El desgarrador testimonio de José, el hermano de Loan: cuál es su teoría sobre la desaparición – GENTE Online
 

El desgarrador testimonio de José, el hermano de Loan: cuál es su teoría sobre la desaparición

Pasaron 15 días desde la falta de Loan, pero José no baja los brazos y cuenta a Revista GENTE qué es lo que más extraña de su hermanito.
Por Tomás Bodean, enviado especial a Corrientes
Actualidad
Por Tomás Bodean, enviado especial a Corrientes
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El jueves 13 de junio Loan Danilo Peña desapareció y su familia continúa su búsqueda. Revista GENTE llegó a 9 de Julio, el pueblo correntino en el que vivía el pequeño de cinco años y desde donde su familia no baja los brazos para encontrarlo, para conocer de cerca la historia.

José, uno de los siete hermanos de Loan, habla de la desaparición y cuenta cómo vive el día a día de la búsqueda, que ya lleva 15 días, y cómo se sienten en su familia.

Además, mantiene una firme teoría: Loan no se perdió, al niño se lo llevaron. Y justifica sus dichos: "Lo que pasó es muy raro".

Acá estamos, muy esperanzados desde el primer momento que lo buscamos a mi hermanito. Siempre tengo la esperanza de que él va a estar de vuelta con nosotros. Estamos aguantando un montón sin saber nada de él, dónde está, qué hicieron de él, cómo se lo llevaron. Es un momento que... tenemos que aguantar un montón de cosas, pero Loan va a estar con nosotros nuevamente”, afirma.

Pasando la entrada de 9 de Julio, donde se ingresa por la misma ruta 123 que divide en dos el pueblo, apenas dos cuadras hay que hacer para llegar a la calle de tierra llamada Córdoba. Siguiendo por allí hasta el fondo se llega a la casa de Loan, que a apenas a unos metros tiene una pequeña cancha de fútbol aledaña, un potrero donde el niño solía jugar a diario.

Este es el potrero donde Loan jugaba a la pelota todos los días con sus amigos y vecinos de la cuadra.

-¿Cómo era Loan antes de su desaparición? ¿Cómo era en el día a día?

-Él era muy vivo, muy alerta, obviamente con gente de confianza. Con gente extraña, poco y nada. Ni siquiera le va a hablar, le va a mirar y listo, le saca la mirada. Con los familiares y con los que conoce sí, se habla todo en confianza. Él era muy vivo.

El dolor al intentar poner en palabras todo lo ocurrido a lo largo de estos días de búsqueda hacen difícil cada una de las respuestas de José, quien al hablar de su hermanito duda y habla por momentos en pasado, sobre cómo era, para luego frenarse y remarcar en presente: "Loan es".

Todos los días era muy de salir alrededor de la casa a bailar, a jugar, jugaba mucho a la pelota. Casi no miraba televisión. Con el teléfono también poco, excepto algún día de lluvia que se ponía a mirar dibujitos. Era más de salir a jugar, de andar corriendo, de meterse a la huerta a colaborar, a carpir la tierra, pero sin que nadie le diga nada, era de querer hacer cosas por acá”, describe José a GENTE, quien al recordarlo le surgía una sonrisa en su cara.

José, de 20 años, es el segundo hermano de los ocho que son con Loan. Es uno de los que más declaraciones brinda a los medios, apuntando a que la búsqueda sea lo más masiva posible. Se muestra esperanzado de que su hermanito aparezca, a quien cuidaba y quiere casi como un hijo.

Al ser el más pequeño, surgían los momentos de cumplirle sus deseos a la hora de elegir las comidas y José revela cuál era su favorita: “Asado le gustaba, sin dudas, imaginate que mi mamá se ponía a cocinar y en el guisado le sacaba la carne, la sacaba y comía la carne nomas, se llenaba con eso y ya no quería nada más. El asado era lo de él.”

-¿Le gustaba a Loan ir a la escuela?

-Si, le re gustaba ir a la escuela, le gustaba dibujar y pintar. Corriendo se iba a la escuela. Después venía corriendo, se sacaba el guardapolvo y se iba en su bici a la huerta o agarraba la pelota, o iba a la casa del vecinito. Pero siempre mirándole, siempre sabiendo alguno de los hermanos o la mamá o el papá dónde estaba. Pero imagínese que aquí en el pueblo había más posibilidades de que se lo lleven y se fue allá, al campo, donde hay menos gente y... que se pierda ahí es muy raro. 

-¿Cómo era Loan como hermano menor?

-Y era como todos, el más chico es el más mimado. A él se le daba todo. Siempre lo llevábamos a la cancha, a la plaza un rato, y ahora no poder hacer eso, sin él, cuesta un montón. Pero ya vamos a volver a ver a Loan así, saltando, jugando, bailando chamamé.

Aunque el dolor que carga es enorme, José contiene sus lágrimas en la charla, pero asegura: “No sé cómo aguantar todo esto. Por ahí te desanima un poco y te encerrás un rato a enfriar la cabeza, y vuelvo a pedir a los medios que vengan, que quiero decir mis palabras, que quiero desahogarme. Necesito de todos los medios”.

Junto a José se puede ver el altar que se armó en su casa hace 11 años, pero que en estos últimos días se resignificó fuertemente. Debajo de una gran imagen de la Virgen de Itatí, patrona de Corrientes, se encuentra San Expedito, la Virgen del Lujan, Santa Catalina de Alejandría, entre otras imágenes del catolicismo, y varios carteles y fotos de Loan, pidiendo por su aparición.

Así se ve el altar en la casa de Loan, con las imágenes religiosas a las que le rezan pidiendo su aparición.

-¿Hubo varios vecinos que se acercaron a sumar alguna imagen o estampita a este altar, no? ¿Cómo viven ese acompañamiento de todo el pueblo?

-Sí, todos los vecinos día a día vienen a saludar, tomar unos mates, nos traen algo para compartir, alguna mercadería. Los vecinos estuvieron cada día. No sé cómo agradecerles después de todo esto, cómo te pones a devolver todo eso a la gente, es impresionante, desde el momento 1. Es un montón para agradecerles.

Uno de los carteles convocando a marchar por Loan, que también fue colocado en el altar en su casa.

Al momento de definir a su hermano menor, José piensa un momento para ponerle palabras y surge una dolorosa pregunta: “Loan era el rey de la casa, el rey de la casa, a quien más mimábamos. Y ahora sin él, ¿a quién mimamos? ¿Al perro, al gato? No tenemos tampoco”.

-¿Qué es lo que más extrañas de Loan?

-A él le gustaba siempre, y le va a seguir gustando, el chamamé. Él escuchaba un chamamé y decía "Cachamba", por el grupo que es su favorito. Y peleábamos diciendo ‘escuchá, es Cachamba’; ‘no, no es’; ‘sí es Cachamba, escuchá’. El chamamé para él es como el himno. Se extraña un montón eso.

Fotos y videos: Cristian Calvani

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