El hilo viral que deja al descubierto los estrictos protocolos chinos contra el coronavirus: «Comienzas a sentirte como una rata en un laboratorio» – GENTE Online
 

El hilo viral que deja al descubierto los estrictos protocolos chinos contra el coronavirus: "Comienzas a sentirte como una rata en un laboratorio"

Un español compartió en Twitter la experiencia de ingreso al país desde el cual comenzó a expandirse la pandemia de coronavirus, que ha logrado contener el virus y donde "la vida ha vuelto a la normalidad".

"Muchos os preguntáis cómo es posible que un país tan grande haya sido capaz de contener el virus. Esto que acabo de contaros lo hacen con todas las personas que entran a China, nacionales y extranjeros", dice Nyscalo, un tuitero español que vive en China.

En un hilo que combina imágenes y anécdotas, cuenta paso a paso cómo fue el viaje de regreso de España a Shanghai cuando debió viajar por cuestiones personales a su país de origen.

"Vivo en Shanghái, China. En el país que ha logrado contener el virus y en donde la vida ha vuelto a la normalidad. Por razones familiares, he pasado unas semanas en Madrid", compartió el tuitero, que enseguida agregó: "Ésta es la vuelta de mi vuelta a China. Para alucinar".

Desde la aparición de COVID-19 hasta hoy se han detectado más de 50 millones de casos positivos en todo el mundo. Los investigadores estiman que en la mayoría de los distritos el número de infectados podría multiplicarse por 6 u 8. Asimismo, hubo durante el año más de 1.270.000 muertes causadas por el "nuevo coronavirus".

A pesar de ser el país más poblado del mundo –supera los 1.400 millones de habitantes–, está lejos de ser el que más casos de coronavirus haya reportado. Según el sitio Worldometers, que actualiza a diario diferentes variables ligadas a la enfermedad, se han reportado menos de 100 mil casos desde el comienzo de 2020 y sólo han fallecido en el país 4.634 ciudadanos a causa de este virus.

"Comenzamos en España donde, aparte del visado en regla, también necesitas presentar una PCR con resultado negativo hecho en las 72 h previas al vuelo. Tienes que enviar el informe del test a la Embajada china, que te lo devolverá sellado vía email", cuenta Nyscalo. Y enseguida agrega que ése es sólo el comienzo de la "odisea".

El proceso de descenso del avión se realiza por grupos.

"Ya en Shanghái, nos van sacando del avión en pequeños grupos; el desalojo puede durar hasta dos horas", aclara.

Personal capacitado y equipado para la tarea acompaña a los viajeros en su trayecto de la nave al aeropuerto.

Pero la historia no acaba ahí. "Al poner un pie en el aeropuerto, te das cuenta de que has aterrizado en otro planeta. Absolutamente todo el personal del aeropuerto viste con traje protector, capucha y escudo facial incluidos", cuenta, sorprendido por la vestimenta de los operarios y el cuidado con el que se llevan a cabo los sucesivos protocolos de ingreso.

Así se organizan los trabajadores para recibir a los pasajeros en Shangai.

"Ya en la terminal, nos asignan un QR. No hay nada abierto, ni se escuchan anuncios por megafonía. Parece vacío, pero está lleno de gente que, como yo, hace las colas en silencio. Todo está perfectamente organizado, tanto que comienzas a sentirte como una rata en un laboratorio".

"A continuación, la segunda PCR (te sientas, te escanean el QR y comienza el tercio de las banderillas: ni Manolete las hincaba tan al fondo) y pasamos a inmigración. Es imposible distinguir a los policías que revisan tu pasaporte porque también van de astronautas", dice en tono de humor.

Luego llega el momento de recoger el equipaje y nuevamente los pasajeros son divididos en grupos pequeños. "Recogida la maleta, nos van separando por grupos para enviarnos a un hotel, donde haremos la cuarentena. Por si os lo estáis preguntando: sí, el hotel lo paga el viajero. Y no, no lo elige él. Y sí, todo el mundo tiene que hacer cuarentena vigilada, tanto chinos como extranjeros".

Según Nyscalo, los hoteles están acondicionados para esta misión. "Se trata de hoteles especialmente acondicionados, donde al llegar te dan un termómetro y unas pastillas de lejía para que disuelvas las heces antes de tirar de la cadena. El mío era decente, pero solo eso. La comida pasable, aunque a lo largo de los días se hacía cuesta arriba".

Comidas en el hotel de Shangai... salvo el plato de papas fritas: "Me lo preparé cuando llegué a casa", confesó el tuitero.

Durante la estadía en el hotel, "cada día tienes que enviar a través de un QR tu temperatura corporal, a las 9 y a las 2. Prohibido dejar la habitación bajo ningún concepto. Puedes pedir comida afuera: leche, galletas o pan de molde, pero nada que venga cocinado de un restaurante".

Apelando nuevamente al humor contó: "Otro día vinieron a meterme un bastoncillo en la boca para otra prueba y por poco me hacen una traqueotomía".

Consciente de las preguntas que le podrían hacer sus lectores, Nyscalo contó cuál fue su estrategia para "sobrevivir" a los 14 días de estricto confinamiento: "Teletrabajo, mucha lectura, series y dormitar (quizá no en ese orden). La primera semana se pasó rápido. El trato es aséptico y, a veces, rudo. Pedí un cuchillo para pelar la fruta y, aludiendo motivos de seguridad, me lo denegaron", añadió.

"Cada uno aprovecha el tiempo lo mejor que puede. Mi amigo Jorge, deportista redomado, se vio en la misma situación hace apenas unas semanas y el tío se hizo una media maratón en los 8 metros de pasillo con los que contaba en su habitación. When there is a will, there is a way", sostiene en su hilo de tuit el español.

El registro de Jorge, que corrió media maratón durante su confinamiento.

A diferencia de otros viajeros, que habitan en otras ciudades, Nyscalo vive en Shangai y eso fue bueno para el aislamiento: "Como resido en Shanghái, me han dejado pasar la segunda semana de cuarentena en casa. El día antes del traslado en furgoneta, mi mujer me llamó para decirme que acababan de instalar un sensor en la puerta y una cámara de seguridad. Comenzaba a sentirme como Al Capone".

"El traslado fue en una furgoneta. Dos tipos vestidos de astronauta me llevaron hasta mi urbanización. Allí, dos policías me esperaban para leerme lo que serían mis obligaciones (tiene derecho a un abogado, todo lo que diga...). Uno de ellos grababa el proceso con una mini cámara", contó.

Ese traslado marcó un antes y un después en el aislamiento. "La vida en casa ha sido más fácil. Podía pedir comida de fuera y el comité vecinal se encargaba de subírmela. Dos veces al día venía un médico a medirme la temperatura. Ni que decir tiene que mi mujer ha tenido que pasar esa semana en casa de una amiga".

"El día 12 de cuarentena vino un médico a hacerme el último PCR, otras dos banderillas para la saca. Dos días después era por fin libre", contó ya casi al final de un hilo que, por supuesto, incluía la pregunta que muchos se hacen: "¿Cómo es posible que un país tan grande haya sido capaz de contener el virus?".

Y entonces resumió en el último tuit cómo había sido el protocolo cuando debió viajar de China a España: "Cuando a finales de septiembre hice el camino inverso, lo único que tuve que hacer al llegar a Barajas fue rellenar un formulario... a mano". Una estrategia similar a la que se utilizó en marzo en Argentina.

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