Los cinco aspirantes a la Casa Rosada, Javier Milei (La Libertad Avanza), Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda y los Trabajadores), se enfrentaron para debatir ideas de cara al futuro de Argentina, en el primer debate presidencial que la Ley exige.
Sobre esa línea, en diálogo con Rosario3, la lic. en Comunicación Social y especialista y asesora en oratoria y comunicación no verbal, María Alejandra Di Mónaco, hizo un análisis gestual y de la ropa que llevaron los candidatos presidenciales que dejó en evidencia en muchos casos las estrategias, la falta de preparación o la incapacidad de improvisación de los protagonistas de estas elecciones.
De Javier Milei a Patricia Bullrich, el análisis candidato por candidato
Javier Milei
Si bien Javier Milei, Schiaretti y Massa coincidieron en el traje oscuro, el libertario se despegó del resto de los hombres al presentar un look más “descontracturado” con el saco abierto, aunque según Di Mónaco "pareció desaliñado con la corbata descentrada".
En cuanto a los lentes que el "león" usó durante todo el debate, que sólo en dos momentos se sacó por algunos segundos, la experta señala que hicieron de barrera todo el tiempo: "No se le veían los ojos, que es fundamental para que el receptor se sienta incluido en el discurso".
Respecto a los gestos no verbales, la especialista notó que Milei todo el tiempo tuvo en su mano derecha un bolígrafo que usó para hacer gestos: "A veces, tener algo en la mano puede servir para descargar la ansiedad y mostrarse más seguro, pero otras, puede reflejar todo lo contrario".
Sobre sus errores de lectura, Di Mónaco adjudicó aquellas falencias a su constante preocupación por los papeles que llevó. Además, de notar el uso de la muletilla “sí” en tono de interrogación, agregó: "Todo esto empasta el discurso y hace difícil la comprensión".
Sin embargo, aseguró que el "pecado final" fue trabarse: "Los cierres deben ser seguros, contundentes y con fuerza. En este caso, como en el de Bullrich aunque por otro motivo, quedó deslucido".
Patricia Bullrich
Al igual que Milei, la especialista notó que el cuerpo de Patricia Bullrich tampoco estaba derecho y "su manera de hablar demostraba enojo", si bien no tan “efervescente” como suele proyectar el aspirante presidencial anti casta, pero enojo al fin.
Asimismo, remarcó que a la candidata de Juntos por el Cambio se la vio muy atada al papel: "Su discurso por momentos parecía una lección aprendida de memoria y hasta repitió su eslogan 'Los argentinos tenemos todo...'". Y sumó: "La dificultad de atarse demasiado a un libreto armado es no poder continuar si se presenta una distracción u olvido".
Por otro lado, señaló que la sequedad de su boca –movía la lengua y necesitaba tomar agua constantemente– revelaba ansiedad y nerviosismo. Además, "se acomodaba el pelo y se tocaba la nariz reiteradamente, lo que también denotaba incomodidad".
Ya en el segundo bloque, según Di Mónaco, la postura de la política se desbalanceó: "Se inclinaba hacia el lado derecho y el dije de su collar, una cruz, quedó desacomodado lo que distraía de su alocución".
Respecto al outfit de la referente del Pro, Bullrich combinó su saco blanco con blusa celeste, una clara referencia a la bandera nacional.
Sergio Massa
En cuanto al candidato oficialista, la licenciada mencionó que a Sergio Massa se lo notaba en su lugar: "Cómodo y seguro. Usó frases hechas, se notó la preparación previa al encuentro".
Sin embargo, señaló que la entonación abierta puso ruido a su alocución: "No cerraba las frases como aseveraciones, sino como interrogaciones y estiraba algunas palabras. Y hacia el final, un gesto delató su ansiedad, la lengua afuera".
Sobre la ropa que llevó en el primer debate presidencial, la experta en gestos no verbales dijo que entre los otros dos candidatos varones de traje oscuro, Massa logró sobresalir apenas un poco del escenario también muy oscuro con la camisa blanca y una corbata más clara, en celeste. Otra referencia a la bandera nacional, como la del saco y la blusa de Bullrich.
Además de notar que, tanto el candidato de Unión por la Patria como la de Juntos por el Cambio fueron los únicos dos que optaron por usar escarapela.
Juan Schiaretti
Por su parte, al representante cordobés, Juan Schiaretti, se le aplaudió su manejo del discurso político: "No leyó, fue solvente en sus exposiciones, habló con seguridad y tranquilidad y su entrecejo estuvo siempre fruncido, lo que puede ser una señal de enojo, pero también de concentración".
No obstante, a modo de corrección, el análisis menciona que "el gobernador no jugó con tonos e intensidades y por momentos se escuchó demasiado uniforme".
Además, aunque hizo buen uso de sus manos, según la experta, "hubo un abuso del círculo formado por el índice y pulgar, que se utiliza para dar énfasis a algunas palabras". También sonó, por momentos, "demasiado autorreferencial y sus apelaciones continuas a Córdoba fueron redundantes".
Respecto a su estilismo, María Alejandra Di Mónaco se refirió al cordobés como la antítesis de Javier Milei, ya que se lo vio con la corbata aliñada y saco cerrado.
Myriam Bregman
Finalmente, Di Mónaco se refirió a Myriam Bregman quien, al igual que Bullrich, coincidió en el blanco. Bregman lo usó en la remera que lució debajo del blazer verde, un color asociado con el feminismo, pero también con la esperanza.
En cuanto a lo gestual, la candidata hizo mucho uso del dedo índice, al que se lo llama “dedo acusador”. Y cuando hablaba, según el análisis de la experta, "pestañeaba mucho, lo que puede indicar preocupación, nerviosismo e inquietud".
Si bien sonaba segura en su discurso, "se apoyaba mucho en los papeles que tenía en el atril y por momentos no supo administrar los tiempos, ya sea porque le sobraban o faltaban segundos". Incluso llegaron a cortarle el micrófono. Además, la experta explicó que también se la vio "molesta y enojada la mayor parte del debate".