En el primer año del gobierno de Alberto Fernández, Argentina descendió al puesto 78 entre 180 países. También obtuvo 42 puntos sobre los 100 que reciben los no corruptos en el índice de Transparencia Internacional (TI). El marcador es el que mide cómo es percibida la corrupción en el Estado, según expertos, inversores y empresarios.
Nuestro país pasó del puesto 66, que ocupaba en 2019, al 78 en el último año. De esta manera descendió 12 lugares, entre 180 países, en las mediciones por TI para la elaboración del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2020.
En el IPC 2020, Argentina obtuvo 42 puntos sobre 100, 3 menos que en 2019. En la escala que se utiliza, 0 puntos es lo percibido para un país como muy corrupto y 100 puntos son aquellos con corrupción prácticamente inexistente.
Nuestro país, con 42 puntos, se ubica justo debajo del promedio global en materia de percepción de corrupción, continuando entre los dos tercios de los países que no alcanzan los 50 puntos sobre el máximo de 100.
La peor intervención de Argentina fue en 2015, cuando obtuvo sólo 32 puntos sobre 100, y quedó en el puesto 107 entre 168 países.