Mario Massaccesi visitó esta mañana el programa de streaming que conduce Ángel De Brito y se animó por primera vez a abrir su corazón a uno de los momentos más tristes de su infancia.
Todo surgió casi por casualidad cuando el conductor de ‘Cuestión de peso’ mencionó que durante toda su juventud había tenido un bloqueo que lo mantenía muy triste y avergonzado consigo mismo.
“Sufrí mucho. Hasta los 33 no pude ser feliz. Fui culposo, vergonzoso, miedoso, castigador conmigo mismo”, comenzó reflexionando Massaccesi. Fue entonces que Ángel De Brito quiso saber a qué se debía esta sensación.
“La juventud fueron los peores años de mi vida. Desde los 8 años en adelante en mi infancia, en la adolescencia y en mi juventud. Cuando vos vivis un infierno, en mi caso desde muy chico, sobrellevarlo en la adolescencia, en una época donde no había información y en una familia donde había muchos silencios, no podes hablarlo”, argumentó el periodista sobre las distintas situaciones de violencia que vivió durante sus primeros años de vida.
“Al no poder hablarlo queda adentro tuyo y se empieza a mezclar todo. Se vuelve un combo que no es la cajita feliz, es la cajita infeliz donde está todo. Te sentís culpable por lo que pasó aunque seas la víctima”, explicó.
Fue entonces que tratando de poner en contexto al público más joven Ángel De Brito afirmó que hace unos 10 años atrás Mario Massaccesi había participado del icónico programa de Mirtha Legrand, donde la diva de las mesazas le hizo pasar un momento muy incómodo que se volvió viral.
“Me preguntó si había sido violado. Sí, me había preguntado varias veces. Y la última vez me preguntó”, recordó Mario, sorprendiendo a toda la mesa. Pero incluso al haber sido puesto en este momento tan incómodo para él, el periodista dio sus razones de por qué decidió preservar todos los detalles de lo que vivió en la intimidad.
“Los dramas de la infancia tiene la opción de contar con lujo de detalles. En mi caso fueron muy horrorosos. Pero además yo sé cuál es el límite de mi intimidad. Yo sé cuál es el límite y del cual no voy a salir. Y creo que a los niños se los protege y yo no quiero exponer a ese niño herido. “Pero sí quiero contar lo que hice a partir de ese niño herido. Porque si yo cuento los detalles de ese niño herido me revictimizo y vuelvo a ese lugar que me genera dolor, que me genera angustia. Me lleva a momentos de mi vida muy oscuros conmigo mismo”, aseveró.
Además, Mario Massaccesi rememoró que la muerte de su madre fue el momento en que dentro suyo pudo hacer un click para pedir ayuda a su entorno. “Yo decidí contarlo porque el día que muere mi madre, que nunca se lo pude contar porque siempre estaba esperando al mañana y un día no hay mañana. Y mi vieja se murió y yo no pude completar esa conversación. Y ahí me dije: ‘¿Cuánto más vas a esperar?’, afirmó.
“Bueno y finalmente se lo conté a un amigo y empecé un camino espiritual. Que hay muchas personas diran ‘¡Ay el camino espiritual!’ Y en realidad es poder mirar hacia atrás para seguir hacia adelante y vivir el día a día y poder gestionarlo”, contó sobre cómo logró comenzar un proceso de sanación que aún hoy vive construyendo.
Mario Massaccesi recordó el día en que descubrió que su tía era su hermana
Durante esta entrevista Mario Massaccesi también abordó un tema que afectó también a toda la familia, que fue descubrir después de la muerte de su madre que su tía era en realidad su hermana. “Mi madre murió de un cáncer en la garganta porque nunca nos pudo decir que había una hermana que creíamos que era tía y en realidad era una hija de ella de la adolescencia, que la hicieron pasar por tía. Viste estás cosas familiares y mi tía pidió que ella contara la verdad, y hoy en día es mi hermana. Pero mi madre se murió sin poder decirlo”, recordó con tristeza.
Pero todos estos golpes en su vida hicieron que Mario pudiera ser quien es hoy y con mucho amor decidió aconsejar públicamente a otras personas que pudieran estar pasando por una situación similar de violencia o de crisis familiar sobre cómo salir adelante.
“La confianza. Y hay que ser muy selectivo con la gente que elegimos para empezar este proceso. Puede ser una terapeuta, puede ser un amigo, puede ser una persona en un taxi, en una fila que estás haciendo y alguien te cuenta algo, y te sale en ese momento compartirlo. Buen hacelo”, indicó.
“Me salvaron los sueños. Yo soñaba desde muy chiquito en trabajar de esto y jugaba viendo la tele. Decía: ‘yo quiero estar ahí y quiero viajar’. En mi casa mi abuela me decía langosta porque andaba de un lado al otro. Además, no tenía tele entonces iba a la casa de los vecinos a verla. Y esas ganas de ser esto que soy fue lo que me salvó”, concluyó Mario.