La reina Isabel II rompió el silencio luego de la entrevista que le brindaron el príncipe Harry y Meghan Markle a Oprah Winfrey. Uno de los puntos que más hondo calaron fue el referido al racismo que sufrieron Markle y Archie, el hijo de la pareja. A través de un comunicado oficial, que salió del Palacio de Buckingham, hizo saber su descontento y remarcó los ítems con los que no está de acuerdo sobre los temas que tocaron los duques de Sussex.
“Toda la familia está entristecida al conocer el alcance total de cuán difíciles han sido los últimos años para Harry y Meghan. Las cuestiones planteadas, especialmente la racial, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, (los problemas) van a ser tomados muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia”, comienza el comunicado.

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Ante la insistencia de la prensa y de los ciudadanos británicos, la Reina respondió a las acusaciones de su nieto y su mujer. La histórica entrevista de Harry y Meghan, que fue seguida por casi 12 millones de espectadores, fue calificada como la causante de “la mayor crisis en el Palacio de Buckingham en los últimos 85 años”.

El príncipe Harry y su mujer admitieron que en lo que vivieron sobre el tema del racismo por la “preocupación” que algunos miembros del palacio tenían por el color de piel de Archie, no vincularon a la reina ni a su esposo, el duque Felipe de Edimburgo. Por su parte, todas las miradas de la prensa del Reino Unido están puestas en su padre, el príncipe Carlos.
Respecto a Carlos, Harry comentó que durante el último tiempo dejaron de tener una relación fluida. Incluso remarcó que las últimas veces que lo llamó por teléfono no lo atendió. Ante esta declaración, y más allá de que no lo hizo responsable, en off se habla de él como quien estaba “preocupado” por el color de piel de su nieto.