"Necesito despedirme de él", decía a las 20 horas de ayer Rocío Oliva (30) en Polémica en el bar. "Me siento muy triste. Diego fue un hombre muy importante. No sé si el más importante pero fue muy bueno conmigo. Nos amamos mucho y siempre lo voy a recordar bien. Tengo unos recuerdos hermosos en mi corazón. Diego me amó mucho a mí, muchísimo me amó. Y eso me llena el alma", aseguró sobre la relación de seis años y medio que compartió con el astro hasta fines del 2018.
A su vez, aseguró que asistiría al velorio íntimo de este jueves en Casa Rosada. Y a las 4 am ella fue, con un tapaboca negro y la emoción a flor de piel. Pero en la entrada descubrió que no la dejaban ingresar. "Es una locura esto", le dijo una y otra vez al guardia de seguridad de la puerta.
Fue en ese momento que la prensa la encontró y ella no pudo ocultar sus lágrimas. "Me piden que venga a las 7 de la mañana con toda la gente", dijo sin poder creerlo, mientras buscaba una respuesta del otro lado de la reja. Atónita, murmuró: "Yo sólo quiero despedir a Diego, y tengo tanto derecho como cualquiera a despedirme de él".
"La decisión es de Claudia, pero ella dice que 'no tiene nada que ver'. ¡No sé por qué me están haciendo esto! Falleció mi ex y lo quiero despedir. No quiero más que eso", decía Rocío con el corazón deshecho.
"Todo el mundo pasa...", comentaba sin poder ocultar su indignación, y agregaba: "Fui la última mujer de Diego, fui la mujer que Diego pedía ver... y nadie lo entiende. Y no me hacen daño sólo a mí, también le están haciendo daño a él. No piensan ni un minuto en Diego".