Luego de la publicación de GENTE, un Diputado Nacional boliviano Tomas Monasterio, pidió que la fiscalía y la policía de su país, actúen de oficio e investiguen cómo murió el reportero gráfico.
Hasta las 19 horas de ayer, la repentina muerte del fotógrafo Samy Schwartz (55) había pasado prácticamente desapercibida. Con dolor y angustia, familiares y amigos velaron sus restos en el Círculo Israelita mientras la policía se acercó hasta el lugar para avisarle a los familiares que la muerte del fotógrafo "había sido por causas naturales". Raquel, su hermana, habló con el periodista Jaime Herrera, de Noticias PAT, y contó: "El tenía un cuadro complicado de salud. El año pasado había sufrido la perforación del intestino. Y ahora venía de Chile, donde se fue a cubrir las manifestaciones en Santiago. Tomó un avión en el aeropuerto de La Paz y cuando llegó a Santa Cruz le pidió a su novia que lo llevara a una clínica porque se sentía mal. Fueron al Sanatorio Incor, le hicieron estudios del corazón, pero como estaba bien, lo mandaron de nuevo a su casa. A las pocas horas le dio una crisis, algo le reventó en el estómago y falleció. La familia, por la religión que profesa, no va a hacer ninguna denuncia y no va a permitir que se le practique una autopsia al cuerpo".
Pero pasadas las siete de la tarde, GENTE publicó en su web una nota en la que Samy había confesado –en forma exclusiva– que "en diciembre de 2018 quisieron asesinarlo con un hueso tallado escondido en una empanada y que tenía miedo de volver a su país porque le habían informado que iban a asesinarlo", todo cambió. Bajo el título: "Apareció muerto el fotógrafo que provocó la renuncia de Evo Morales: 'Mi cabeza tiene precio'". La nota conmocionó a Bolivia. Es que los audios (se pueden escuchar aquí) y los testimonios que Samy le confesó a GENTE, además de reveladores eran escalofriantes.
Cuando decidió hablar el 16 de noviembre para la primera nota que se publicó, dijo: "Esto que te estoy contando, que intentaron asesinarme con dos empanadas y que me provocó que me saquen la mitad del intestino, jamás se lo dije a nadie". Esto explica porqué Raquel, una de las primeras personas que debería sospechar por la muerte repentina de su hermano, le contó a los periodistas su afección intestinal. Si ella hubiese sabido la verdad, que a su hermano en el Mount Saint Medical Center de Miami le sacaron un hueso tallado cubierto de grasa, otra hubiese sido su reacción.
Hoy a la una de la tarde, los restos de Samy fueron sepultados en el cementerio Israelita y como contó su hermana "no le hicieron autopsia al cuerpo". La presidenta Jeanine Añez, con quien se había reunido el día anterior, publicó en twitter un sentido mensaje: "Muy triste tras el fallecimiento de mi querido amigo y gran luchador por la democracia @samyschwartz. Ayer me visitó en Palacio y me acompañó en la sesión de fotos oficiales. Nuestros últimos momentos juntos fueron con mucho cariño y respeto mutuo. ¡Hasta siempre querido amigo!".
Sin embargo, el tema explotó en las redes sociales. Nadie entiende como un hombre que estaba aterrado por su vida y por la de su familia fue enterrado sin que nadie se preguntara si no había sido asesinado. Quien sí se la hizo fue el diputado nacional Tomas Monasterio, y elevó un pedido al Congreso de Bolivia para que se investigue su deceso. "Samy fue amenazado de muerte por el gobierno del ex presidente Evo Morales y nosotros vamos a tomar las medidas para que los fiscales actúen de oficio". Y en declaraciones a GENTE aseguró: "La nota nos despertó a todos. Le prometo al pueblo boliviano, por la memoria de Samy, que voy a investigar hasta el final".
