Es la primera vez en los 131 años de historia del Abierto Argentino de Polo que se abre la cancha central de Palermo para compartir un asado, pero no cualquier asado. Se trata de la experiencia gastronómica de Salvaje, la marca de carne de lujo que llegó con el objetivo de “descomoditizar” un producto tan emblemático para sumarle valor a través de una etiqueta. Una propuesta gastronómica donde un grupo selecto de invitados disfrutan de lo mejor de la Argentina en cada bocado, en un entorno único y sentados a la mesa que descansa sobre el mismo césped donde los equipos, sus caballos y jugadores practican el mejor polo del planeta.
De las tres experiencias Salvaje que fueron programadas para el Abierto, solamente queda una pendiente, que tendrá como protagonistas a las autoridades de la Asociación Argentina de Polo, los patrones de los equipos que compiten actualmente en Palermo y también algunos de sus jugadores más destacados. Comensales de un evento que, según explican los organizadores, puede definirse como “lujo nómade”; ya que se trata de experiencias que se montan y se desmontan en el mismo día. Un lujo salvaje que se desplaza al compás de las distintas estaciones por las que pasan los invitados durante la cena, en un evento que requiere de un equipo de trabajo de más de 40 personas, pero que es casi imperceptible. Porque todo se arma y se desarma sin que casi nadie lo note.
“Si bien los invitados de esta última cena son personas muy familiarizadas con el mundo del polo, también será para ellos una experiencia singular. Por primera vez, van a vivir el escenario del polo y de su propio deporte desde otra perspectiva -sugieren desde la marca Salvaje-. Muchos están acostumbrados a estar en las tribunas, en los palcos mirando los partidos o en la cancha, compitiendo, y ahora van a ver todo desde una perspectiva distinta, una Buenos Aires diferente. Estarán cenando en el medio de la cancha 1, observando el cielo más maravilloso y en el medio de un césped único y mágico”.
La primera marca de carne de lujo
Salvaje, aseguran sus fundadores, es la primera marca de carne de lujo, y detrás del proyecto están Héctor Gatto, ex subsecretario de Políticas Gastronómicas del gobierno porteño; Kevin Chochlac, fundador de Locos X el Asado y Juan Ignacio Barcos, chef, productor ganadero y dueño del restaurante Madre Rojas. A pocos días de haber cerrado su primera ronda semilla, Salvaje levantó capital por más de 1 millón de dólares, y según explica Chochlac, la idea de la empresa es continuar con el mismo modelo de crecimiento que implementan las startups más exitosas de Estados Unidos. Por eso, insisten, la intención es convertir a Salvaje en el primer unicornio de la carne. Y las experiencias gastronómicas son uno de los caminos para conquistar el mercado.
Marcas de lujo, señala Héctor Gatto, hay muchas. Marcas de carne de lujo, ninguna. "Hoy, la Argentina exporta por tonelada, y lo que propone Salvaje es comenzar a pensar en kilos, incluso en bocados -insiste Gatto-. Uno de los mejores chefs del mundo, Gastón Acurio, dijo alguna vez: 'Suiza no tiene cacao, café ni metales. Suiza tiene Milka, Nespresso y Rolex'. Y es el país número uno en exportación de alimentos a Estados Unidos. ¿El número 2? Países Bajos. Ellos reciben las materias primas de todo el mundo y le agregan valor".
Un guion para cada coreografía gastronómica
Además de la mejor carne, Gatto señala que la Experiencia Salvaje pretende ser una propuesta inmersiva, donde el invitado es el protagonista de un evento que pone en juego los cinco sentidos y los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. “Lo primero, es el escenario. Las experiencias suceden en lugares inéditos, como en esta ocasión, que es la primera vez que se abre la cancha 1 de Palermo para compartir un asado”, refuerza Gatto, y agrega: “Además, cada estación por la que pasan los comensales está guionada, hasta los recorridos de los mozos fueron cronometrados. Un ejemplo: las empanadas de carne que forman parte de la segunda estación se sirven en los livings dispuestos en el centro de la cancha. Entonces, para que lleguen en su temperatura justa, el tiempo que tardan los mozos en atravesar todo ese trayecto está cronometrado, ya que había 2 minutos con 20 segundos a pie entre la parrilla que está fuera de la cancha y el centro geográfico del campo de juego”.
Todo funciona, según los creadores de esta experiencia, como una coreografía gastronómica que, actualmente, está dirigida por Marco Paoletti, un artista que estuvo 20 años viajando por el mundo en todos los niveles del circo moderno, desde el circo social hasta Cirque du Soleil y la Compagnia Finzi Pasca, una de las principales compañías de arte independientes en el mundo.
De Suiza a Palermo
Para las tres experiencias que lleva adelante Salvaje en El Campo Argentino de Polo, el cocinero elegido fue Agustín Brañas; un chef con trayectoria en distintas experiencias de lujo en la Argentina y en el mundo, como cuando estuvo a cargo durante tres años del restaurante Chubut Food & Fire del hotel de lujo ParkGstaad, el centro de esquí suizo más exclusivo de Europa.
“Su recorrido por el mundo lo vuelve una persona increíble -destaca Gatto-. Es el chef ideal para poder interpretar los distintos momentos de la carne de Salvaje en un escenario como éste”. Luego del Abierto de Polo, el objetivo de Salvaje es encontrar distintos venues para realizar nuevas experiencias. Según los emprendedores, la idea es replicar estos eventos en distintas capitales del mundo. “Estamos evaluando poder organizar experiencias en el marco de algún gran premio de Fórmula 1 -sorprende Gatto-. Salvaje está haciendo que estas experiencias sean la presentación de la nueva cultura argentina alrededor de la carne, en distintos lugares del mundo, con los mejores asadores, los mejores cortes y los mejores guiones, y siempre adaptándonos a la escenografía”. Además, a partir del año que viene, tienen previsto inaugurar Casa Salvaje, con la intención de abrir la experiencia a un público general, pero siempre exclusivo.