menos de 300 metros de su ex mujer y sus hijas mellizas.
Si bien la perimetral es por 300 metros, los técnicos del SPB que monitorean desde La Plata reciben la activación de los sensores cuando Tablado se acerque a su ex mujer, o viceversa, a una distancia de 700 metros, así tienen tiempo suficiente como para avisar.
Y ayer se activó por primera vez el dispositivo cuando su ex mujer fue localizada a sólo 200 metros de la casa de los Tablado en Albarellos 348 de Tigre, donde en 1996 fue el femicidio de Carolina Aló, pero se comprobó que sólo había ido al odontólogo.
Roxana Villarejo -con quien Tablado se casó en la cárcel en 2007, luego se separó y amenazó de muerte, lo que valió otra condena- se colocó la tobillera el mismo viernes que su ex marido recuperó la libertad a eso de las 19, pero ubicar a Tablado fue un problema para la policía.
Según las fuentes consultadas por la agencia Telam, para poder ser notificado de medidas como ésta, el ex convicto fijó como domicilio para la Justicia de Familia domicilio en una isla del Delta de Tigre, pero allí no lo encontraron.
Por ello, la policía fue varias veces al otro domicilio del homicida, la casa del femicidio de la calle Albarellos, donde aún viven sus padres, pero el viernes tampoco hubo nadie.
Alertada la familia por algún vecino que le contó sobre las sucesivas visitas del patrullero, el propio Tablado se comunicó por teléfono con la comisaría 1ra. de Tigre para preguntar por qué lo buscaban y allí se le notificó la medida de la tobillera y se acordó un sitio de encuentro.
Fotos: Fabián Uset
