Un macabro hallazgo en la ciudad de Córdoba ha dejado perpleja a la comunidad. Este viernes por la mañana, la Policía provincial descubrió dos cuerpos en avanzado estado de descomposición dentro de una vivienda en el barrio Argüello Norte, tras un llamado anónimo que alertó sobre olores nauseabundos. Lo que encontraron los efectivos fue escalofriante: los cadáveres de dos hermanos de la propietaria, quien habría convivido con los restos durante varios meses.
La dueña de la casa, una mujer de 64 años identificada como A.R., fue detenida tras el hallazgo: es hermana de los dos fallecidos. Según la versión que ofreció a las autoridades, existía un pacto suicida entre los tres hermanos, que A.R no cumplió. Esta hipótesis es ahora uno de los principales focos de la investigación a cargo de la Fiscalía del Distrito 4, Turno 6, bajo la dirección de Jorgelina Gutiérrez.
Esta espeluznante historia comenzó con la alerta de una vecina a la policía, quien se mostró muy preocupada por los intensos olores que emanaban de la casa ubicada en la calle Claudio Wieland al 7100. La policía fue recibida inicialmente con resistencia por parte de la propietaria. Sin embargo, al lograr ingresar, los efectivos encontraron los cuerpos de una mujer de 61 años y un hombre de 72, tendidos en camas en habitaciones separadas.
Las primeras pericias forenses, dadas a conocer por Infobae, sugieren que los cadáveres llevaban entre cuatro y nueve meses en descomposición. Aunque no se encontraron signos de violencia ni heridas de arma de fuego, las diferencias en el estado de descomposición de los cuerpos podrían ser clave para entender lo sucedido. Según los investigadores, el hombre habría fallecido primero, seguido por la mujer en un lapso posterior, aunque esto aún debe ser confirmado mediante análisis adicionales.
A.R. fue detenida bajo la acusación de abandono de persona seguido de muerte, mientras se esclarece el rol que pudo haber jugado en la muerte de sus hermanos y en el macabro pacto que habría existido entre ellos.
Los vecinos, en tanto, se mostraron sorprendidos por el horror descubierto en la vivienda, que pertenece a los hermanos Reinhardt, quienes se habían mudado a la zona hace varios años. Los describen como personas que rara vez se veían en público, y cuyas apariciones en la calle se limitaban a salidas nocturnas para hacer compras. La vivienda, de amplias dimensiones y rodeada por un extenso parque, ocultaba tras sus muros un siniestro secreto que ahora conmociona a todo el barrio.
