Se lo llamó ‘Galileo Galilei’ en honor al matemático, ingeniero, filósofo, físico y astrónomo italiano (1564-1642), a quien la antigua ordenanza municipal describe como alguien de “extraordinaria personalidad que trascendió las fronteras de su patria para incorporarse a la pléyade de genios universales que impulsan el progreso de la humanidad”.
Desde el aspecto arquitectónico, la forma del Planetario se estructura original y simbólicamente en torno a las figuras del triángulo equilátero, el rombo, el hexágono y la circunferencia, en una evolución de lo simple a lo complejo.
Así en el cielo como en la Tierra
Promovido por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y erigido en el Parque Tres de Febrero, en la intersección de Avenida General Sarmiento y Belisario Roldán, el Planetario Galileo Galilei es obra del arquitecto Enrique Jan y de Construcciones Civiles S.A.
Comenzó a levantarse en 1962, inaugurándose el 20 de diciembre de 1966, ofreciendo su primera función el 13 de junio de 1967 y abriendo de manera definitiva el 5 de abril de 1968. Fue reformado en 2011 (al cumplirse su aniversario número 45) y en 2017.
Entre sus atracciones internas y externas puede verse la escultura del ruso Yuri Gagarin (el primer cosmonauta que alcanzó el espacio, dándole inicio a la era espacial hace seis décadas), apreciarse un meteorito metálico hallado en 1965 en la provincia del Chaco, y sorprenderse con un globo terráqueo paralelo en el que se esquematizan los continentes y algunos elementos matemáticos, como el Ecuador, los trópicos, los círculos polares, el Meridiano de Greenwich y el de Buenos Aires y los polos geográficos.
La cintura cósmica del sur
El edificio consta de seis escaleras y cinco plantas (incluyendo dos subsuelos, donde se encuentran una biblioteca especializada, las oficinas administrativas, sanitarios, tomas de aire, taller de encuadernación y la Dirección, el depósito, la sala de máquinas y el departamento de producción audiovisual).
La Plaza Astronómica ubicada en la entrada es el espacio de bienvenida para los visitantes. El ingreso logra vincularse con el Museo, ubicado en el primer piso, mediante un cilindro de cristal en el que se proyecta la circulación de un ascensor hidráulico, una suerte de eje central rodeado por una de esas escaleras, la helicoidal. La losa triangular está estructuralmente colgada del casquete esférico mediante tensores. En el derrotero surge, entre otras, la maqueta, a escala 1:33, de Ariane 5 BepiColombo, la primera misión de la Agencia Espacial Europea y la japonesa, JAXA, a Mercurio (2018).
Hasta el infinito y más allá
En el segundo piso se encuentra la Sala de espectáculos. Circular, de 20 metros de diámetro, recubierta interiormente con chapas de aluminio, que sirve de pantalla, la semiesfera está montada sobre seis triángulos equiláteros cuyos vértices dispuestos hacia adentro dan como resultado un círculo. Las 250 butacas tipo 4D –que se distribuyen de manera concéntrica para que los espectadores disfruten de una experiencia de gran realismo de su show astronómico inmersivo– poseen un control remoto que permite interactuar durante la proyección. El centro está ocupado por el imponente proyector modelo MEGASTAR II A, que muestra aproximadamente un millón de estrellas más que los planetarios convencionales. Al mismo hay que añadirle un avanzado sistema de video inmersivo full dome DigitalSky II (cubre la cúpula completa) y otro de sonido (digital 5.1). Hace diez años a la nueva cúpula externa de 11,5 metros de radio se le agregó iluminación ecológica.
Manos a la obra
En el Museo pueden encontrarse varias pantallas touch con imágenes de impacto sobre distintos temas astronómicos, organizados en tres ejes centrales: Sistema Solar, Vía Láctea y Universo. El menú incluye información sobre nuestro planeta, la Luna, el Sol y demás estrellas, los astros del Sistema Solar, agujeros negros, supernovas, nebulosas, cúmulos estelares y, por supuesto, la exploración espacial. El robot humanoide Galibot actúa de anfitrión, acercando propuestas para un recorrido didáctico que incluye pantallas full HD, mesas interactivas, juegos de realidad virtual y estaciones con simuladores 4D, para divertirse a la vez aprender, espectáculos, charlas educativas y talleres espaciales virtuales para niños, y funciones de observación. En pleno recorrido además surge el proyector planetario Zeiss, que durante cuarenta y cuatro años brilló en el centro de la Sala de espectáculos, protagonizando todos los shows y manteniendo con excelencia la calidad; y también pueden verse réplicas de las toneladas de meteoritos (la mayoría micrometeoritos) caídos en nuestro planeta.
Entre los mayores logros alcanzados por el planetario en los últimos años se encuentra haberse convertido en un ejemplo nacional e internacional en la inclusión de personas con discapacidad: se implementaron cambios en materia de accesibilidad y capacitaciones específicas para el personal y, como parte de estos procesos de adaptación, se dotó a su sala de espectáculos con equipos que permiten incluir en los shows audio descripciones y sonido atenuado para las personas con CEA (Condición del Espectro Autista)
Fotos: Fabián Uset y cortesía P.G.G.
Agradecemos a Patricio Navarra (Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires)