Cacerolazo y devaluación. Rod Stewart cancela su concierto. Recortes y pesificación. Luis Miguel suspende el recital programado. Corralito e inflación. Ricky
Martin decide tomar otros rumbos. Saqueos y recesión. Enrique Iglesias pisa tierras lejanas. Colapso social y desocupación. Chayanne no para de trabajar en la Argentina. ¿Perdón?
-¿Perdón qué? -pregunta curioso Elmer Figueroa Arce o Chayanne, bah (33, portorriqueño) mientras camina lento sobre la larga pista del Aeropuerto Internacional de
Ezeiza.
-Sucede que resultaba extraño verlo por acá, un sitio alejado del mapa, en medio de quizá la peor crisis en su historia. Pero claro, se equivocó de país y ahora camina hacia al avión para irse. ¿Verdad?
-Mentira. Nada de partir. Entre hoy, ayer y anteayer filmamos los videoclips de Y tú te vas y Torero, ambos temas estreno, junto con Quisiera ser, de mi próximo disco Grandes éxitos, que saldrá el 26 de marzo. Tres días de labores que terminan en Ezeiza y en los que casi logro que dancen varios técnicos. A mí no me gusta bailar, me gusta ver bailar. Soy de los que se sientan a disfrutar cómo baila la gente. Por timidez, no sé bailar fuera del escenario. Tampoco me atrae poner un compacto mío y oírme, eh… Me fui por las ramas, sí. Decidí venir y quedarme porque entiendo que el show debe continuar. Y más cuando de la Argentina se trata. No puedo pecar de desagradecido con un país que me ha brindado tanto. Estoy comenzando el Simplemente Tour -que continuará en el Uruguay, Perú, Venezuela y España- con enorme placer, fuerza y entusiasmo.
-¿Usted lee los diarios, Chayanne, entra a Internet, sabe lo que viene pasando en nuestra tierra? ¿Sabe que de la Argentina actual la gente se va en lugar de venir? ¿Sabe que no le pagarán en dólares, no?
-Nunca dejo de informarme sobre lo que sucede, ya sea a través de los medios de comunicación, de la compañía de discos
(Sony), de la gente que me contrata (Fénix Entertainment Group), de mi secretaria (Alejandra), que nació donde tú y se la pasa llamando. Yo viajo con la Argentina en la mente. Sé de la inmerecida situación por la que transita un sitio tan bonito y rico, con gente formidable, cargada de chispa y buen humor. Innumerable cantidad de veces me han invitado a compartir un asado, un vino en su casa. ¿Cómo no voy a intentar yo cumplir cuando tienen problemas? ¿Cómo negarme a tenderles una mano si llegan a necesitarme para algún benéfico? No lo pienso dos veces. Lo sostengo con fundamento: descubrí su idiosincrasia, respiré su aire, mi corazón latió aquí en 2001.
-¿Y qué le dice él en este momento? Porque cuando se fue hace cinco meses y medio, luego de seis grabando la telenovela Provócame, había un Presidente…
-De la Rúa.
-… bien, y ahora…?
-… Hay otro, Duhalde. Y en el medio pasó Rodríguez Sáa.
-¿Cómo nos encontró?
-Los encontré enfrentando un momento durísimo, pero con la cabeza alta, luchando por salir. Impresiona la protesta pacífica al son de una olla y un cucharón. Saben que no hay otra. Veo que no se entregan e intentan encontrar las soluciones. Y lo más importante, a pesar de las dificultades, también los veo sonreír. ¡A los argentinos definitivamente no se les puede sacar la alegría, che!
-Más allá de los políticos.
-Je, los políticos. Todos hacemos un poco de política. El tema es si es política sana o de la otra. En la otra yo no me meto.
-Prefiere no meterse pero sí ha recorrido el planeta de pe a pa. Deje entonces por un segundo la sana política de lado y arriesgue por qué imagina que nos pasa lo que nos pasa. En el exterior nadie nos soporta demasiado.
-Afuera se oyen críticas pero yo evito buscarle defectos a la gente que quiero o a un país que quiero. Menos, si lo que recibí de él siempre han sido deferencias, calidez, amistad. Y me refiero a los porteños como a los habitantes del Interior, de Rosario, Córdoba, San Juan. Aparte, mi primera maestra de baile (Leonor Constanzo) nació en tu suelo y siempre me trató como a un hijo. Entonces, ¿qué puedo opinar yo sobre los argentinos? Por eso ahora me acerqué.
-Una excepción. Usted se ha convertido en el primer artista extranjero que decide presentarse desde que renunció el gobierno de la Alianza.
-Yo hice lo imposible para poder concretar mis presentaciones de Buenos Aires y Córdoba. Desde principios de 1999 que no salía de gira por éste, por mi segundo hogar. Sin embargo, respeto al artista que cancela o elige distinto itinerario.
-Recurrió a la sana política nomás, Chayanne. ¿Cómo se lleva con sus eternos competidores latinos?
