El papa Francisco está de gira por Irak, país del que huyen miles de personas todos los años hacia Europa en calidad de refugiados, aunque en el camino suceden miles de tragedias.
En la gira, Bergoglio ofreció una Santa Misa en el Estadio de Erbil y recibió a Abdullah Kurdi, el padre del niño sirio fallecido en 2015 mientras huía de su país.
La imagen del pequeño fallecido se volvió viral, mostrando la peor faceta de la inmigración. Con la ayuda de una intérprete, el Sumo Pontífice escuchó el dolor del hombre por su tragedia y le dedicó unas palabras.
"El Sr. Abdullah expresó su agradecimiento al Papa por las palabras de cercanía a su tragedia y la de todos aquellos migrantes que buscan el entendimiento, la paz y la seguridad, dejando su país en riesgo de vida", anunció el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
El nene de tres años, que era sirio de origen kurdo, murió ahogado al igual que su madre y su hermana mientras escapaban de la violencia siria y se dirigían a Canadá (antes debían llegar a Europa) a reencontrarse con sus parientes.
Los tres fallecieron por un hundimiento ocurrido cinco minutos después de que salieron en un bote inflable desde Bodrum, Turquía.
En la embarcación iban dieciséis personas cuando estaba diseñada para que, como mucho, entraran ocho. El destino del viaje de Alan y el resto era la isla griega Kos, ubicada a unos treinta minutos de Bodrum.