"Todos los hombres son iguales... Son como el Ogro Fabbiani”, bromean en la tele después de mostrar, por enésima vez, el polémico video del jugador junto a una cantante bailantera. A Victoria Vanucci (27), ni el video ni el chiste le causan gracia. Aunque la modelo y actriz de Leandro Rud triunfa en Carlos Paz –junto a Flor de la V en Livin la viuda loca– está pasando uno de los momentos más difíciles de su vida. Acaba de separarse, en medio de un escándalo, luego de siete meses de matrimonio. Se la ve claramente agotada. Devastada, se refugia en el hotel Mesón de la Montaña, de Villa Carlos Paz. Sobre la cama, el libro El secreto, a medio leer, habla de una mujer en busca de alivio espiritual. De pronto, el anuncio de su supuesto embarazo la altera. “¡Me agarró angustia oral!”, dice, y come nerviosa un tostado que acaban de traerle.
–¿Estás embarazada?
–No voy a hablar de eso; no quiero dar más explicaciones. Entiendo el laburo de los medios, pero yo también tengo derecho a no hablar si no quiero.
–Pero entonces es posible...
–(Niega con la cabeza) Esto ya supera todo...
–¿Estás o no?
–No. No estoy embarazada.
–Cuando en enero saliste a defender al Ogro por una pelea con Rial, ya se te veía mal.
–Ya estaba muy cansada, es verdad, agotada mentalmente de tener que exponerme a situaciones incómodas. Cristian siempre supo que no me gustan los escándalos. Jamás expondría a mi marido a las cosas que yo tuve que vivir.
–El video en el que se lo ve en una bailanta marcó el final entre ustedes, pero la situación era crítica desde antes...
–Exacto. Las cosas no venían bien desde hacía un tiempo. Con el Ogro tuvimos un año muy difícil a todos los niveles. Perdoné cosas que jamás pensé que perdonaría. Hice lo imposible para que lo nuestro funcionara.
–¿Eso incluye perdonarle infidelidades?
–El sabe muy bien todo lo que le perdoné. Ese video fue la gota que colmó el vaso.
–¿Tu matrimonio se terminó porque te fue infiel?
–Fueron muchas cosas. Perdoné muchas cosas y un día no aguanté más.
–¿Muchas cosas como cuáles?
–Cristian sabe perfectamente a qué me refiero. Fui y estoy siendo una señora, con todas las letras. Yo jamás le fallé; puse mi vida entera en sus manos. Tengo la conciencia tranquila. Insisto: fui y estoy siendo una señora. El Ogro debería sacarse el sombrero ante mí.
–También se dijo que, en la intimidad, viviste situaciones de mucha violencia. ¿Te agredió físicamente?
–Son cosas que prefiero mantener en la intimidad.
–Pero los moretones que preocuparon a tu elenco reforzaron las versiones de que el Ogro era violento con vos. Incluso Amalia Granata ya lo había denunciado por lesiones.
–Nosotros sabemos muy bien cómo se dio todo. No voy a hablar.
–Sí, pero con las evasivas dejás la puerta abierta a las especulaciones.
–Tuvimos nuestras peleas como las tiene cualquier matrimonio. Son cosas nuestras.
–¿Por qué lo cuidás tanto?
–Porque lo respeto, porque lo elegí como esposo y porque tengo una educación y valores que hacen que sobrelleve esta situación con altura.
–Si lo respetás, es mejor que digas la verdad: ¿te llegó a golpear alguna vez?
–No, no, no. Nunca me golpeó. Ya está, lo digo. Y si sirve para que esto se acabe, lo repito: jamás me levantó la mano. Y espero que esta aclaración sirva para que no se hable más del tema.
–El día de tu boda dijiste que estabas orgullosa del Ogro y que era la mejor persona que conociste.
–Todo lo que dije ese día era lo que sentía. Elegí a Cristian por amor, sin otro interés. Sabía que tenía un pasado muy turbulento, pero no me importó. Yo soñaba con un matrimonio para toda la vida y con tener cuatro hijos...
–¿Pensaste que podías cambiarlo?
–Siempre creí que el amor todo lo puede. Cuando pasan imágenes de mi boda me duele mucho. Me casé llena de esperanzas.
–¿Qué sentís cuando Cristian dice que preferiría estar muerto antes que vivir sin vos?
–Me mueve todo, me shockea. Me moviliza profundamente, pero ya tomé esta decisión y necesito curarme, sanar mis heridas y salir adelante.
–También se dijo que era un “mantenido”, que lo bancabas...
–Me dolió que se dijera eso, pero cada uno es dueño de opinar como quiera. Les puedo pedir a mis allegados que no hablen de ciertas cosas de mi vida, pero después no puedo controlar lo que dicen.
–Pero entonces estás admitiendo de que era así... Hasta se dijo que vos misma hiciste contactos para conseguirle un trabajo.
–Hice hasta lo imposible para que todo funcionara. Creo tener una forma muy clara de decir las cosas. Tal vez no es directa, pero de mis palabras se puede interpretar fácilmente a qué me refiero.
–Lo confirmás, entonces...
–Cuando digo que di todo, es porque di todo... Lo espiritual y todo lo demás... Pero ya está, ahora quiero curarme, porque siento que me han lastimado mucho, porque se rompieron mis sueños...
-¿Quién te ayuda a salir adelante?
–El público y mi elenco me sostienen. Cuando termine la temporada iré a Miami, y cuando vuelva quiero estudiar producción musical y seguir con mis programas en la tele.
–Casualmente, al Ogro lo conociste en tu programa de entrevistas. ¿Vas a seguir haciéndolas con tranquilidad, o ahora vas a elegir más “estratégicamente” a tus invitados?
–(Estalla en la única carcajada que se permitió en horas) Voy a seguir, voy a seguir...
–¿Fabbiani resultó ser un verdadero ogro?
–(Con una sutil sonrisa y un dejo de ironía) No... no...
–¿Cómo lo definirías?
–Prefiero no definirlo y quedarme con lo mejor de él, con lo que me enamoró.
Vicky, en la etapa más dura de su vida, busca salir a flote y confiesa: “Yo soñaba con un matrimonio para toda la vida y tener cuatro hijos...”.
“Cristian nunca me golpeó. Ya está, lo digo. Si sirve para que esto se acabe, lo digo: jamás me levantó la mano. Y espero que esta aclaración sirva para que no se hable más del tema”.
Poco antes de la crisis final el Ogro pasó a buscarla por el teatro y fueron a comer afuera. Se los notaba tensionados y distantes. “Fui y soy una señora con él. El Ogro tendría que sacarse el sombrero ante mí”.