-Genial. Yo pienso en que triunfe la música latina, no en rivalizar con mis colegas. Debemos cuidar la puerta que nos abrieron, entre otros, Rita Moreno, Libertad Lamarque y Raúl Juliá. El calor humano, la naturalidad con que nos movemos, atrapan. En lo personal, he sentido un bombardeo realmente bonito a partir de encabezar en cine Dance with me (Baila conmigo). Incluso me llamaron para trabajar con Penélope Cruz y, por falta de tiempo, no pude. Admiro a talentos como Barbra Streisand, James Dean, Elvis Preysler, Cher, que hacían música y actuaban. Anhelo desarrollarme en las dos áreas, pero como los caballos de carrera, mirando mi pista, tratando de crecer sin desearles mal a mis colegas. De allí que frente a ninguno sufro roces.
-¿Se habla con los Castro, los Luismi, los Quique Iglesias?
-Seguro. La última semana encontré a Paulina Rubio comiendo, nos saludamos y más tarde platicamos por teléfono. Con Christian cené. Con Luis Miguel comí invitado en su casa tras entregar juntos unos premios. Con Enrique compartí aviones vía Madrid. Con Jennifer López grabé a dúo.
-Acaba de nombrar a doña Jennifer López, el emblema internacional de las curvas y las rotondas, y nos da pie a una seudopulseada nacional: ¿rubias estilizadas estilo Barbie o morochas fortachonas estilo López, Chayanne?
-Guau. Ahí yo te di, gua, buin… balbuceé (lanza una larga carcajada). Con algunas que acuden a la sensualidad, a la timidez y a una mirada que puede matarte, pensás: "Ahí adentro hay un apasionante misterio".
-Ejemplo, Julieta Prandi, su compañera en la publicidad de papas fritas.
-Exacto. No obstante, las encaradoras de caderas y delantera pronunciada, a su manera, igual te terminan rompiendo la cabeza. Tendrías que acercarles un camión de bomberos para apagar tanto calor. ¿Conclusión I? Me gustan las Barbies inocentes como me gustan las morochas calientes.
-¿Conclusión II?
-Yes. Mi mujer Marilisa es la combinación de ambas.
-Vuelve a la política.
-(Reincide con la carcajada). Por algo vamos por la docena de añitos juntos. También extraña a la Argentina. Extraña leer escuchando los pájaros. Le fascinó el país. Como a mis hijos Lorenzo (5) e Isadora (1). Lo sabe dónde estoy. "¡¿En la Argentina, papi?!", pregunta, "¡¿Con Laura?!", la chica que lo cuidaba. Se acuerda detalles. Aprendió a correr sobre caballo, a remontar barriletes en el parque, a patear la bola de fútbol conmigo. Por otro lado, con Isadora visitábamos el zoológico. Yo jugaba al golf. Hasta que regresamos a Miami, donde residimos.
-Miami, claro. ¿Por qué Miami?
-Comodidad. Viví sus cambios. En el 86, después de moverme por Los Angeles, México y España, decidí afincarme en Miami. Desde allí, lo que llamo la época oscura de Chayanne, en 1995, reconstruí mi compañía de cero.
-¿Pensó en mudarse, asustado por el ataque terrorista del martes 11 de septiembre?
-Existen muchos problemas en el mundo, y los Estados Unidos no son excepción. Pasó lo que pasó en pleno momento de una economía bestial, cuando allá las cosas se habían volcado hacia lo mundano, lo estético, lo superficial. La caída de las Torres Gemelas unió a cada familia americana. Los ciudadanos comprendieron que en dos segundos podían perder sus mayores tesoros, el hijo, la madre, el tío. Empezaron a rescatar el día a día. Por eso creo que los argentinos deben valorar lo que poseen y no perderlo. Compartir un café, caminar por la calle, sentarse a la mesa y transitar una noche charlando con amigos hasta el amanecer. No dejen que la tristeza invada a un país maravillosamente feliz. En las buenas y en las malas, siempre estaré con ustedes. Llevo a la Argentina sobre y bajo mi piel.
-Entonces, ya que en esta visita inauguró un cambio de la look, durante la próxima, ¿no descartamos que nos sorprenda con el pelo teñido de blanco y celeste?
-No lo descarten. Para nada.
por Leonardo Ibáñez
fotos: Diego Soldini, Diego García, Maximiliano Vernazza y
La voz del Interior
A lo largo de 23 años lleva vendidos 10 millones de unidades. Aclamado y vigente, el 24 de marzo saldrá Grandes éxitos, su disco número 16. Viene de recibir la Gaviota y la Antorcha de Plata en el Festival Internacional de Viña del Mar, Chile, donde reemplazó a Rod Stewart. En Buenos Aires, mató.
Mi cambio de look lo decidí entre ensayos, con la sugerencia de gente cercana. 'Pero me siento sucio', les repetía yo. Al final accedí. El pelo largo y la barba me resultan comodísimos. aunque entre nos, obedecen a que había perdido la afeitadora y olvide las tijeras en Miami"">
"Mi cambio de look lo decidí entre ensayos, con la sugerencia de gente cercana. 'Pero me siento sucio', les repetía yo. Al final accedí. El pelo largo y la barba me resultan comodísimos. aunque entre nos, obedecen a que había perdido la afeitadora y olvide las tijeras en Miami"